Estamos a punto de perder un enorme e histórico quebracho blanco ubicado a la vera de la avenida Luchesse, que une la ruta E-53 con la ciudad de Villa Allende.
Es sólo un árbol. Pero es mucho más que eso. Y estamos a tiempo de salvarlo.
La empresa Caminos de la Sierras, que depende del Gobierno de la Provincia, tiene la intención de derribarlo para ensanchar esa avenida.
Los vecinos estamos a favor de la obra; sólo pedimos que este árbol abuelo (se estima que vive allí desde hace tres siglos) quede donde está. Por eso, propusimos que se proyecte una rotonda para conservarlo, o que la traza se corra unos metros para preservar este ícono, único en la zona por su tamaño y antigüedad.
¿Por qué peticionar al Gobierno de Córdoba por un árbol, tan sólo por un árbol? En principio, puede resultar desproporcionado, pero este ejemplar es un emblema de la persistencia del bosque nativo cordobés, un monumento natural vivo y, por lo tanto, parte del patrimonio histórico de los cordobeses.
Este quebracho blanco es el emblema del que hablan las maestras a los niños en las escuelas de la zona; el que citan los abuelos a sus nietos en la región. Es el referente vivo de futuras campañas de concientización acerca de la importancia de preservar los ecosistemas provinciales.
Hermoso sería que este viejo y robusto quebracho se transformara en un aula abierta para niños y niñas de la región. Y en un símbolo de que el progreso y la conservación de la naturaleza constituyen una misma causa.
Se han enviado notas a Caminos de la Sierras, sin recibir respuestas. Y el Ministerio de Ambiente y Economía Circular, luego de tomar notoriedad el caso, habilitó una reunión con el Consejo Municipal de Ambiente de Villa Allende, pero expresó que no depende de ese Ministerio la protección de este patrimonio natural y cultural. Ahora, se lo pedimos al gobernador de la Provincia.
La obra vial avanza y, si bien el quebracho hasta hoy sigue en su lugar, existe una situación de incertidumbre que angustia a los ciudadanos que defendemos su permanencia, ya que no hay ningún pronunciamiento de las autoridades que garantice su subsistencia en el lugar.
Caminos de las Sierras ha propuesto como alternativa el traslado del centenario quebracho blanco a otro sitio, lo que es técnicamente inviable. Esto fue explicado claramente en un informe de la ingeniera forestal Natalia De Luca y del biólogo Fernando Barri, quienes descartan categóricamente que esta operación pueda tener éxito.
Son tajantes: no hay antecedentes en toda Argentina de un trasplante de esta especie o de otras de similares características, ya que no se cuenta con la tecnología apropiada. El anuncio del “traslado” parece una mera campaña de marketing.
Quienes deben decidir su destino se preguntarán por qué es tan importante este quebracho blanco y por qué representa un símbolo.
La respuesta está teñida de historia. Está allí desde hace tres siglos. Por su sombra pasaron líderes de pueblos originarios, hombres y mujeres descansaron debajo de su follaje cuando montados a caballo se trasladaban hacia la incipiente Villa Allende. También, vio pasar a los primeros automóviles en la provincia.
El ferrocarril cuyo trazado iba de Guiñazú a Villa Allende, a pesar de ser un gran consumidor de quebrachos para transformarlos en carbón, no tuvo el valor de sacarlo, debido a su imponente presencia. Lo dejaron al lado como lo que es: un monumento. ¿Lo vamos a extraer ahora?
Este árbol es un legado de la Córdoba antigua que ha sobrevivido, y necesitamos preservarlo para que las futuras generaciones también puedan disfrutar de su imponente presencia y de su historia. Por eso, solicitamos a las autoridades que intervengan.
Soy un cordobés que ha tenido el privilegio de recorrer el mundo y puedo decir que soy testigo directo de que abundan ejemplos en los que gobiernos y empresas priorizan la protección del patrimonio natural y cultural, sin que se contraponga con el crecimiento de las ciudades ni con el progreso.
Mostramos el ejemplo más próximo que tenemos: en la vecina Unquillo, la empresa Afema diseñó un cantero para evitar la extracción de un enorme algarrobo antiguo que hoy se erige como símbolo y atractivo natural del lugar, tras una acertada decisión de la gestión de Juan Schiaretti. Un valioso y simple gesto de escucha.
Otro ejemplo es el histórico Arco de Córdoba, reconvertido sobre una rotonda debido al crecimiento de la ciudad, pero que se mantiene en su lugar como referencia y símbolo del ingreso a nuestra Capital. ¿Se imaginan demoler o trasladar el Arco de Córdoba para ensanchar la avenida?
Nos preguntamos: ¿por qué no podría aplicarse la misma lógica con el quebracho-monumento?
Como sociedad, necesitamos tener señales claras de que nuestros líderes políticos llevan adelante acciones concretas para proteger la naturaleza. Habitamos una provincia en la que sobrevive entre un 3% y un 5% de bosque nativo en buen estado de conservación, en una de las regiones más deforestadas del planeta.
He elevado esta petición formal ahora también al gobernador de la Provincia. Podemos demostrar que en Córdoba el progreso no se contrapone con la preservación de la naturaleza, dando el ejemplo a nuestras niñas y niños. También lo sentiremos como una respuesta de un gobierno sensible, que actúa con una reparación simbólica por todos los bosques que fueron quemados y talados por décadas en nuestra provincia.
- Presidente de la Fundación Mil Aves