El jueves a las 21.28, cuando el portal Infobae publicó las fotos de Fabiola Yañez golpeada presuntamente por Alberto Fernández –el presidente que puso Cristina Fernández y del cual Sergio Massa fue su ministro de Economía–, se desató un vendaval que desestabilizó al peronismo nacional, particularmente al kirchnerismo, que cayó en “default moral”, dice el politólogo cordobés Federico Zapata, y puso al “sujeto político” al cual el kirchnerismo le habla en vías de extinción, en la opinión de la politóloga Nayet Kademian.
En paralelo al shock que provocaron los moretones en el rostro de la expareja de Fernández, la política comenzó a analizar y a especular cuál es el futuro del peronismo nacional, cómo se reconstruye de esta crisis y qué rol tendrá en este proceso (si es que tiene uno) el peronismo de Córdoba, que intenta desconocer los casos de maltratadores que salieron de sus filas.
La diputada nacional Gabriela Estévez (Unión por la Patria) “no hacer una utilización política del caso”, y advierte: ”Hay sectores que están usando el sufrimiento de una mujer para denostar conquistas de los feminismos e instalar que quienes formamos parte, en su momento, del mismo espacio político que Alberto Fernández somos cómplices cuando es una realidad que los violentos muestran una cara para la sociedad muy distinta a lo que son en el ámbito privado”.
Para Natalia de la Sota “el peronismo debe atravesar esta crisis moral poniendo en relieve valores como la austeridad, la solidaridad, la honestidad, la responsabilidad y la prudencia”, y, al mismo tiempo, “activar los espacios de discusión y renovación política para encontrar nuevas maneras de representar a la sociedad y lograr reinterpretar a ese sujeto político que alguna vez supo y pudo representar: el trabajador y la trabajadora, las familias de clase media”.
–¿Qué tiene que hacer el PJ Córdoba?
–Estoy segura que no debemos perder la esencia del justicialismo, su espíritu humanista y solidario. Debemos recuperar la confianza y mostrar que hay una nueva generación, nuevas ideas, hombres y mujeres dispuestos a ser parte de un “nuevo justicialismo” –dice, en lo que parece una crítica subrepticia al “partido cordobés”.
Carlos Gutiérrez entiende que el Caso Alberto “lo que acelera es el fin de ciclo del kirchnerismo, que quedará ensayando soluciones cada vez más sectarias”. “Renovar no es cerrar una puerta para abrir otra con el reciclaje de Cristina, Kicillof o Massa”, dice la espada de Juan Schiaretti.
“Lo que se impone es una nueva propuesta, y el peronismo de Córdoba es uno de los pocos ejemplos de haber leído los nuevos tiempos, incluso antes que Milei”, afirma Gutiérrez.
Para el intendente de San Francisco, Damián Bernarte, “el Kirchnerismo formaba parte de un pasado que la Argentina debe dejar atrás”, desde antes de las fotos de Yáñez golpeada.
“En Córdoba nunca permitimos qué el kirchnerismo secuestre el partido; tenemos nuestro proyecto provincial y nacional, encarnado por Llaryora y Schiaretti, y vamos a seguir alimentando ese proceso de construcción política para aportar la mirada y la experiencia de Córdoba para resolver problemas nacionales”, agrega el aliado a Martín Llaryora.
El espacio de Sergio Massa
Tania Kishakevich, referente del Frente Renovador en Córdoba, opina que “el peronismo inició un inevitable proceso de renovación post derrota electoral”, un esquema que el cual “el kirchnerismo estará integrando, pero pero sin conducirlo, sino como “un espacio que tiene una clara delimitación territorial”.
“Desde hace un tiempo el peronismo dejó de representar a los sectores propios, de su génesis: dejamos de representar los valores del trabajo y la producción. En ese sentido, el peronismo nacional tiene mucho para aprender de De La Sota y del peronismo cordobés”, dice Kishakevich, para quien “el PJ cordobés tiene que definir si de verdad quiere integrar y abonar a un proyecto de país, o si solo quiere seguir construyendo un proyecto provincial; y definir si es oposición o aliado al Gobierno de Javier Milei”.
Voces territoriales
A diferencia de otros escándalos, la denuncia contra Fernández penetra en todas las capas sociales porque la violencia de género es un drama trasversal y la comprensión de su gravedad no requiere mayores lecturas y conocimientos técnicos.
En este marco, con el peronismo nacional arrastrado a esta crisis por su último presidente, ¿puede el PJ cordobés para ser parte de una discusión dentro del PJ nacional?
Por ahora, los dirigentes territoriales, aquellos que se presume están n más cerca de la base identitaria del peronismo, no se apartan del libreto: el kirchnerismo es responsable y la salida de la crisis es con el “modelo Córdoba”.
En ese sentido, para Nadia Fernández, la crisis del PJ nacional es doble: ”de liderazgo y de ideas”, por lo que “la renovación del peronismo está afuera del peronismo nacional”, sin el kirchnerismo que “desnaturalizó al peronismo”.
La apuesta parece ser, nuevamente, esquivar la crisis del PJ nacional mediante el armado local y “construir una alianza con todos los que quieren que Córdoba progrese”. “Así es el peronismo cordobés. Abre sus puertas: vengan, pasen y vean. Últimamente recibimos muchas visitas. Somos hospitalarios”, dice Nadia Fernández.
Para el jefe de bloque en la Legislatura, Miguel Siciliano, el peronismo nacional “estaba raptado por el kirchnerismo que lo aisló y lo alejó de la sociedad, y lo convirtió en un sistema feudal de decisiones que le hicieron mal al desarrollo del país”. “Hay que seguir gobernando bien como hasta ahora la provincia, uno de los motores productivos del país”, dice Siciliano.
Para Facundo Torres, otro cacique del interior, “el kirchnerismo como corriente peronista propiamente dicha hace tiempo que dejó de existir, sólo quedan algunos dirigentes que abrazan la historia de Néstor o Cristina pero buscan fundar sus propias expresiones”.
“Para que el PJ nacional recupere su fortaleza debe aceptar sus errores, modernizar sus preceptos, aceptar a dirigentes provenientes de otras extracciones que enriquezcan el proyecto sin la soberbia de pensar que no se necesita a nadie; y federalizar su alcance a las distintas realidades que existen en el país”, dice Torres, que apuesta al “ADN del PJ Córdoba: republicano y federal”.
