“Sorpresas te da la vida”, deben haber pensando los operadores libertarios en el Congreso, cuando la senadora Alejandra Vigo confirmó que se abstendrá en la votación del pliego de Ariel Lijo, uno de los candidatos propuestos por el presidente Javier Milei para cubrir una vacante en la Corte Suprema de Justicia.
Todo indica que el jueves próximo, el Senado tratará el pliego del polémico juez federal, que recibió más de 600 objeciones durante el tratamiento de su pliego, en la Comisión de Acuerdos de la Cámara Alta.
El candidato impulsado por el Presidente necesita el aval de los dos tercios de “los presentes” en el recinto del Senado.
Si estuvieran los 72 senadores –algo casi imposible que suceda– Lijo debe alcanzar los 48 votos para convertirse en miembro de la Corte Suprema.
En esa instancia, también entrarán a jugar las ausencias y las abstenciones. Cuantos más bancas vacías queden, mejorarán las chances de Lijo para conseguir la mayoría agravada. Las abstenciones, como la que anunció Vigo, deberán ser autorizadas por el cuerpo.
De todos modos, con su abstención, Vigo, flamante presidenta de la sensible Comisión de Asuntos Constitucionales, generó lo que se puede interpretar una buena noticia para la Casa Rosada. El peor escenario para oficialismo en la votación individual es el rechazo del pliego.
Vigo no se había pronunciado, pero había dado indicios concretos de que rechazaría la postulación de Lijo, con el argumento que debía ser una mujer la propuesta para ocupar la vacante que en 2021 dejó Elena Inés Highton de Nolasco, que cubriría el polémico juez federal.
La esposa del exgobernador Juan Schiaretti presentó en el Senado un proyecto de equidad de género para la Corte Suprema y todos los tribunales colegiados de la justicia federal. De este modo argumentó su abstención en el caso de Lijo, pero que también repetirá cuando se trata el pliego de Manuel García-Mansilla, el otro candidato propuesta por Milei.
“En esta oportunidad, no voy a reparar en la idoneidad de los candidatos propuestos para la Corte Suprema, porque considero que no hay ninguna razón para que se excluya a las mujeres en su conformación. Ya hice pública mi posición a través de la presentación, el año pasado, del proyecto de equidad en la conformación de la Corte. Por eso me voy a abstener. Además, agrego que no voy a respaldar nombramientos de jueces del máximo tribunal por decreto”, expresó la senador peronista por Córdoba.
Rechazos
De los tres senadores por Córdoba, Luis Juez y Carmen Álvarez Rivero, son los más cercanos al Gobierno nacional. Aunque, este sábado ratificaron que votarán en contra de la postulación de Lijo.
Ante una consulta de La Voz, los dos senadores que apoyan la gestión del presidente Milei confirmaron que en este caso no acompañarán a Lijo, el candidato del Presidente.
“Haré lo que vengo diciendo, y que en su momento le comuniqué personalmente al Presidente: votaré en contra de Lijo”, dijo el fundador del Frente Cívico cordobés.
Mientras que Álvarez Rivero ratificó el rechazo que viene sosteniendo desde el año pasado.
“Yo acompaño y apoyo al Gobierno nacional, pero una manera de colaborar para el éxito de la gestión, también es saber decir que no. El juez Lijo no rinde las condiciones para ser miembro de la Corte Suprema”, aseguró la dirigente del PRO que llegó al Senado en la lista de Juntos para el Cambio, y que hoy políticamente está cerca de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
Votación ajustada
El propio jefe de Gabinete, Guillermo Francos, admitió el viernes pasado que “aún no están los votos” en el Senado para aprobar el pliego de Lijo.
De todos modos, en la Casa Rosada hay mucho optimismo que el próximo jueves se apruebe la designación.
El kirchnerismo, que tiene 34 senadores, dividido en dos bloques, aportaría la mayor cantidad de respaldo para el cuestionado juez federal.
Dicen que el propio Lijo, con el apoyo de operadores políticos del PJ y también del radicalismo, se encargó de salir a conseguir votos de senadores que responden a los distintos gobernadores.
“Es un hombre del poder, y por eso los gobernadores ordenarán a sus senadores a votarlo”, dijo alguien que conoce los vericuetos de la política nacional.
Sobre la abstención de Vigo, desde su entorno negaron cualquier negociación con el Gobierno para su abstención.
Aunque en los pasillos del Senado se comenta que el correntino Carlos “Camau” Espínola, integrante del bloque de Vigo, es quien tiene un diálogo directo con la Casa Rosada.
Espínola habría sido el negociador para que la esposa de Schiaretti reemplace al expulsado Edgardo Kueider, como presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales, cargo que ocupaba el dirigente entrerriano, detenido en Paraguay.
Para encabezar esa estratégica comisión, Vigo recibió el apoyo de senadores peronistas y hasta del propio Luis Juez.
Lijo tiene chances de tener el aval del Senado. El otro candidato de Milei, Manuel García-Mansilla aún no consiguió el dictamen de comisión.
Se especula que Milei podría nombrarlo por decreto, al no tener los votos en el Senado, ante el rechazo del kirchnerismo a la postulación del catedrático.
En este hipotético caso de designación por decreto, Vigo anunció que lo rechazará. Mientras que Juez y Álvarez Rivero ya se han pronunciado a favor de que García-Mansilla llegue a la Corte.
Una de las preguntas que se hacen en el ámbito político, es por qué el presidente Milei propone a un miembro de la denominada “casta judicial” para ingresar a la Corte Suprema.
El argumento oficial que brindó el jefe de Gabinete fue que el juez federal “es un hombre de carrera, que conoce todos los movimientos del Poder Judicial”.
No obstante, el argumento político es más concreto: Ricardo Lorenzetti, actual miembro de la Corte Suprema, habría convencido a Milei de que Lijo sería el único que podría recibir el apoyo de la expresidenta Cristina Kirchner, quien tiene mucha influencia en el Senado.
El propio ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, admitió en una entrevista en el canal TN, que el juez Lorenzetti fue quien “le acercó” el nombre de Lijo al Presidente de la Nación.
Cristina Kirchner nunca tuvo una buena relación con Lijo, pero el juez federal ya demostró en su gestión al frente de uno de los juzgados de Comodoro Py que tiene cintura política.
Según datos que aportó el Centro de Información Judicial (CIJ), durante sus 19 años como juez federal tramitó un total de 89 causas de corrupción. Casi un tercio de estos expedientes (26) continúa en etapa de instrucción –la fase liminar de cualquier proceso de investigación– y la mitad de ellas permanece en este estado, desde hace 10 años o más.
Otra ONG, en este caso, Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ), analizó la tarea de Lijo y concluyó que en su juzgado hay 13 causas con más de 10 años de antigüedad que involucran a exfuncionario del menemismo, del kirchnerismo y a empresarios.