En su penúltimo discurso de apertura de sesiones en la Legislatura de Córdoba, el gobernador Juan Schiaretti apuntó a dos objetivos prioritarios: un reclamo de alto contenido político al Gobierno nacional por la inequidad en la distribución de los recursos y la promesa de un ambicioso plan de obras públicas en el año que será la antesala de las elecciones de 2023.
El gobernador dio un discurso, mayormente leído, de unos 45 minutos. Los primeros 20 fueron destinados a enumerar reclamos al Gobierno nacional, al que calificó de “unitario” y “feudal”. Consideró que la Nación gobierna sólo para el Área Metropolitana de Buenos Aires, aseguró que “le mete la mano en el bolsillo” a Córdoba para subsidiar los servicios de Buenos Aires y recalcó que la deuda que la Nación mantiene con Córdoba llega a los 210 millones de dólares.
Schiaretti habló de defender los intereses de Córdoba sin “guapear” y sin gritar. A la salida de la Legislatura, el vicegobernador Manuel Calvo habló de la posibilidad de volver a judicializar los reclamos a la Nación si no son atendidos por vía administrativa.
Crítica institucional y política
Si bien en su ingreso dio algunos saludos y levantó la mano a sus seguidores, ya en el recinto Schiaretti transformó sus gestos por completo para dar uno de los discursos más duros de sus tres períodos como gobernador.
Al revés del año pasado, las referencias a la situación sanitaria fueron mínimas. “Hay dos agendas: la de la pandemia y la del desarrollo y la producción”, con esa frase inició su oratoria. Aseguró que la gestión provincial atiende ambos frentes y dedicó un agradecimiento al trabajo de los profesionales de la salud. Aseguró que Córdoba en el último año dedicó 240 millones de pesos a la contención de la pandemia.
Luego vinieron los 20 minutos dedicados por entero a ratificar el distanciamiento con el gobierno de Alberto y de Cristina Fernández, a quien cuestionó tanto desde el punto de vista institucional y político como por los resultados: habló de decadencia, del imparable crecimiento de la pobreza desde 1973 y de una práctica de gobierno unitaria y feudal.
Fue este el punto en el que enumeró cada uno de los servicios por los que el Área Metropolitana de Buenos Aires percibe más subsidios y asistencia que el interior del país. Este fue el momento más tenso del discurso, que incluyó las frases más duras que se le conozcan a Schiaretti en los últimos años en una apertura legislativa.
“En nuestro país se siguen profundizando las causas del estancamiento y el declive de las últimas décadas. Es un Estado que tiene privilegios en detrimento del interior y estos se profundizaron en los últimos años”, aseguró el gobernador, quien no mencionó al presidente Alberto Fernández ni al kirchnerismo de manera directa.
“El transporte en el Amba tiene 83,2% de subsidios en el boleto urbano, que cuesta 18 pesos, mientras en otras provincias, como Córdoba, cuesta 50″, dijo Schiaretti pasadas las 10 de la mañana. Luego del mediodía, el intendente Martín Llaryora anunció una suba del 19 por ciento, que desde este miércoles lleva el boleto urbano de la ciudad de Córdoba a 59,35 pesos.
“Córdoba reclama una ley nacional que reparta los subsidios al transporte y que acabe con los privilegios”, dijo Schiaretti, y recibió los primeros aplausos oficialistas.
Luego siguió con los planteos en energía, al precisar que el Amba recibió 112 mil millones de pesos en concepto de subsidios para las tarifas de las dos prestatarias de Buenos Aires, Edenor y Edesur. Señaló también las diferencias en la red de cloacas y agua, por lo que adelantó que también exigirá que la empresa nacional Aysa sea transferida al Amba y a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Caba). El listado de reclamos incluyó también el precio de los combustibles en el interior, tanto en naftas como en GNC. “Son un 54 por ciento más baratas en el puerto”, insistió.
Schiaretti continuó después con los reclamos vinculados al campo. Volvió a pedir la eliminación de las retenciones agropecuarias, la eliminación de todo cepo a la exportación de carne y una nueva ley de biocombustibles. También denunció el incumplimiento en el pago de obras viales acordadas en la gestión de Mauricio Macri y ratificadas por Fernández por 210 mil millones de dólares, correspondientes a la obra de Altas Cumbres, la variante Costa Azul y el cierre de la Circunvalación.
Tras esa enumeración, siguió con frases más punzantes al calificar al oficialismo nacional de “seudoprogresistas”, mientras “se profundiza la pobreza”. “Los progresistas en serio no entramos en la grieta, respetamos y construimos con quienes piensan distinto y defendemos la democracia y los derechos humanos… Quienes somos progresistas en serio decimos que son necesarios tanto el mercado como el Estado”, expresó, y abrió paso al detalle de un ambicioso plan de obras para los 22 meses que le restan en el gobierno.
Obras y gestión
En ese punteo de obras, el gobernador detalló proyectos viales y de infraestructura tanto para Córdoba Capital como para el interior, entre los que anunció la creación de 40 parques industriales, 200 kilómetros de pavimentación de caminos rurales, 100 escuelas, 10 mil viviendas, 10 plantas de biodiésel, la repavimentación de rutas, 37 redes cloacales y el inicio del acueducto desde el Paraná.
Para Córdoba capital, donde el intendente Martín Llaryora es uno de sus expectantes candidatos para sucederlo, prometió el segundo anillo de Circunvalación y los cinco distribuidores que ya fueron anunciados para el primer anillo, además de un hospital en el noroeste de esta ciudad y la urbanización de asentamientos.
Nada dijo sobre la situación de la Caja de Jubilaciones, la inseguridad y los últimos casos de femicidios, ni del reciente acuerdo del Gobierno nacional con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Anunció equipamiento en materia de seguridad.
