Aunque hay una orden del intendente capitalino Martín Llaryora de que sus funcionarios no hablen de candidaturas, empiezan a haber roces entre funcionarios que aspiran a ir por la sucesión del jefe municipal, que, seguramente será el candidato a gobernador del PJ cordobés.
El jueves pasado se produjo un fuerte roce entre dos secretarios con aspiraciones de ser candidato a intendente: Miguel Siciliano (Gobierno) y Marcelo Rodio (Transporte).
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Invitado a un programa de Canal C y consultado sobre cuál es uno de los problemas más graves de la ciudad, Siciliano respondió: “Transporte”.
Según admitió una fuente llaryorista, la respuesta de Siciliano desató la ira de Rodio, responsable del transporte en la Capital.
“Si habló así en público, ahora me tiene que pedir disculpas en público”, bramó el secretario de Transporte entre sus íntimos.
Pese a que en privado Siciliano aclaró que no se trataba de una crítica a la gestión de Rodio, si no que la crisis del transporte viene desde hace más de una década, Rodio está convencido de que se trató de una “movida” del secretario de Gobierno para perjudicarlo en su objetivo de ser candidato.
El fuerte enojo de Rodio con Siciliano no salió de la intimidad del gabinete, pero fue un episodio que indica que más allá de la bajada de línea, al intendente Llaryora le costará que la interna no atraviese a su equipo de gestión.
La proyección nacional de Schiaretti, por ahora, sólo se cumple en el Congreso
Los legisladores nacionales schiarettistas tuvieron protagonismo en los últimos días, por dos proyectos que presentaron en el Congreso nacional: la boleta única que impulsaron los opositores en la Cámara de Diputados, y el “boleto federal”, que la senadora Alejandra Vigo llevó a la Cámara Alta con el respaldo de otros dos senadores de Juntos por el Cambio: el radical mendocino Alfredo Cornejo y la tucumana Beatriz Ávila.
Si bien ambas iniciativas tienen el impulso de casi toda la oposición, los schiarettistas aseguran que esos dos proyectos fueron los que prometieron en la pasada campaña legislativa.
Por ahora, la prometida proyección nacional del gobernador Juan Schiaretti se está dando más en el Congreso que en las relaciones con otras fuerzas nacionales.
El mandatario cordobés se sacó algunas fotos con dirigentes nacionales y participó de una cena en Buenos Aires con varios referentes de distintos partidos, pero las últimas encuestas que se conocieron no lo ubican entre los “presidenciables” con más chances.
El propio Schiaretti es consciente de esta realidad. De allí que, en las conversaciones con otros gobernadores y dirigentes nacionales, el mandatario cordobés habla de “integrar un espacio” que pueda saltar la grieta, sin mencionar una eventual candidatura presidencial.
En privado, un schiarettista puro se mostró optimista, más allá de que las encuestas por ahora no le sonrían a su jefe político.
“Los apurados son otros. El ‘Gringo’ gestiona y difunde sus ideas en conversaciones con otros gobernadores y dirigentes nacionales. El futuro dirá para qué está. Nunca hay que poner el carro delante de los caballos”, sintetizó el peronista cordobés, que, de paso, no ocultó su preocupación por la crisis política que vive el Gobierno nacional.
Una foto plagada de posibles candidatos
El viernes pasado, el gobernador Juan Schiaretti firmó un convenio con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) que permitirá el desarrollo de actividades conjuntas. A través de este acuerdo, la entidad internacional apoyará políticas públicas que impulsen los municipios, enfocadas en la niñez.
Al acto que se realizó en el Centro Cívico concurrieron intendentes de las ciudades más grandes de la provincia. Entre ellos, el capitalino Martín Llaryora; Juan Manuel Llamosas (Río Cuarto) y Martín Gill (Villa María), la mayoría peronistas, salvo por la presencia del radical Marcos Ferrer (Río Tercero).
La foto, de la que también fue parte el ministro de Gobierno, Facundo Torres, generó distintas lecturas en la interna peronista.
Un experimentador conocedor del oficialismo provincial se animó a pronosticar que en esa imagen estaría la fórmula provincial del PJ para el año próximo. Según la visión de un encumbrado exfuncionario provincial, entre Llamosas, Gill y Torres saldrá el candidato a vicegobernador que acompañará a Llaryora, ya que casi todos los peronistas descuentan que el intendente capitalino será el postulante a suceder a Schiaretti.
Cuando un periodista apuntó que en esa foto faltaba el vicegobernador Manuel Calvo, otro que aspira a ser candidato a gobernador, el dirigente peronista concluyó a modo de sentencia: “Calvo ocupará algún lugar importante en las boletas del PJ, pero no lo veo como el compañero de fórmula de Martín, porque son del mismo territorio (departamento San Justo).
El vicegobernador tiene muchas chances de encabezar la lista para diputados nacionales. Después se verá si ocupa algún ministerio, en el caso que Llaryora sea gobernador”.
Melconian, Busso y las retenciones
La exposición del economista Carlos Melconian ya estaba a punto de llegar a su fin, en el marco de la actividad “Hub Rural”, realizada en el auditorio de La Voz, con la participación de todos los productos agropecuarios que conforman el Grupo Clarín, cuando la respuesta a una pregunta del público cortó el aire como con el filo de una Gillette.
La cuestión era si Melconian, presidente del Ieral-Fundación Mediterránea, coincidía con el ministro de Agricultura y Ganadería de Córdoba, Sergio Busso, acerca de que las retenciones agropecuarias se extenderán seis o siete años más en un sendero gradual de reducción hasta llegar a 0.
El funcionario había expuesto unos minutos antes ante periodistas y empresarios que participaron del foro.
“¿Eso dijo el ministro?”, preguntó Melconian. Entonces alguien lo cortó para señalar que Busso estaba ahí en primera fila. Rápido de reflejos y ya mirándolo a Busso, el economista dijo que coincidía plenamente y que en el fondo ese plazo era “un alivio” para el programa económico que arma la Fundación para presentarle al próximo gobierno en 2023.
Después explicó: “Las retenciones hay que bajarlas gradualmente y eso puede llevar entre siete y 10 años, no es algo que puedas hacer de un día para el otro”. Pero en el aire quedó flotando la impresión de que iba a decir otra cosa respecto del comentario del ministro. Nunca se sabrá.
Al bajar del escenario, Melconian se dio un abrazo con Busso, que se quedó con la misma duda que atravesó a todo el auditorio.
De Loredo pifió en el recinto
Rodrigo de Loredo sufrió un traspié en la última sesión de Diputados, cuando se trataba la prórroga al Régimen de Incentivo a la Construcción Federal, que permite a inversores movilizar ahorros privados hacia la construcción a cambio de beneficios impositivos, como diferir pagos de Bienes Personales y Ganancias.
Como vocero de Evolución, De Loredo fue vehemente al fundamentar la abstención de su bloque.
“Tengo elementos de sobra para objetar esta herramienta. Pero voy a ser muy sincero: están gobernando ustedes, señor presidente (dirigiéndose a Sergio Massa), para bien o para mal, ustedes llevan el Gobierno y no queremos ser un obstáculo”, comenzó el líder del bloque Evolución.
“Pero si para ustedes esta herramienta va a dinamizar la economía, algo que nosotros creemos que será absolutamente infructuosa, el bloque Evolución va a abstenerse”, dijo De Loredo.
Otra vez, Massa salió al cruce del desempeño del cordobés en el recinto: le aclaró que el régimen no fue una propuesta del Gobierno, sino de dos diputados, entre ellos el jefe de la bancada del PRO, Cristian Ritondo.
El propio Ritondo pidió la palabra tras escuchar a De Loredo y le facturó: “Para aclarar, porque hay diputados que entraron después del 10 de diciembre, que en pandemia este Congreso tuvo reuniones con varios grupos. Y este régimen es el producto del trabajo de la Uocra, la Cámara Argentina de la Construcción y la Cámara Argentina de Desarrollistas”, estos últimos, socios del “círculo rojo”.
