El largo conflicto en los hospitales provinciales está llegando a su fin. O, por lo menos, a una larga pausa de varios meses que le dará al Gobierno provincial el oxígeno para recuperar la iniciativa ante una protesta que, por momentos, lo superó.
Lo que comenzó en el hospital San Antonio de Padua de Río Cuarto con la renuncia de médicos de la guardia, quienes reclamaban desde hacía dos años por ser considerados “recurso humano crítico”, categoría que eleva el salario, terminó con fuertes subas salariales para profesionales y trabajadores de los hospitales provinciales, incluidos médicas y médicos residentes.
Gastón Vacchiani, secretario General de la Unión de Trabajadores de la Salud, dice que el conflicto fue “histórico” por los “niveles de organización” que alcanzó la protesta y la conformación de una “coordinadora de Salud”.
El miércoles, cuando la asamblea de profesionales y trabajadores del Hospital Córdoba decidió suspender las medidas de protesta “y retomar paulatinamente las tareas a los efectos de ir normalizando la atención”, el Ministerio de Salud respiró. El efecto dominó se desencadenó y la protesta quedó sin efecto.
Aunque los asambleístas aclararon que el incremento otorgado por el Gobierno provincial la semana pasada resulta “insuficiente”, pese a que está por encima de lo acordado por el Sindicato de Empleados Públicos (SEP) en la paritaria, el levantamiento de esa protesta fue el inicio del fin del conflicto.
Por el peso de los profesionales que la integran, la del Córdoba fue una de las asambleas que motorizó el conflicto durante estas semanas. El aula magna del nosocomio lució repleta hasta este miércoles, cuando la convocatoria fue notablemente menor.
La ruptura del frente interno había comenzado el día anterior. El martes, el personal del San Antonio de Padua, donde comenzó la protesta, había levantado las medidas de fuerza y admitían que la nueva escala salarial dispuesta por el Gobierno los conformaba. Profesionales y trabajadores de ese y otros hospitales no se plegaron a la “marcha de las antorchas” que se realizó en Córdoba.
Una de las exigencias que la ministra Gabriela Barbás había puesto sobre la mesa en la reunión “técnica” del lunes fue que las medidas de fuerza sean depuestas para efectivizar los aumentos otorgados.
Finalmente, eso ocurrió al confirmarse que profesionales de Salud tendrán una recomposición al básico en un 53 por ciento superior a lo firmado por el SEP, mientras que administrativos, auxiliares y servicios generales obtendrán el mismo porcentaje de recomposición, aunque mediante ítems remunerativos que impactan en el aguinaldo y la jubilación.
Los incrementos son notables: un médico sin especialidad ni antigüedad con 35 horas semanales de consultorio pasó a cobrar 210 mil pesos; y un médico de guardia sin antigüedad que se desempeña en Capital, 322.470.
Otros puntos
En el plenario de ayer, los asambleístas del Córdoba decidieron ratificar que el SEP no tiene representación sobre los integrantes de la asamblea.
“La masa salarial lograda es muy importante, aunque insuficiente, y sienta un mojón para el objetivo final de conseguir una paritaria específica sin la participación del SEP”, dice Gastón Vacchiani, blanqueando que el objetivo final de las agrupaciones sindicales es desplazar de la mesa de negociaciones a José Pihen.
En el caso de la asamblea del Córdoba, se fijó como plazo límite para la unificación de las leyes que regulan al personal de Salud el 31 de marzo del año próximo.
El tratamiento de una nueva ley para el personal hospitalario fue incluido en el temario de la “mesa de diálogo”, pero sin fecha de resolución. Es más: funcionarios del Gobierno provincial consideran que la complejidad de una nueva ley para el personal hospitalario demandará meses de trabajo y que debe incluir sí o sí al SEP, el gremio que mayor cantidad de afiliados tiene en el sector Salud, aunque no entre los profesionales.
En ese sentido, decretaron “mantener el estado de alerta permanente y monitoreo” de las promesas y acuerdos que surgieron de la mesa de diálogo con las autoridades del Ministerio de Salud.
Lo que viene
En la próxima paritaria, que comenzará en febrero, profesionales y trabajadores de hospitales provinciales comenzarán (al menos) con un 40 por ciento por encima de lo que acuerde el resto de los empleados del Estado provincial.
Esto ocurre porque todo el personal es considerado recurso humano crítico, lo que implica un plus de al menos 40 por ciento.
Aunque en las asambleas se escuchó que uno de los objetivos políticos es que la “mesa de enlace” participe de la próxima negociación salarial y se desplace de la misma al SEP, eso no está en la cabeza de los funcionarios del Gobierno.
Tampoco tienen intención de abrir la paritaria a la Asamblea de Trabajadores del Estado (ATE), un gremio que tiene personería pero que hasta antes del conflicto no lograba quebrar el 10 por ciento de afiliados del sector para tener representación. Habrá que ver si el conflicto le dejó más afiliados reales a ATE.