Argentina concluyó 2022 con 11.349 personas detenidas en prisiones federales, 413 más que en el año anterior, lo que representa una sobrepoblación carcelaria del 3,8 %, de acuerdo a datos oficiales publicados este jueves.
Según el informe anual de la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin), que depende del Ministerio Público Fiscal argentino, la cifra de presos implica que las cárceles federales alojan a más personas de lo que permite su infraestructura.
Por otra parte, el estudio indica que, de los detenidos, 6.218, es decir, un 54,8 %, se encuentran en prisión preventiva.
El número de personas privadas de su libertad mantiene una variación creciente del 0,6 %, respecto al año anterior, y en 2022 el 5,9 % recibió una condena firme, mientras que se redujo en un 5,2
En lo que respecta a la distribución por género, el Procuvin indicó que la población carcelaria está integrada en casi su totalidad por hombres con un 93,1 %, un 6,5 % por mujeres y solo un 0,3 % por personas trans.
Las prisiones federales de Argentina cuentan con 8 complejos y 27 unidades de detención distribuidas en 13 provincias.
En enero pasado el presidente argentino, Alberto Fernández, inauguró obras para ampliar y modernizar la infraestructura carcelaria del Complejo Penitenciario Federal VI en Mendoza.
Esto responde al proyecto de obras de arquitectura penitenciaria que el mandatario había anunciado en agosto de 2020 en plena pandemia, cuando enfatizó la importancia de mejorar la calidad de los lugares de detención.
“Necesitamos construir cárceles porque si el delito crece, más gente será condenada. Cuando el delito ocurra, sea castigado, y que, cuando haya sentencia condenatoria, cumpla la condena en condiciones de dignidad”, dijo entonces Fernández en un acto virtual durante la pandemia.