La Reserva Natural Urbana San Martín de Córdoba fue creada oficialmente el 29 de noviembre de 2009, mediante la ordenanza 11702/09 y como resultado de un proyecto presentado por vecinos preocupados por obras viales que destruirían una plaza barrial al otro lado del río Suquía.
Esta iniciativa vecinal, en conjunto con guardaparques del entonces Parque San Martín, dio origen a la Asociación Civil Amigos de la Reserva San Martín, que desde entonces ha trabajado de manera activa para proteger y conservar este espacio natural clave dentro de la ciudad.
La Reserva abarca 114 hectáreas y se ubica al noroeste de la ciudad de Córdoba, en una región de transición entre las ecorregiones Espinal y Chaco Serrano, lo que le confiere una biodiversidad notable con más de 100 especies vegetales y 200 de aves asiduas, además de albergar ecosistemas de gran valor ecológico y cultural.
El papel de la participación ciudadana ha sido fundamental para defender la Reserva frente a diversas amenazas. Un ejemplo fue el intento de una empresa desarrollista, respaldada por la Municipalidad, de desmontar el bosque nativo incluyendo el emblemático chañar abuelo, para habilitar un acceso secundario a un country.
Gracias a la movilización activa de vecinos y de escuelas, que difundieron la causa en redes sociales y realizaron acciones públicas de defensa ambiental, se logró la suspensión del proyecto, demostrando el poder de la comunidad organizada para preservar la naturaleza urbana.
Otro episodio relevante en la defensa de la Reserva fue el amparo presentado por la Asociación Civil cuando la Municipalidad de Córdoba comenzó la instalación de una cancha de hockey en el área protegida, violando la ordenanza 11702/09.
La acción judicial culminó con un fallo favorable a la Asociación. Se ordenó revertir las obras, confirmando la vigencia de la ordenanza que protege este patrimonio ambiental.
Este triunfo legal revalida la importancia de la vigilancia comunitaria frente a intervenciones incompatibles con la conservación. La práctica deportiva debe tener ámbitos apropiados, no a costa de destruir espacios naturales ni violando ordenanzas.
La Asociación logró también una medida de no innovar para impedir la instalación de emprendimientos comerciales en la ribera frente a la Reserva en el barrio de Villa Belgrano, manteniendo la integridad del paisaje y la calidad ambiental del entorno.
Esta medida cuenta con el apoyo de los vecinos del sector, de ámbitos académicos y científicos, y de centros vecinales.
Esto refleja la constante vigilancia y compromiso de la sociedad civil para evitar el avance de proyectos que podrían poner en riesgo la biodiversidad y los valores socioambientales del espacio.
Una mirada hacia el futuro destaca la importancia de ampliar la Reserva incorporando las 50 hectáreas de terrenos privados ubicados en el límite oeste, que contienen tres lagunas naturales con gran valor ecológico para la biodiversidad urbana.
Estas lagunas son hábitat fundamental para muchas especies y su protección contribuirá a aumentar la superficie y la conservación activa de la Reserva, fortaleciendo su rol como pulmón verde vital para Córdoba y como refugio frente a los efectos del cambio climático, cada vez más notorios en la ciudad.
La decisión es política, ya que organismos internacionales podrían aportar fondos para la expropiación de esos terrenos privados.
Estos 16 años serían mucho más fecundos si las diferentes gestiones municipales y provinciales hubiesen apoyado las iniciativas ciudadanas que fueron sistemáticamente ignoradas, cuando no obstaculizadas.
No hay que perder la esperanza de que, en algún momento, alguna gestión, sea del signo político que fuere, simplemente cumpla con el acuerdo de Escazú, de acceso a la información pública ambiental, respete la ordenanza de creación de la Reserva, tenga un mínimo de compromiso ambiental (y no sólo maquillaje “verde”) y tome conciencia que una ciudadanía sana necesita un ambiente sano para desarrollarse.
El progreso ya no es más cemento y chimeneas, sino más naturaleza y biodiversidad.
La Reserva, única aula abierta ambiental de la ciudad, no solo resguarda especies y paisajes, sino que también es un testimonio del poder transformador de la participación ciudadana en la defensa ambiental. Celebrar 16 años de la Reserva es reconocer esta historia de lucha y cuidado, y una invitación abierta para que más vecinos se unan a cuidar este y otros tesoros verdes imprescindible para nuestra ciudad y las generaciones futuras.
Reserva San Martín, ¡donde Córdoba respira!
Asociación Civil Amigos de la Reserva Natural San Martín























