Desde su entorno, aseguran que Sergio Massa es el primer convencido de que aún no ganó nada. “El que crea que ya ganamos, no me sirve para lo que falta”, dijo a los leales que lo acompañaron en el comando peronista, la noche triunfal del domingo, en el complejo Art Media, del barrio porteño de Chacarita.
Para el candidato oficialista, el domingo pasado sólo fue el segundo paso para llegar a la Casa Rosada. El primero fueron las primarias del 13 de agosto. Falta el tercero –y decisivo– del balotaje del 19 de noviembre.
Había mucho euforia en el comando oficialista, pero Massa cortó con los festejos, al menos de los dirigentes. La militancia celebró, aunque hubo un pedido expreso: sin insultos para los rivales.
Con su discurso de convocatoria a un gobierno de unidad nacional, Massa lanzó su campaña para la segunda vuelta.
Córdoba es el distrito más esquivo para el oficialismo. Por eso, también, fue una de las prioridades para el candidato presidencial.
Massa casi no intervino en Córdoba en la campaña para las Paso. Luego de aquellos primeros comicios en los que el frente Unión por la Patria no llegó a los dos dígitos (8%), designó al dirigente bonaerense Juan José “Juanjo” Álvarez para que se hiciera cargo de la campaña para la primera vuelta. Massa mejoró su cosecha de votos el domingo pasado, al conseguir el 13,42%.
Massa y Álvarez están convencidos que el gobernador Juan Schiaretti será “prescindente” en noviembre. La misma postura que tendrá el gobernador electo Martín Llaryora, aseguran.
Propuesta
El candidato presidencial manejará personalmente su plan de convocar “a los mejores” para un eventual gobierno de unidad.
Se trata de una propuesta que Schiaretti lanzó a principios de junio pasado, cuando negoció con Horacio Rodríguez Larreta y el radical Gerardo Morales un “frente de frentes” opositor.
Massa tomó esa iniciativa en la campaña que terminó el domingo. Si coincide con esa idea, es porque le gustaría contar con el gobernador cordobés en su equipo.
Sondeará esa posibilidad con Schiaretti, pero entre sus íntimos considera “difícil que el mandatario acepte”. Será una gestión reservada. Nadie se enterará si la respuesta no es favorable.
Por ahora, lo más concreto es la gestión que hará “Juanjo” Álvarez desde esta semana. El exministro duhaldista se instalará en Córdoba para dialogar con intendentes y dirigentes peronistas, pero también con radicales.
En esta semana también vendrían a Córdoba la ministra de Desarrollo Social de la Nación, Victoria Tolosa Paz. No se descarta -sin confirmación- que en próximos días también desembarque en el interior provincial Malena Galmarini, esposa de Massa.
Estas visitas marcan la importancia que el candidato presidencial le otorga al segundo distrito electoral del país.
La convocatoria de Massa a un gobierno de unidad nacional sin dirigentes kirchneristas visibles es el primer paso para seducir a peronistas y también a radicales.
Un peronista cordobés que trabaja con Álvarez se mostró optimista. “El resultado del domingo cambió mucho el escenario. ‘Juanjo’ ya no hablará como el operador de Massa en la provincia más antikirchnerista. Ahora representará al candidato que quedó mejor posicionado para ser el próximo presidente. Eso ayudará, y mucho, sobre todo con los intendentes”, describió el peronista del interior.
Los massistas creen que la “prescindencia” de Schiaretti y Llaryora, más la convocatoria a la unidad sin rastros K, caerá bien entre intendentes y dirigentes peronistas.
Álvarez es más optimista. Considera que muchos radicales se sumaran al proyecto presidencial de Massa porque al frente está Javier Milei, el candidato de la antipolítica, algo que los intendentes rechazan con fuerza.
