“No tengo porqué dar un paso al costado de ningún lugar. Impulsé una ley que es muy buena y que representa un avance para Córdoba en línea con lo que está pasando en otras provincias. En el radicalismo hubo sobreactuación. Y el juecismo estuvo detrás de esa operación política para dañarme porque quiso quedarse con mi banca”.
Lejos de amilanarse tras los severos cuestionamientos político que le hicieron socios de su espacio y la sanción que le impuso la UCR por propiciar la ley que habilita el juego “online” legal, el legislador radical orlando Arduh habló con La Voz y rompió el silencio que se había autoimpuesto tras el convulsionado cierre de 2021.
–El debate interno por la ley de juego online que usted impulsó terminó generando una crisis en el bloque de Juntos por el Cambio y una sangría de legisladores que dejaron esa bancada. ¿Qué balance hace de esa situación?
–Antes de que se diera este debate por el juego, ya había integrantes de nuestra bancada que habían decidido irse. Los que responden a (Mario) Negri habían tomado la decisión fruto de la disputa por la división de los bloques de la UCR en Diputados con el sector de (Rodrigo) De Loredo. Después, en el plano político, puede ser que haya sido un error no haber participado antes a los integrantes de mi bloque sobre el tema. Sin embargo, también hay que decir que este proyecto se trató con las mismas condiciones que se trata cualquier otro. Criticar por su rápido tratamiento no lo tengo que responder yo, habría que preguntarle al oficialismo, que claramente interpretó el espíritu del proyecto porque el gobernador (Juan) Schiaretti demoró menos de 24 horas para promulgarlo.
–Las autoridades de la UCR le pidieron retirar el proyecto. ¿Por qué no lo hizo? Imagino que sabía que alguna consecuencia iba a tener para usted desoír esa orden.
–Hubo una gran sobreactuación que vino tanto de algunos integrantes del bloque que presido como del bloque radical. Exageraron este tema. Con los cuatro legisladores del PRO actuamos tal cual rige el procedimiento parlamentario interno. Hicieron de un procedimiento común el peor de los pecados. Algunas voces hipócritas critican esta ley olvidando la participación que tuvieron cuando se aprobó el juego presencial en Córdoba. Hay mucho que no se dice y no me corresponde a mi hacerlo.
–¿A qué se refiere concretamente?
–Sólo voy a decir que este es un tema en el que hay muchos intereses. Yo recibí presiones y hasta integrantes de mi familia sufrió amenazas.
–Legisladores radicales, socios suyos en Juntos por el Cambio, dijeron que el proyecto del jugo “online” era, en realidad, del gobierno provincial.
–Este proyecto no hace más que replicar en Córdoba las experiencias normativas de otras 14 jurisdicciones entre las que se cuentan tres que gobernamos desde Juntos por el Cambio. Cabe preguntarse entonces por qué lo que es bueno para Mendoza, Corrientes y Caba es malo para Córdoba. Es comprensible que uno pueda o no acordar con el proyecto o su oportunidad de tratamiento, lo que no se entiende es que las críticas comenzaron aún sin mediar una sola instancia de diálogo ni análisis del proyecto hacia el interior del partido ni de la coalición. Nunca me citaron formalmente para poder aclarar puntos o dudas.
–El apoyo y el evidente interés del oficialismo alimentaron suspicacias de todo tipo.
–Eso es un dislate, porque todos los proyectos buscan ser apoyados por el máximo de legisladores, esa es mi tarea fundamental como legislador, lo cuál está lejos de convertirme en un idiota útil o un coimero, como algunos personajes me llamaron. Lo que todo este proceso deja en claro es que la ley vino a romper un traje a medida que molestó a dirigentes propios y ajenos, a los que sin duda beneficiaba esta laguna legal.
–El senador Luis Juez, para quien usted hizo campaña en las elecciones pasadas, fue muy crítico sobre su postura pro-juego, incluso puso en duda su honorabilidad. ¿Cómo tomó esas declaraciones?
–Juez nos tiene acostumbrado a sus declaraciones altisonantes y también a sus contradicciones. Los cinco que presentamos el proyecto tenemos familia y es doloroso que busque ensuciarnos. Yo me pregunto si en el encuentro que tuvo en estas horas con Horacio Rodríguez Larreta le habrá dicho las mismas barbaridades que dijo de nosotros. Larreta fue el primer dirigente del PRO en impulsar el juego “online” en Caba. ¿Juez no sabe eso? ¿Larreta no empobrece a los porteños, como nos acusó a nosotros? ¿Y a (María Eugenia) Vidal también la va a criticar?, ¿que hizo lo mismo en provincia de Buenos Aires?
–Rodrigo de Loredo, con el que usted recorrió la provincia en la última campaña, también lo criticó fuertemente.
–El problema de Rodrigo no fue el juego, el problema suyo fue Disney. Usó este tema para evitar hablar de su legisladora (N. de la R.: la diputada Gabriela Brouwer de Koning, que fue muy cuestionada por su ausencia en el debate de Bienes Personales por estar de viaje), que se fue de vacaciones en un momento clave del Congreso.
–Mario Negri también apuntó contra usted. Los legisladores que le responden al diputado fueron los primeros en dejar su bloque.
–Negri es como los teros: en Buenos Aires se llena la boca hablando de la unidad de Juntos por el Cambio, pero acá mandó a sus legisladores a irse del bloque. Dice uno cosa y hace otra. Los mismos dirigentes que en su momento dividieron el partido hoy se jactan de ser los abanderados de la unificación radical, sólo porque ahora les conviene retener ínfimos espacios de poder.
–¿Seguirá al frente del bloque de Juntos por el Cambio?
–Sí. Seguiré con la presidencia. El bloque quedará integrado por quien habla y los cuatro legisladores del PRO. Seremos la segunda minoría opositora.
–Parece tener más aval del PRO que de los radicales.
–Tengo buena relación con la dirigencia nacional del PRO. Ellos reconocen mi trabajo dentro de Juntos por el Cambio. La ley del juego “online” tiene consenso nacional en la coalición.
–El partido lo sancionó suspendiendo la afiliación. ¿Se quedó sin apoyo en la UCR?
–Gran parte de las acciones del Tribunal de Conducta, de algunas autoridades de la UCR y de otros partidos menores no son más que actos de un circo mediático; de hecho, mi afiliación no está suspendida de ninguna forma. Pero no todo es tan inocente, aquí hay distintos intereses. Desde que decidí presentar un proyecto de ley que regule el juego “online” comenzó una persecución política implacable en mi contra. Uno de los fines es expulsarme ilegalmente de la UCR para quedarse con la banca obtenida por el voto popular intentando favorecer al Frente Cívico, en una flagrante intromisión de personajes que públicamente desprecian a la UCR. El otro objetivo era voltear una ley que, evidentemente, afecta intereses económicos de quienes pretenden detentar el monopolio del juego en la provincia, o de aquellos que lucran, sin controles, desde la clandestinidad. Estos actores tienen fuertes vínculos con muchos dirigentes, es cuestión de analizar la intensidad de las críticas hacia mi persona.
–¿A qué se refiere cuando dice que el juecismo tiene interés en su salida?
–Es muy claro: el próximo en el orden para asumir si alguien dejara la Legislatura por la lista Córdoba Cambia es (Walter) Nostrala, hombre de confianza de Juez.
–¿Va a presentarse en la UCR a defenderse por la suspensión de su afiliación?
–Voy a presentar argumentos políticos y jurídicos. Soy representante del pueblo de la provincia de Córdoba, no un empleado de las circunstanciales autoridades del partido. Además, aunque la banca perteneciera a las autoridades de los partidos –que no es así–, mi actuación tampoco sería de interés a la UCR ya que mi candidatura se dio por la alianza Córdoba Cambia, que no estuvo integrada por la UCR.
–Al margen de lo que suceda con su afiliación, ¿seguirá militando dentro del radicalismo?
–Mi compromiso es trabajar como lo hago desde 2015 en fortalecer Juntos por el Cambio. Trabajo para la construcción de una gran alianza provincial como la que formamos para las legislativas y espero que un radical lidere ese proceso. Y a nivel país creo en los liderazgos de (Mauricio) Macri, Larreta, (Gerardo) Morales y (Gustavo) Valdés.
