La mejor semana del Gobierno en meses se vio coronada este jueves con la publicación del informe Condiciones de Vida, donde el Indec muestra la incidencia de la pobreza y la indigencia en los 31 aglomerados urbanos más importantes del país.
Los fríos números son elocuentes: la tasa de pobreza retrocedió al 31,6%. Se trata de una baja de más de 20 puntos respecto del mismo semestre de 2024 (52,9%) y de casi siete puntos en relación con el segundo tramo de ese año, cuando el 38,1% no ganaba lo suficiente como para alcanzar la canasta básica total (CBT).
También bajó (y mucho) el porcentaje de argentinos indigentes: de 18,1% en el primer semestre de 2024, dice el Indec, cayó a 6,9% entre enero y junio de 2025. En la segunda mitad del año pasado, el 8,2% no llegaba con sus ingresos a completar su alimentación (canasta básica alimentaria, CBA).
El 31,6% de argentinos pobres es un nivel que no se registraba desde el primer semestre de 2018, cuando comenzó la crisis desatada en la segunda parte del gobierno de Mauricio Macri. Entre 2009 y 2017, el porcentaje de argentinos pobres promedió entre 27% y 32%, según la medición (ver “Las crisis...”).
En cantidad de personas, en el primer semestre de este año, en la argentina urbana había 9,45 millones de pobres, 6,23 millones menos que un año antes.
Extrapolando los números a toda la población del país, la pobreza cayó de 25 millones a 15,1 millones. En un año, 9,9 millones menos.
La indigencia, en tanto, bajó de 8,60 millones a 3,28 millones en el mismo lapso.
Córdoba
En el Gran Córdoba, en tanto, había en el primer semestre 473.869 habitantes debajo de la línea de pobreza. Dentro de ese conjunto, 74.814 eran indigentes.
En porcentaje, la pobreza impactaba al 29,5% de los cordobeses y la indigencia afectaba al 4,7% de la población total. Son números que no se registraban desde el primer lustro de la década de 2010.
Con Javier Milei y Luis Caputo en Estados Unidos, uno de los primeros del Gobierno a reaccionar frente al número difundido por el Indec fue la del vocero de la Casa Rosada, Manuel Adorni. “No era emitiendo, no era hostigando al sector privado, no era aislándonos del mundo. El populismo empobrece, siempre”, dijo en las redes sociales.
Causas
La principal razón detrás del descenso en la tasa de pobreza es de orden estrictamente estadístico: la desaceleración de la inflación. Así como el salto de precios posterior a la devaluación de diciembre de 2023 provocó un aumento inmediato en este indicador social, la estabilización del índice de precios al consumidor (que muestra una variación interanual por debajo del 40%) generó el efecto contrario.
El tema es que la metodología oficial para medir la pobreza en Argentina es una resta. Consiste en comparar los ingresos familiares con el costo de la CBT. Si los ingresos son inferiores a ese umbral, se considera que el hogar es pobre. Si ni siquiera alcanzan a cubrir la CBA, el hogar se clasifica como indigente.
Según el último dato disponible del Indec, correspondiente a agosto pasado, una familia tipo necesita $ 1.160.780 para no ser pobre y $ 520.529 para no caer en la indigencia.
Hay que recordar que la inflación acumulada en el primer semestre del año fue de 15,1%. El mismo dato, en igual período de 2024, era casi 80%.
Desde hace años, distintos especialistas señalan la necesidad de complementar este enfoque con indicadores multidimensionales que reflejen mejor la calidad de vida. Sostienen que basar el diagnóstico exclusivamente en la relación entre ingresos y precios puede ofrecer una visión incompleta de la pobreza, al dejar fuera variables como el acceso a servicios, la vivienda digna, la educación o la salud.
Uno de los que plantea este tema es el sociólogo Agustín Salvia, director del Observatorio de la Deuda Social de la UCA, quien, además, dice que los últimos cambios metodológicos aplicados en la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) durante 2024 podrían estar afectando la comparabilidad histórica de los indicadores.
“El Indec realizó cambios metodológicos que, afortunadamente, permiten medir mejor la calidad del empleo y el nivel de los ingresos”, señaló Salvia en la red LinkedIn. Sin embargo, sostuvo que el organismo no brinda herramientas para evaluar en qué medida estas mejoras responden a una mejora real del bienestar o a un cambio en la forma de medir.
Dice que es clave que se transparente esta información para lograr diagnósticos más precisos sobre la situación social.
Salvia aclara que no cuestiona la baja de la pobreza ni la labor técnica del Indec. Dice esa caída es real y está relacionada principalmente con la desaceleración de la inflación.
Su crítica apunta a la “desprolijidad” en la comunicación de los cambios en la medición de los ingresos, en especial los informales y no laborales, que podrían estar influyendo en los resultados sin que eso esté del todo claro para el análisis público.
Julio y agosto
Algo de lo que publicó ayer el Indec había sido anticipado por el nowcast de pobreza que elabora el economista Martín González Rozada, de la Universidad Torcuato Di Tella. Este estudio mensual, basado en proyecciones del mercado laboral e ingresos familiares, permite estimar la incidencia de la pobreza antes de que se difundan los datos oficiales.
El informe tiene un valor extra, ya que no se limita al período enero-junio (como el del Indec), sino que incluye también los meses de julio y agosto.
Según esta estimación, en el semestre marzo-agosto de 2025 la pobreza urbana habría alcanzado al 31,1% de la población. La tasa de indigencia, en tanto, sería del 6,8%.
En comparación con el mismo período del año anterior, la pobreza bajó 16 puntos y la indigencia 7,7, impulsadas por una recuperación del ingreso por encima del aumento de las canastas básicas.
Volviendo a los datos del informe de este jueves del Indec, el porcentaje de hogares por debajo de la línea de pobreza alcanzó el 24,1%; en ellos reside el 31,6% de las personas. Dentro de este conjunto, el 5,6% de los hogares están por debajo de la línea de indigencia, que incluyen al 6,9% de las personas. Esto implica que, para el universo de los 31 aglomerados urbanos de la EPH, por debajo de la línea de pobreza se encuentran 2.456.090 hogares, que incluyen a 9.451.018 personas; y, dentro de ese conjunto, 565.821 hogares se encuentran por debajo de la línea de indigencia (2.051.984 personas).
En cuanto a los grupos de edad, el 45,4% de las personas hasta 14 años viven en hogares debajo de la línea de pobreza. El porcentaje total de personas bajo la línea de pobreza para los grupos de 15 a 29 años y de 30 a 64 años es del 37% y del 27,7%, respectivamente. En la población de 65 años y más, el 10,8% de las personas se ubica bajo la línea de pobreza, siempre al primer semestre de 2025.

La clave: ingresos versus canastas
La disminución en las tasas de pobreza e indigencia se explica por la dinámica observada entre los ingresos monetarios de los hogares y el costo de las canastas básicas. Dado que la pobreza y la indigencia resultan de la capacidad de los hogares de acceder a la Canasta Básica Total (CBT) y a la Canasta Básica Alimentaria (CBA) mediante sus ingresos:
1. Aumento de Ingresos: el ingreso total familiar promedio (ITF) a nivel de los 31 aglomerados aumentó un 26,3% con respecto al semestre anterior (2°S 2024). Interanualmente, el ITF mostró un crecimiento del 107,8% respecto al 1S 2024.
2. Aumento de Canastas: Las canastas regionales promedio aumentaron en menor medida: la CBA subió 13,2% y la CBT subió 12,3% (ambas respecto al semestre anterior).
En conclusión, los ingresos aumentaron a un nivel superior tanto con respecto a la CBA como a la CBT en el período estudiado.
Este “desacople” entre la evolución de los ingresos y el costo de vida generó la disminución de las tasas de pobreza e indigencia en el primer semestre de 2025.
A pesar de la mejoría general, la pobreza sigue golpeando con dureza a los sectores más vulnerables. Se destaca que el 45,4% de las personas de 0 a 14 años pertenecieron a hogares bajo la línea de pobreza en este período.
Además, el informe mide la brecha de la pobreza, que es la distancia entre el ingreso de los hogares pobres y el valor de la CBT. Para el 1° semestre de 2025, el ingreso total familiar promedio de los hogares pobres fue de $ 671.492, mientras que la CBT promedio de ese mismo grupo alcanzó $ 1.065.691.
Esto significa que, en promedio, la brecha de la pobreza se ubicó en el 37%.
En Córdoba, mejores resultados que el promedio nacional
El Gran Córdoba, presenta indicadores de pobreza e indigencia más bajos que el promedio de los 31 aglomerados urbanos.
Para el primer semestre de 2025, el 29,5% de las personas en el Gran Córdoba se encontró bajo la línea de pobreza. Esta cifra es inferior al promedio nacional del 31,6%. En términos de indigencia, el 4,7% de las personas del Gran Córdoba se ubicó bajo la línea de indigencia.
La Región Pampeana en su conjunto también mostró una de las menores incidencias de pobreza en personas (30,5%), solo superada por la Patagonia (27,0%).
El Gran Córdoba mostró una recuperación notable al comparar los resultados del primer semestre de 2025 con el mismo período de 2024:
• Pobreza (personas): la tasa cayó de 49,5% en el 1° semestre de 2024 a 29,5% en el 1° de este 2025, una disminución de 20 puntos.
• Indigencia (personas): se redujo de 12,8% en el 1° semestre de 2024 a 4,7% en el 1° de 2025, lo que implica una caída de 8,1.
La explicación de esta fuerte baja sigue el patrón nacional: el crecimiento de los ingresos superó el aumento de los costos de vida. En el Gran Córdoba, la suma del Ingreso Total Familiar (ITF) aumentó un 29,6% con respecto al semestre anterior.
Mientras tanto, la CBA promedio de la Región Pampeana subió 13,2%, y la CBT aumentó 12,2% entre el 2° semestre de 2024 y el 1° semestre de 2025.
El aumento de los ingresos del Gran Córdoba (29,6%) fue superior incluso al promedio total de aglomerados (26,3%), lo que impulsó su mejor desempeño en la reducción de la pobreza.
El Gran Córdoba es un ejemplo de cómo la mejora en la capacidad adquisitiva de los ingresos, frente a la evolución de las canastas básicas, ha sido el factor determinante en la reducción de la pobreza en el primer semestre de 2025.