Elisa Carrió y Antonio María Hernández, quienes además de ser constitucionalistas y exdiputados fueron convencionales constituyentes en 1994, disertaron en Córdoba a 30 años de la última reforma constitucional y trazaron un crudo diagnóstico institucional sobre el país que gobierna Javier Milei.
Convocados por el Instituto de Derecho Público de la Universidad Siglo 21, hablaron en el ciclo Insight 21 sobre los desafíos del sistema federal y republicano argentino y coincidieron en que a 30 años de la más profunda reforma de la Contitución Nacional, el país evidencia un severo retroceso institucional, tanto a nivel de federalismo como de funcionamiento del sistema democrático.
Advirtieron reiteradamente sobre el riesgo de un esquema autocrático y Carrió también insisitió con un posible intento de reforma constitucional para revertir varios de los cambios dispuestos en 1994.
“Hoy sabemos que las naciones fracasan cuando se quedan sin instituciones y es lo que nos está pasando en Argentina: estamos en us disyuntiva de autocracia o democracia”, indicó Hernández, quien apuntó especialmente a el gobierno por decreto, a la posibilidad de que Milei opte por continuar sin presupuesto y al clima de intolerancia que propicia el Gobierno.
Carrió se preguntó si las futuras generaciones seguirán estudiando derecho constitucional. “No estoy pensando solo en Argentina sino a nivel global. ¿Habrá constituciones? ¿Habrá Estado de derecho en el futuro?”, desde el inicio de su disertación, repasó el surgimiento del derecho, del Estado y de las organizaciones internacionales entre estados, y afirmó que toda esa orgaización de Occidente está en crisis. Fue especialmente crítica de la situación de Argentina y sobre lo que presenta el surgimiento de Milei.
“Vienen por la reforma de la Constitución, cuando no leyeron la Constitución y no tienen la menor idea de adónde van. Rechazan la recepción de derechos humanos que se hizo en 1994 y también pretenden eliminar todos los criterios de igualdad de género″, indicó. Consideró que la presencia de Santiago Caputo, que resuelve cuestiones de Estado sin designación ni firma habilitada “quiebra el Estado de derecho”.
Ambos recomendaron al Presidente que lea la Constitución y coincidieron también en la característica “centralizante” del Gobierno, del cada vez más exacerbado presidencialismo y de su caracter populista. “No importa si son de derecha o de izquierda, los populismos apuntan a la polarización, y Argentina como buena parte de Latinoamérica, está entre las democracias imperfectas y el riesgo de un sistema autocrático”, indicó Hernández.
Remarcó también que se da la paradoja de que sea “un gobierno libertario que desconoce las bases liberales, que son el respeto de la dignidad humana y la tolerancia con el que piensa distinto”.
