Para bien o para mal, no habrá otros responsables que no sean los dirigentes nacionales y cordobeses de La Libertad Avanza del resultado electoral que logre la boleta extremadamente “pura” que inscribió anoche el oficialismo nacional para competir por las nueve bancas en juego que pone el distrito Córdoba, el segundo más grande del país.
100% libertaria y plagada de dirigentes noveles –y muy desconocidos para la política– es la propuesta de los violetas en esta provincia. Aquí sí podrán decir sin contradicciones que la oferta es “libre de casta”.

Ese resultado, sin embargo, terminó siendo la derivación de una rosca plagada de marchas y contramarchas, con aliados locales que parecían adentro hasta hace sólo algunas horas –como el caso del radical Rodrigo de Loredo– y otros que prefirieron acompañar sin pedir nada a cambio, como sucedió con el senador Luis Juez, que no coló a ningún dirigente del Frente Cívico en la nómina de su “amigo” Javier Milei.
El macrismo también quedó fuera de juego, una vez que perdió el control del PRO en Córdoba. Karina Milei se quedó con todo. Y Gabriel Bornoroni se juega en esta elección buena parte de sus aspiraciones para 2027.
Los libertarios, que en el balotaje de 2023 lograron el récord de 74% de adhesión entre los cordobeses, necesitarán como nunca de la figura del presidente Milei para apuntalar su discurso. ¿Qué nivel de compromiso tendrá Milei en la campaña cordobesa? ¿Vendrá a la provincia o se centrará en la siempre decisiva batalla bonaerense? Casi sin conocimiento entre el electorado, ¿Gonzalo Roca podrá ser el Manuel Adorni cordobés y decir acá que es lo mismo que Milei? Parece muy difícil.

El desafío para los violetas tiene una exigencia extra: enfrente estará el exgobernador Juan Schiaretti, el político de mayor experiencia de la provincia y con el nivel de imagen positiva más alta entre los cordobeses.
Los libertarios jugaron un pleno, una apuesta que asoma arriesgada. Ahora falta una campaña y votar, ni más ni menos.