Luego de fracasar las negociaciones entre los sectores enfrentados, el que lidera José “Pepe” Pihen y el que encabezan el metalúrgico Rubén Urbano y Pablo Chacón (Comercio), la CGT oficial de Córdoba quedó al borde de la intervención desde la central obrera nacional.
Horacio Otero, delegado de la central nacional, había convocado a un plenario normalizador para este jueves, pero como no hubo un acuerdo para una conducción de unidad entre los dos sectores enfrentados, el encuentro se postergó sin fecha.
Entre el viernes y el lunes pasado hubo negociaciones para lograr la unidad, pero una comunicación telefónica entre Pihen y Urbano terminó con el intento de consensuar una lista de unidad.
Pihen, actual titular de la CGT Córdoba, se mantuvo en su postura de que tiene el respaldo de la mayoría de los gremios cordobeses.
Mientras que Urbano sostiene que desde la central obrera nacional quieren a un “delegado” en la provincia que responda a ellos.
Las versiones indican que Pihen le ofreció a Urbano ocupar el segundo lugar como adjunto en una nueva conducción cegetista.
El titular de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) de Córdoba sigue sosteniendo que para que haya unidad Pihen se debe correr de la futura conducción.
“Ya lo hemos dicho. No es una cuestión personal. Tengo mucho respeto por la trayectoria del “Pepe” Pihen, pero la CGT nacional quiere a un delegado en Córdoba que sea de un gremio privado y en actividad. Ya sabemos que Pihen es un dirigente estatal (titular del Sindicato de Empleados Públicos), y además, está jubilado. No es algo que digo yo, lo exige la CGT nacional”, afirmó Urbano.
Desde la otra vereda, fiel a su estilo de no hacer declaraciones cuando está en una negociación salarial o política, Pihen prefiere el silencio.
Aunque desde su sector, el titular de uno de los gremios que respaldan a Pihen, que también pidió no ser mencionado, fue contundente.
“Sólo queremos que se aplique la democracia sindical. Como lo indica el estatuto de la CGT nacional, si no hay una lista de consenso, se debe convocar a un plenario normalizador y que los gremios voten a la futura conducción. No queremos el dedo de nadie. Caso contrario, seguramente habrá dos CGT en Córdoba”, advirtió el gremialista que integra la actual conducción de la central obrera cordobesa.
Lo que viene
Urbano, el dirigente cordobés que tiene un vínculo directo con la CGT nacional, a través de Abel Furlán, secretario general de la UOM nacional y secretario del Interior de la central obrera, ya comunicó que se cayeron las negociaciones por la unidad.
El triunvirato de la CGT nacional, integrado por Héctor Daer (Sanidad); Carlos Acuña (empleados de estaciones de servicios) y Pablo Moyano (Camioneros), junto con Furlán, deberá resolver los pasos por seguir.
Los dirigentes cordobeses, incluidos los opositores a Pihen, no quieren una intervención directa desde la central nacional.
En este contexto, una posible salida es que desde la central de la calle Azopardo designen a una comisión normalizadora, para que en 60 días logren una conducción de unidad.
Podría ser un triunvirato que contenga a todos los sectores. Además de los mencionados, hay otros gremios que integran la alicaída CGT “nacional y popular” Rodríguez Peña, que siguen liderando Gabriel Suárez (Luz y Fuerza) y Mauricio Saillén (Surrbac).
Como Pihen y Urbano representan a los dos grupos más enfrentados, la idea sería que ninguno de los dos integre esta posible comisión normalizadora.
También se menciona a Edgar Luján (Camioneros-Córdoba) y a Emiliano Gramajo (Aoita) como posibles integrantes de una conducción colegiada, con el aval de la central nacional, pero Pihen y la dupla Urbano-Chacón (Movimiento de Trabajadores de Córdoba) hoy están lejos de un acuerdo, que no se podría lograr sin estos dos grupos.
Desde el sector de Pihen, que hoy conduce la CGT local, siguen sosteniendo que ellos tienen el respaldo mayoritario de los gremios, por lo cual no aceptarán una intervención nacional.
En el caso de mantenerse esta postura, más que una comisión normalizadora se podría dar el quiebre total del sindicalismo cordobés, con dos CGT, como en el pasado reciente: una reconocida por la central obrera nacional y otra con el apoyo de la mayoría de los gremios cordobeses.
Diferencias políticas
Como ya informó La Voz, detrás de esta pulseada por la conducción de la CGT cordobesa hay diferencias políticas y económicas.
Desde la CGT central aseguran que Pihen lidera una federación de gremios estatales nacional que adeuda más de tres millones de pesos en aportes a la conducción nacional.
Por otro lado, Pihen es legislador provincial de Hacemos por Córdoba y es un dirigente del PJ provincial que lidera el gobernador Juan Schiaretti.
Mientras que la CGT nacional mayoritariamente está encolumnada con el Gobierno nacional, especialmente con el presidente Alberto Fernández.
Son públicas las diferencias entre la central obrera y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, que el próximo lunes encabezará un acto organizado por la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) que lidera el cristinista Hugo Yaski, opositor a los denominados “Gordos” de la CGT nacional.
Mientras que en el Movimiento de Trabajadores de Córdoba (MTC) también hay matices políticos. Urbano es un dirigente peronista, pero con casi nulos vínculos políticos con el PJ provincial.
En tanto, Pablo Chacón, luego de un breve paso por el Frente Renovador de Sergio Massa (fue candidato a diputado nacional por el Frente de Todos, en 2019), ahora es un dirigente muy cercano a la senadora Alejandra Vigo y reconoce al gobernador Schiaretti como su líder político.
Sobre esta cuestión, Urbano trató de minimizar los matices políticos. “Yo soy peronista, pero no tengo muchos vínculos con el Gobierno provincial, cosa que tienen otros compañeros. Lo que digo es que como dirigentes gremiales tenemos que defender los intereses de los trabajadores. Después, cada uno puede militar en el sector que le parezca”, concluyó el dirigente metalúrgico.
