En la antesala de las elecciones legislativas del domingo, el ministro de Economía, Luis Caputo, habló hoy en Córdoba. Lo hizo en la Bolsa de Comercio, con foco en el precio del dólar después de las elecciones.
Al ingresar, reiteró que el lunes post-elecciones “no va a pasar nada” con el cambio de régimen y que el esquema de bandas cambiarias seguirán. Y además, insistió con que la volatilidad del mercado se debe a la tensión política que se vive.
Consultado por La Voz sobre si podría cambiar el ritmo de ajuste de las bandas, el ministro negó también esa posibilidad.
Los dichos de Caputo
En el comienzo, Manuel Tagle, presidente de la Bolsa, le dio la bienvenida. “Caputo ha tenido una función predominante en lograr el apoyo de Estados Unidos. Logró las negociaciones más finas con el Tesoro. Con estas ideas de la libertad, y el presidente Milei, tuvimos suerte y además vino el apoyo de los EE.UU. Es un hecho inédito que Trump haya tenido una relación empática con nuestro presidente. Merecen felicitaciones por poner a la Argentina en un lugar de privilegio. Espero que lo que estás haciendo siga luego de las elecciones y que los acompañen”, dijo.
Luego, el ministro afirmó que las elecciones del domingo son muy importantes porque “el mundo está mirando” lo que pase en Argentina.
Caputo sostuvo que la primera prioridad de su gestión fue “poner la macro en orden”, ya que, según explicó, “si la macro no está en orden, no podés aspirar a tener un crecimiento sostenido, que es lo genera la inversión”.
Además, enfatizó que la falta de inversión ha sido la razón por la que Argentina no crece en términos per cápita desde hace 14 años y que el empleo tampoco ha mostrado avances significativos.
El funcionario afirmó que esta situación se debe a la ausencia de una macroeconomía ordenada y señaló que la segunda etapa de su plan de gobierno se centrará en “reformas de segunda generación”. Sobre estas medidas, Caputo explicó que “son reformas buenísimas, y que van a destrabar toda la maraña de regulaciones y de trabas que el Estado le pone al empresariado, y que hace que el país no pueda despegar”.

Caputo subrayó que la concreción de estas reformas dependerá de una mayor gobernabilidad y que, en ese sentido, el voto ciudadano es determinante. Según dijo, “es muy importante el voto”.
Además, expresó su visión sobre la relevancia internacional de los comicios: “El mundo está mirando estas elecciones. Vengo de las reuniones del G20 y el Fondo Monetario. No podía creerlo”.
El ministro consideró que un voto que no respalde este curso económico podría representar una oportunidad perdida: “Un voto no kirchnerista que no va hoy a La Libertad Avanza me da lástima por los argentinos porque es un voto perdido”.
También insistió en que la inversión, tanto extranjera como local, es clave para mejorar los ingresos y el empleo. Según sus palabras, “la posibilidad de captar inversión directa extranjera en un plazo de dos años, como se está dando, es algo inédito”. Por eso, concluyó que Argentina enfrenta “una oportunidad histórica”.
Qué pasa con el poder adquisitivo
Caputo también abordó la preocupación sobre el poder adquisitivo de los argentinos y el impacto en el crecimiento económico. “Ojo con lo que cree el kirchnerismo: que poniendo plata a la gente, generando déficit y financiándolo con emisión, se puede impulsar el consumo y, por ende, el crecimiento”, advirtió.
Sin embargo, el funcionario dijo que esta estrategia genera efectos contrarios porque la emisión monetaria provoca rechazo de la moneda y deprecia el valor frente a bienes reales o financieros, como el dólar.
Caputo recordó que este modelo ya se aplicó en 16 de los últimos 20 años en Argentina, con resultados desastrosos, y afirmó que “hasta para quien duda de nuestro camino, hay algo seguro: el otro no funciona”.
Ante un auditorio que lo aplaudió varias veces, el ministro destacó que el Gobierno de Milei ha logrado evitar crisis terminales y señaló que, a diferencia de hace 20 meses, existen resultados concretos que respaldan la política económica implementada.
Consultado sobre el impacto de las elecciones, Caputo aseguró que “no va a pasar nada” y “el esquema se va a mantener exactamente igual”. Reiteró que se mantendrán las bandas cambiarias, sustentadas en un Banco Central capitalizado y en fundamentos sólidos, con un tipo de cambio “absolutamente razonable”.
En ese sentido, comparó la situación actual con la salida del cepo de Mauricio Macri, resaltando que hoy la economía tiene superávit fiscal y un déficit de cuenta corriente bajo, lo que permite sostener la moneda en niveles superiores a los históricos sin riesgo.
Sobre la volatilidad en los mercados y la sensación de riesgo por elecciones, Caputo aclaró que se trata de un fenómeno recurrente. Recordó que en tres ocasiones previas durante su mandato (enero y julio de 2024, y marzo-abril de 2025) se observó un nivel similar de dolarización, que después siempre corrigió entre 10 y 20% hacia abajo con el tiempo.

El ministro atribuyó la reacción del mercado a la percepción de un posible cambio de régimen, a pesar de que “no va a haber ningún cambio” y de que los fundamentos económicos son más sólidos que nunca, con respaldo financiero internacional.
Caputo hizo hincapié en la importancia de mostrar resultados tangibles para recuperar la credibilidad local, erosionada durante décadas.
“Lo más difícil como policymaker es generar confianza; Argentina ha perdido credibilidad y tenemos que recuperarla constantemente con resultados”, señaló. Como ejemplos, mencionó el equilibrio fiscal alcanzado, la baja de impuestos y la disminución de la inflación, que han desmentido pronósticos negativos sobre recesión o crisis cambiaria.
Qué pasa con las reservas
Respecto a las reservas, aclaró que su administración heredó cifras negativas de 11.500 millones y logró recomponerlas a 5.000 millones positivos, acumulando una mejora neta de 16.500 millones.
Explicó que la capacidad de compra de dólares está limitada por el tamaño del mercado local, que opera alrededor de 400 millones diarios, y por la necesidad de cumplir con obligaciones de deuda.
Aun así, subrayó que su gobierno ha comprado más dólares que cualquier otra administración reciente, respetando los contratos y evitando defaults.

Finalmente, Caputo enfatizó la relevancia política de las elecciones y su impacto en el futuro del país. Señaló que estas elecciones de medio término son cruciales para mostrar al mundo que Argentina valida el rumbo económico actual, evitando que propuestas de expropiaciones o financiamiento con emisión vuelvan a generar crisis.
En sus palabras, “el mensaje de estas elecciones es mucho más profundo de lo que todos creen: lo que está en juego es que los argentinos validen el rumbo, para que en 2027 las alternativas sean más racionales y no se repitan los errores del pasado”.
Qué pasa con la continuidad
En otro momento de la charla, Caputo buscó llevar calma a los mercados y despejar rumores de cambios en el equipo económico. Consultado sobre si seguiría frente a Economía, lo confirmó. “Sí habrá cambios”, expresó pero aclaró: “Pero en Economía seguro que no”.
Con un tono distendido, el funcionario se permitió incluso ironizar sobre los rumores de su salida. “Debe ser mi caso con Javier (Milei) uno de los más insólitos de la historia. Todos los días me renuncian. Tenemos una hermandad. No debe haber habido una relación como la nuestra, ni la habrá habido en todo sentido”, aseguró.
El mensaje de Caputo apuntó a mantener la confianza en medio de la dolarización de carteras que domina los días previos a las urnas. “Hoy tenés el país entero dolarizado. Los agregados monetarios son prácticamente son de juguete. Siempre fueron bajos y hoy son la mitad del promedio de los últimos 15 años”, explicó, y anticipó que tras los comicios podría comenzar una normalización. “Una vez que la gente vea que no hay ningún cambio en la política económica ni cambiaria van a decir: ‘Pucha, compré dólares a $1.490 y no devaluaron nada’. Ahí se va a empezar a normalizar”, afirmó.
Ante la periodista Laura González, el ministro reconoció que la política monetaria aplicada fue deliberadamente restrictiva para frenar cualquier intento de desestabilización, y eso le pegó a la tasa de interés.
“Se tomó la decisión de hacer un apretón monetario para que no hubiera liquidez diaria que pudiera generar mayor volatilidad. Eso vino a expensas de un encarecimiento del crédito y un mayor parate, pero todo esto se va a despejar el domingo... Dios quiera que para bien”, dijo.
Caputo defendió además el ajuste fiscal como la base del programa. “Hemos hecho lo más difícil, que se creía imposible: bajamos cinco puntos de déficit en el primer mes y respetando la propiedad privada, sin confiscaciones ni defaults. Vinimos a hacer ese trabajo y lo vamos a seguir haciendo”, sostuvo.
En otro tramo de la charla, el ministro planteó que el desafío de fondo es “eliminar la dependencia del ahorro externo” y reconstruir el mercado de capitales local. “Todos los países serios tienen un mercado de capitales desarrollado. Nosotros tenemos ahorro, y mucho, pero guardado en el colchón. Hay que lograr que haya ahorro interno, tanto en pesos como en dólares. Es un cambio de paradigma”, remarcó.
Caputo adelantó que el Gobierno ya tiene diseñado un esquema de incentivos al ahorro de largo plazo, aunque evitó dar detalles. “No quiero ahondar, pero sí el concepto es ese: que haya un incentivo obvio para aportar a un seguro de retiro de largo plazo. Te vamos a dar un incentivo tan claro que nadie lo va a dejar de hacer”, adelantó.
Con una visión optimista, el funcionario aseguró que el país tiene potencial para liderar la región.
“Argentina es tremendamente rica en recursos naturales y en capital humano. La industria del conocimiento compite y atrae inversiones, incluso con salarios que se duplicaron o triplicaron en dólares. Los empresarios eligen Argentina porque el capital humano es mejor que en cualquier otro país”, sostuvo.
Caputo cerró su exposición con un mensaje político y de confianza: “No es un proyecto de poder, es un proyecto de país. Estas elecciones son súper importantes. Tengan la confianza de que las cosas van a salir bien. Argentina puede, y va a ser el país que más crezca y el más libre en los próximos 20 años”.