Juntos por el Cambio ingresó desde el sábado pasado en una nueva fase de convivencia política. El lanzamiento de Rodrigo de Loredo a la disputa por la candidatura provincial, que Luis Juez creía que sólo sería suya, abre interrogantes entre aquellos que observan la política cordobesa.
Sin embargo, en el entorno de ambos aseguran que la relación personal es la base que garantiza que no suceda el quiebre de 2019.
“Están bárbaros entre ellos. Cero problemas. Se llevan bien, se tienen confianza. Se juraron trabajar juntos, y eso es lo que están haciendo. Los que crean que porque ahora Rodrigo quiere lo mismo que Luis hará estallar todo por los aires se equivocan. Que Luis haya ido al acto es una prueba de eso”.
Al pronóstico lo lanzó un allegado al senador nacional, quien puso como ejemplo el almuerzo que ambos compartieron el sábado de la semana anterior en un local de pescados y mariscos en el Mercado Norte. En ese encuentro también estuvieron los juecistas Walter Nostrala y Daniel Juez, además del intendente Marcos Ferrer (Río Tercero), ladero de De Loredo.
“La idea es que de los dos lados se respeten las identidades de cada uno, y eso está firme. Tienen que engordar tanto Luis como Rodrigo. Ahí está la fortaleza para enfrentar al peronismo, que ve en nuestra unidad un riesgo cada vez más grande”, lanzaron cerca del radical de Evolución.
Vigo, a dos puntas en un almuerzo con sindicalistas
El almuerzo generó muchos comentarios en el dividido movimiento obrero cordobés. 10 días atrás, la senadora Alejandra Vigo almorzó en un restaurante del centro porteño con Armando Cavalieri, el titular nacional reelecto del poderoso gremio de Comercio.
El gestor del encuentro fue el cordobés Pablo Chacón, líder de Comercio en Córdoba.
La primera lectura que se hizo de ese encuentro es que Vigo busca acercar posiciones en el sindicalismo cordobés, en medio de la fuerte pulseada entre la CGT nacional que intervino la Regional Córdoba, la cual desde hacía más de una década estaba en manos del delasotista José “Pepe” Pihen.
Chacón desplazó a Pihen de la central obrera cordobesa, en una acción junto con el metalúrgico Rubén Urbano, el otro líder del Movimiento de Trabajadores de Córdoba (MTC), con el respaldo de la CGT nacional.
En realidad, Vigo habló del escenario cordobés, pero la senadora también hizo otra gestión: le planteó a Cavalieri que el gobernador Juan Schiaretti jugará “fuerte” en el escenario nacional y le pidió apoyo sindical.
El histórico mandamás de Comercio se comprometió a hablar con otros integrantes de la central obrera nacional. Según algunos voceros sindicales, el perfil del mandatario cordobés cae muy bien en los denominados “Gordos” de la CGT, que siempre estuvieron lejos de Cristina Kirchner y que ya están desencantados del presidente Alberto Fernández.
Vigo, así, jugó a dos puntas en ese almuerzo: buscó apoyo nacional para su marido y abrió un vínculo directo con Chacón, de la comisión normalizadora de la CGT cordobesa.
El “spa” de Soher El Sukaria
Para hacer campaña, algunos dirigentes buscan romper el molde. Es el caso de la diputada nacional Soher El Sukaria, quien está anotada como precandidata a intendenta de Córdoba por Juntos por el Cambio. “El spa de Soher”, bautizaron sus colaboradores más cercanos una actividad que la legisladora macrista realiza todos los lunes en distintas seccionales de la ciudad de Córdoba.
La tarea de la dirigente del PRO consiste en visitar centros de jubilados y comedores populares acompañada de peluqueros, manicuras, maquilladoras y profesionales de masajes que son muy bien recibidos, sobre todo por las personas mayores.
Esta estrategia de mostrarse y hacer política creció de boca en boca y la precandidata a intendenta debió reforzar su agenda de visitas en las distintas seccionales, agregando más días a esta tarea. El Sukaria está conformando equipos técnicos y dice que no mira los distintos movimientos internos que hay en Juntos por el Cambio.
“Voy a competir contra quien sea”, dijo el lunes pasado, en una reunión en la Seccional Primera de la Capital.
Moreno se mueve casi como candidato
Ricardo Moreno es un experimentado dirigente político de la Capital que estuvo muy ligado al kirchnerismo, pero ahora se mueve muy cerca de la senadora nacional Alejandra Vigo.
El reconocido abogado penalista se autotitula “secretario político” de las 62 Organizaciones Peronistas, el brazo gremial que fundó el metalúrgico Lorenzo Miguel en la década de 1970 y que en Córdoba conduce el sindicalista Sergio Fittipaldi.
Desde esa estructura gremial, Moreno se mueve como un candidato en campaña, abriendo delegaciones de “las 62″ en todo el interior. El miércoles pasado visitó el departamento Colón y mantuvo una reunión en Colonia Caroya.
El verborrágico abogado y dirigente político genera ruido en el PJ, sobre todo en el sindicalismo. Se muestra como un aliado cercano de la senadora Vigo. En los actos que encabeza, dice que apoya la candidatura presidencial del gobernador Juan Schiaretti y a Martín Llaryora para la gobernación.
Dice manejar la estructura sindical “más grande” de Córdoba, lo que genera cierto resquemor entre los otros referentes sindicales locales.
