Tras una asamblea de accionistas de Aerolíneas Argentinas donde los trabajadores eligieron a Pablo Biró, titular de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), como director a través del Programa de Propiedad Participada (PPP), fuentes oficiales de la empresa declararon que su nombramiento carece de formalidad y que “si intenta volver, se lo volverá a echar”.
La empresa argumenta que la designación de Biró no cumple con los requisitos de la Ley General de Sociedades, invalidando su designación. Además, la empresa enfatizó su intención de evitar que alguien que actuó en contra de los intereses de la empresa, sea parte del directorio.
El Gobierno había despedido a Biró en octubre de 2024 por considerar que había actuado en contra de los intereses de la empresa en varias ocasiones, incluyendo la promoción de paros encubiertos y el cuestionamiento de la seguridad operativa de la compañía.
Aerolíneas Argentinas argumentó que Biró impulsó 13 medidas de fuerza, disfrazadas como “asambleas informativas”, que causaron demoras y cancelaciones de vuelos, afectando a más de 100.000 pasajeros y generando pérdidas millonarias.
A pesar de los conflictos, Aerolíneas Argentinas revirtió su histórico rojo y registró un superávit de USD 20,2 millones en el resultado operativo durante 2024, el primer saldo positivo desde su estatización en 2008. Este resultado se atribuye a la cancelación de rutas no rentables, una mejora en la productividad y una reducción del 13% en la nómina de empleados a través de retiros voluntarios.
La empresa concluyó que, sin las acciones lideradas por Biró, los resultados podrían haber sido aún más favorables.