En un Congreso efervescente y polarizado, el reciente debate caliente entre los diputados nacionales dejó expuestas dos miradas antagónicas sobre el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el rumbo económico de la actual administración. Básicamente, dos miradas de país que sintetizan Pablo Carro (Unión por la Patria) y Luis Picat (UCR, en sintonía con el gobierno de Javier Milei).
Invitados por el programa Voz y Voto, recrearon en un microcosmos las tensiones políticas que atraviesan al país. Aunque ambos, vale decirlo, son de los más “moderados” en el recinto.
El FMI es el tema que más divisiones ha generado siempr en el país. Y más a partir del acuerdo. “Nosotros entendemos que es inconstitucional”, sentenció Carró, y agregó: “Hay una ley específica que establece que si se toma un acuerdo con el Fondo, tiene que pasar por el Congreso”.
Además, denunció que el nuevo acuerdo se firmó sin que se conozcan datos clave como “el monto, los intereses, los plazos o las condiciones”.
Picat, por su parte, defendió el respaldo que le dio al acuerdo, dijo que “ya hay un cierto conocimiento” de lo que se va a firmar y detalló que se trata de un stand by por 12 mil millones de dólares, con una rebaja de tasas del 20%.
Para el “radical con peluca” (no le molesta que le digan así), la negociación es necesaria para fortalecer las reservas del Banco Central y “darle valor al peso”, algo que considera esencial para la estabilidad. “Esto sí genera estabilidad en los mercados. No en el financiero, sino en la gente”, insistió.
El cruce tomó vuelo ideológico cuando Carro acusó al gobierno de Milei de utilizar los fondos “para pisar los dólares financieros y mantener esta fantasía de estabilidad económica”. El cristinista rechazó la idea de tomar más deuda: “Incrementamos la deuda para resolver algo que... no era un problema de papelitos de colores. Vamos a cambiar eso por una buena cantidad de billones de dólares”.
Picat retrucó desde una visión más pragmática. “No es malo tomar deuda si tenés cómo pagarla”, argumentó, y señaló que el nuevo acuerdo permite estirar los plazos de pago de 4 a 10 años, otorgando “sanidad al presupuesto”. Incluso defendió la política económica del Gobierno nacional como una ruptura respecto de administraciones anteriores: “Ya se hizo el esfuerzo. Los argentinos lo hicieron. Y eso permite un acuerdo distinto”.
Sin largo plazo
Sobre lo que viene, Carro se mostró escéptico de cualquier beneficio a largo plazo. “El Fondo es una calamidad. Una vez que le estás debiendo, no importa el gobierno: estás condicionado”, enfatizó.
Además, criticó la supuesta inconsistencia de Milei. “Dijo que era especialista en crecimiento sin dinero. Y ahí está, yendo a buscar más dinero”, lo chicaneó.
La memoria histórica también se coló en el debate cuando Carro recordó que “ (Raúl) Alfonsín se tuvo que ir antes porque el Fondo no quiso darle un desembolso”. Aunque también fue crítico del acuerdo firmado por Martín Guzmán durante el gobierno del Frente de Todos, del que formó parte. “Calzó un nuevo crédito para pagar el crédito anterior”, en lugar de encarar una reestructuración, se quejó.
Sin embargo, para Picat el acuerdo de Guzmán tampoco fue tan perjudicial. “Ese crédito se debería pagar en cuato años y ahora se va a pagar en 10. Eso te da estabilidad fiscal”, dijo, planteando una lógica de revolving (finaciamiento) de deuda similar a la que aplican “todos los países ordenados”.
El rol del Congreso
El choque también evidenció dos enfoques sobre el rol del Congreso. Para Carro, el uso de DNU por parte de Milei (una práctica habitual del Presidente) refleja una estrategia autoritaria ante la falta de acuerdos. Picat, en cambio, lo justificó ante “un Congreso atomizado y electoralizado”.
Ambos coincidieron, no obstante, en que la calidad del debate parlamentario ha ido decayendo. “No se puede permitir ni las malas palabras ni denigrar a otra persona”, reclamó Picat.
Hacia el final, el debate bajó su intensidad pero no su densidad. El legislador de Unión por la Patria insistió en que los datos económicos de Milei no son alentadores: “Los salarios están deprimidos, los precios crecieron brutalmente. Los medicamentos son un delirio”, subrayó.
A lo que Picat respondió que “el flujo de fondos del Banco Central es positivo, con 7 mil millones de dólares en saldo”.
La visión de Carro fue más sombría: “Me temo que esto solo cierra con represión. Y eso hace difícil imaginar cosas lindas para el futuro de Argentina”. Mientras que Picat sostuvo su fe en el camino actual: “La inflación ya no es el principal problema para la gente. Eso demuestra que algo ha cambiado”.
“Gobierno de Córdoba: mucha obediencia, pocos resultados”
Carro fue categórico al analizar el desempeño de Martín Llaryora y su relación con Milei. “El Gobierno provincial siempre dice que son institucionalistas, que son opositores, pero acompañan en los aspectos centrales”, disparó el kirchnerista, señalando una postura ambigua que, remarcó, solo busca congraciarse con la Nación.
Carro recordó que el gobernador, tuvo en el pasado una posición crítica sobre los ajustes a los jubilados, pero que hoy “se fue de rodillas a Tucumán a firmar el Pacto de Mayo”. Y agregó con ironía: “La inflación en Córdoba es la más alta del país”.
Según Carro, el gobernador “está más preocupado por hacer los deberes para las grandes corporaciones que por su propia gente”. Entre las deudas de Nación hacia Córdoba que no han sido saldadas, mencionó el subsidio al transporte, el Fonid para docentes y los fondos de la Caja de Jubilaciones. “Colabora con Milei sin rédito para la provincia”, sentenció.
Y definió a Llaryora como “más hijo de Schiaretti que de De la Sota”, subrayando un perfil más alineado con el establishment que con una mirada popular.