“En los últimos meses, los laboratorios de inteligencia artificial (IA) han entrado en una carrera fuera de control para desarrollar e implementar mentes digitales cada vez más poderosas, que nadie, ni siquiera sus creadores, pueden entender, predecir o controlar de forma fiable”.
Con estas palabras, un grupo de más de mil académicos, gerentes de empresas tecnológicas y expertos solicitaron detener las pruebas de IA por seis meses, hasta que pueda ser planificada, administrada y regulada con el cuidado y los recursos correspondientes, dado que su desarrollo descontrolado es un riesgo para la sociedad y la humanidad.
Advierten sobre los peligros que representan estos modelos de cajas negras cada vez más grandes y con más capacidades, los cuales pueden representar un cambio profundo en la historia de la vida en la Tierra. Además, alertan sobre los riesgos de inundar los canales de comunicación con información sesgada o falsa, de desarrollar mentes no humanas que eventualmente podrían superarnos en número, ser más inteligentes y reemplazarnos, y el peligro de perder el control de nuestra civilización.
La naturaleza humana y el instinto de supervivencia
En primer lugar, quiero destacar el hecho de que el proceso evolutivo de la humanidad es imposible de frenar o de “pausar”. Lo único que es permanente en la vida humana es la evolución. La humanidad no vuelve atrás. El reloj de la historia no retrocede y la curiosidad del ser humano es indetenible.
En segundo lugar, es importante destacar que los grandes cambios tecnológicos siempre vinieron acompañados de cambios profundos en la vida en la Tierra, y se adelantaron al conjunto de normas, regulaciones y consideraciones éticas necesarias para lidiar con sus efectos no deseados.
A modo de ejemplo, el proceso de globalización financiera (que se desarrolló luego de la caída del muro de Berlín, gracias al desarrollo tecnológico) rápidamente comenzó a fijar las nuevas reglas del juego. Su avance llevaba al mundo por un camino de desaparición de los estados nacionales, con consecuencias potencialmente similares a las de la IA, en el sentido de que la concentración económica y de poder resultante provocaría que muy pocas personas con intereses espurios terminaran dirigiendo los destinos del mundo en contra de la humanidad.
Pero las sociedades comenzaron a reaccionar a lo largo y a lo ancho del planeta contra los efectos nocivos de la globalización, y los estados empezaron a recuperar márgenes de poder en sus propias naciones, poniendo límites al proceso de globalización. Es decir, que las sociedades, al igual que las personas que las forman, desarrollan a lo largo de la historia los anticuerpos necesarios para neutralizar los efectos no deseados de la evolución.
Futuros posibles
Algunos aseveran que la IA controlará el mundo; que las supercomputadoras y los algoritmos terminarán por definir quiénes somos y en qué creemos; que desaparecerán las democracias y los sistemas de representación popular; que unos pocos jugadores en el mundo definirán el destino de la civilización, y que la humanidad perderá la batalla contra la IA.
Sin embargo, la humanidad siempre ha encontrado el camino para evitar su autodestrucción. La naturaleza humana tiene algo superior a la razón, que es el instinto de supervivencia, que hasta el momento siempre le ha permitido contrarrestar los efectos negativos de su propio proceso evolutivo. Por lo tanto, no tendría motivos para pensar que esta vez será diferente.
Quizá a muchos les parezca una visión optimista del curso de la historia. Y en realidad, lo es. Pero esto no significa que no esté de acuerdo con todas las observaciones que se están haciendo sobre los actuales y potenciales riesgos de la IA, sino que, por el contrario, creo que ayudan a morigerar y desactivar, a advertir y alertar; y, por lo tanto, a prevenir el mal uso que pueda hacerse de ella.
Es posible que la IA pueda reemplazar ciertos trabajos o roles de los seres humanos, pero probablemente no podrá quitarle a la humanidad el libre albedrío, a partir del cual los seres humanos siempre podrán elegir el modo en que utilizarán los recursos y las herramientas de las que dispongan en cada tiempo y lugar.
* Licenciada en Administración
