La Corte Suprema confirmó la condena por corrupción contra la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, ratificando una sentencia a seis años de prisión y, lo que es más significativo, la inhabilitación de por vida para ocupar cargos públicos. Esta decisión, calificada de “histórica” por la prensa internacional, marca “el fin oficial de sus aspiraciones políticas” y representa un punto de quiebre en el panorama político argentino.
El máximo tribunal ratificó el fallo por administración fraudulenta, dictado inicialmente por un tribunal oral en diciembre de 2022, en el marco de la conocida “Causa Vialidad”. Kirchner fue hallada culpable de haber favorecido contratos de obras públicas durante sus gobiernos, beneficiando irregularmente al empresario Lázaro Báez.
Aunque se cree que la exmandataria evitará la prisión efectiva por razones de edad, algunas fuentes mencionan que deberá cumplir prisión domiciliaria. Sin embargo, el impacto más resonante de la sentencia firme en Argentina es la inhabilitación perpetua, que la aparta formalmente del escenario electoral y “cierra cualquier posibilidad de un regreso institucional”.
La noticia generó una ola de repercusiones en la prensa internacional. Medios de peso como The New York Times, El País de Uruguay, O Globo de Brasil, Bloomberg, Financial Times y la agencia ANSA coincidieron en destacar el carácter trascendental del fallo.
The New York Times definió a Kirchner como una “figura dominante de la política argentina durante más de dos décadas” y subrayó que el fallo sella su carrera política. El País de Montevideo enfatizó que no podrá ser candidata a ningún cargo electivo y que la sentencia “cierra el capítulo judicial más relevante de la era kirchnerista”. Bloomberg apuntó directamente a la “prohibición de por vida”, interpretándola como un mensaje claro sobre los límites de la corrupción en la función pública.

La prensa internacional también contextualizó el fallo dentro de un país con un largo historial de impunidad, señalando que se trata de una “rara instancia en que un ex jefe de Estado enfrenta consecuencias judiciales tangibles”. La decisión lleva a Argentina a un “territorio inexplorado” en comparación con otros países de la región donde figuras prominentes han sido vetadas por causas judiciales.
Internamente, la sentencia representa un “duro golpe al peronismo, que pierde a su principal referente electoral”. Medios como ANSA señalan que la decisión “sacude al peronismo” y lo obliga a repensar su liderazgo. Bloomberg y El País (España) vincularon el fallo con el actual contexto político y el gobierno de Javier Milei, señalando que podría reconfigurar los equilibrios internos del peronismo y consolidar el discurso ‘anticasta’. La sentencia también refleja una señal de “independencia del Poder Judicial frente a figuras históricas”.


La decisión generó una reacción polarizada en la sociedad argentina; mientras sectores celebran un avance contra la corrupción, otros denuncian una persecución política. Los seguidores de Kirchner denunció una supuesta persecución judicial, y un partido español, Podemos, incluso ve “golpismo” y “guerra sucia judicial” en la confirmación de la condena.