En una reflexión de papa Francisco del pasado 1° de febrero, en las vísperas de la Fiesta de la Presentación del Señor y en un contexto caracterizado por el símbolo de la luz, nos señalaba: “… nuestra sociedad tiene la tendencia de hablar mucho y escuchar poco, en la familia, en el trabajo y especialmente en las redes sociales, donde nos podemos intercambiar cantidad de palabras y de imágenes sin llegar nunca a conocernos realmente, porque no nos interesamos los unos por los otros. (…) Tenemos que escucharnos antes de responder. Acoger la palabra del otro como un mensaje, como un tesoro, incluso como algo que me ayuda”.
Al volver de nuestras vacaciones y retomar nuestras diferentes actividades, podríamos buscar recrear nuestros vínculos, el reencuentro con el otro, relaciones nuevas y auténticas que comprometan, basadas en la escucha efectiva, que son un verdadero antídoto al individualismo que autodestruye y al cáncer de la queja, que distorsionan todo lo que nos toca vivir.
El famoso himno a la caridad de san Pablo en su primera carta a los corintios, que inspiró a diversos cantantes, incluso no religiosos, nos puede dar una pista para empezar a sanar nuestras relaciones:
“El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece, no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tiene en cuenta el mal recibido, no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la verdad. El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”. (1 Cor. 13, 4-7)
Este himno inspiró a muchos hombres y mujeres a querer dejar el mundo mucho mejor de como lo encontraron, jugándose por el otro, trabajando por la paz. La Madre Teresa de Calcula creyó en el amor y generó alrededor suyo una red de solidaridad que incluía a fieles de diferentes religiones, e incluso no creyentes.
Cada uno de nosotros es invitado a refrescar sus vínculos: reconociendo y aceptando al otro tal como es, haciéndonos responsable de él, comenzando por el que está a nuestro lado. Como dice aquel dicho hebreo del Talmud Babilónico: “Quien salva una vida es como si salvara al mundo entero”.
* Sacerdote católico; miembro del Comité Interreligioso por la Paz (Comipaz)