En los últimos días, el intendente de Córdoba, Martín Llaryora, se mostró en actos y compartió fotos con dirigentes del radicalismo que tienen buena llegada con el Gobierno provincial. Con algunos sumó vínculos más allá que entendimientos institucionales.
La pata radical en un armado de Hacemos por Córdoba para las elecciones de 2023 sigue más firme que nunca. Sin que avance un acuerdo nacional que ubique juntos al gobernador Juan Schiaretti y al radical Facundo Manes, hay dirigentes opositores que están dispuestos a quedarse en un esquema con el oficialismo provincial antes que sumarse a Juntos por el Cambio, con una eventual candidatura a la Provincia del líder del Frente Cívico, Luis Juez.
En el mientras tanto, el coqueteo entre algunos radicales y el intendente de Córdoba está en curso. El fin de semana, Llaryora compartió fotos con su par de Bell Ville, el radical Carlos Briner.
Uno de los intendentes con buen diálogo con el Gobierno provincial, pero que, además, está en la lista de aquellos que consideran que la UCR tiene que contar con su propio candidato a gobernador, más allá de las aspiraciones de Juez.
El sábado pasado, Briner y Llaryora compartieron un espacio en el Festival Aéreo de Bell Ville y aprovecharon para un intercambio distendido y con buena sintonía, de acuerdo con el relato de dirigentes de Hacemos por Córdoba que siguieron la visita al departamento Unión.
Más que homenajes
Llaryora ya venía de una semana con elogios para algunos radicales. En un acto en el que se homenajeó al exintendente Rubén Américo Martí, aprovechó para reconocer a parte del entonces gabinete municipal, por lo que compartió el evento con el diputado nacional Gustavo Santos (Juntos por el Cambio), Alfredo Blanco y Guillermo Marianachi (integrante del equipo actual de Gobierno municipal). De esa forma, dio impulso al Plan Estratégico y a la Agencia para el Desarrollo Económico de la Ciudad (ADEC).
También entregó un reconocimiento a Esteban Martí, hijo del exintendente, en el mismo acto en el que hubo representantes de 50 entidades que componen la Adec.
Este gesto fue reconocido por Santos, que también habló en el evento y se ocupó, luego, de difundirlo en sus redes sociales.
En el entorno del diputado nacional por Córdoba no hicieron más que insistir que fue un acercamiento institucional, aunque también hubo radicales que lo analizaron como un posicionamiento ante la coalición opositora por parte del exministro de Mauricio Macri y entonces presidente de la Agencia Córdoba Turismo en gestiones de Schiaretti como de José Manuel de la Sota.
“Es una foto pícara que hacen ellos (desde Hacemos por Córdoba) para generar hipótesis e insinuaciones, que da a libre interpretación”, confiaron desde el círculo de Santos sin realizar otro análisis.
Pero las fotos de Llaryora con los radicales no terminaron con su visita al departamento Unión o en el homenaje a Martí, sino que sumaron un nuevo capítulo cuando el domingo compartió en barrio Guiñazú escenario con la intendenta de Juárez Celman, la radical Myriam Prunotto.
En su discurso, Llaryora le dedicó varios elogios a su par, de la que aseguró que comparte –desde sus años como intendente de San Francisco– la misma visión sobre el trabajo, lo que terminó hace unos meses por materializarse con la creación del ente metropolitano. Una idea que Prunotto volvió a reflotar cuando Llaryora llegó a la Intendencia de Córdoba capital.
La foto que une a Prunotto y Llaryora
“Hace muchos años que conozco a Myrian. Cuando era intendente de San Francisco, venía y charlaba con ella y me contaba que había una zona de Córdoba, que es Guiñazú, pegadita a Juárez Celman. Y me decía que la habían sumido en el olvido, que la gente de Guiñazú iba a las plazas y a atenderse a Juárez Celman porque no había progreso, por eso se lo agradezco, una intendenta solidaria”, fueron las palabras de Llaryora en el marco la inauguración de las obras del nuevo Centro Cultural y Deportivo CPC Guiñazú.
Esta foto juntos a comienzo de semana también tuvo varias lecturas. Los radicales que están en desacuerdo con una candidatura de Juez, y alientan un acuerdo Manes-Schiaretti, son los que más aplaudieron este entendimiento entre Prunotto y Llaryora, cada vez más consolidado.
Mientras que los que ven un acuerdo político, más que institucional, aseguraron que “se trata de una nueva estrategia del oficialismo para romper en el radicalismo”.
“Hay varios dirigentes del radicalismo como del PRO que no se sienten contenidos dentro de Juntos por el Cambio en Córdoba porque el radicalismo, como partido, está más interesado en tener una buena relación con Juez, que con los radicales. Ejemplo es la actitud que toma respecto de los intendentes y jefes comunales de la UCR sobre la re-reelección”, aseguró un dirigente de Juntos por el Cambio más en línea con Pronutto y con otros intendentes radicales, como Claudio Benedetti (Arroyito), Luis Azar (Tanti) y Briner (Bell Ville).
En el entorno de Prunotto aseguraron que el acto en Guiñazú no hizo más que poner en evidencia una relación política con coincidencias con Llaryora “con futuro”. “Hay que recordar que en las últimas elecciones en el radicalismo la pusieron en una lista, después la borraron... ella si tiene que ser parte del Gobierno provincial como ministra, lo será, aunque nunca deje de ser radical”, confiaron desde su círculo.
“No es una relación institucional, pero hay un acercamiento y una simpatía porque Llaryora hace más que sus correligionarias y porque, por ejemplo, cuando le pidió el ente metropolitano, él se puso de lleno a trabajar. La ve como una hacedora, por eso hay algo más que institucional y, seguramente, que si le dieran a elegir entre Juez, De Loredo o Martín, elegiría por Martín porque siempre le dio lugar”, aseguraron desde el entorno de Prunotto, quien lleva adelante su tercer mandato como intendenta.
