El legislador que reparte pelotas, el que regala bicicletas, la que manda cajas navideñas o el que agasaja con un brindis a los jubilados de un centro de día: casi todos pasan después la factura a la Legislatura. Según los datos del portal de transparencia de la Provincia, en 2024, las facturas sumaron $ 253,4 millones, casi la totalidad de lo previsto por el presupuesto de la Legislatura de Córdoba para “cortesía y homenaje”.
Al revisar el listado de las facturas presentadas a lo largo de todo el año, queda claro que las cortesías de los legisladores se potenciaron en el último mes del año: en diciembre se pusieron generosos con plata ajena.
Fueron 660 los reintegros por gastos en comida y obsequios en todo el año, pero sólo en diciembre hubo más de 300 reintegros. Mucho catering, cenas con autoridades y brindis. Muchas facturas de elementos deportivos y de cajas navideñas. Pero también muchos gastos inespecíficos bajo el simple rótulo de “reintegro”.
El gasto excesivo en cortesías fue planteado en una presentación judicial radicada en las últimas horas por el dirigente del PRO Sebastián García Díaz, quien atribuye a la vicegobernadora Myrian Prunotto irregularidades en esas erogaciones superfluas, pero también en donaciones al sector privado y en subsidios no reintegrables. La denuncia ingresó por mesa de entradas y el Ministerio Público Fiscal informó que por sorteo se resolverá qué fiscalía realizará la investigación.
Al cuestionar los $ 253,4 millones gastados en concepto de cortesía y homenaje, la denuncia cita tres casos: varias facturas de catering y comidas presentadas por el presidente de la bancada de Hacemos Unidos por Córdoba, Miguel Siciliano, y dos gastos de aliados estratégicos del oficialismo. El libertario Agustín Spaccesi aparece en la denuncia por un gasto de $ 875 mil en “cajas navideñas” y Karina Bruno, exintegrante de la bancada del PRO, aparece por recibir un reintegro de $ 740 mil por “compras de juguetes”.
Denuncia selectiva
Está claro que García Díaz fue muy selectivo al denunciar: apuntó sólo al oficialismo y a sus aliados. No obstante, la información pública sobre la que basa la denuncia incluye centenares de reintegros en 2024 y es multipartidaria. A los fines de graficar el alegre dispendio de cortesías y homenajes que hacen los legisladores con fondos públicos, observaremos sólo los reintegros del mes de diciembre pasado: fueron más de 300.
Nos concentraremos en los que supusieron gastos en obsequios o comidas de más de $ 500 mil: son casi 50 comprobantes que tuvieron su reintegro en diciembre, entre los que sobresalen algunas cortesías millonarias. Por ejemplo, el 20 de diciembre, el legislador radical Miguel Nicolás recibió un reintegro de $ 1,8 millones en concepto de “bicicletas”. Pocos días antes, Oscar Tamis, legislador del PRO, recibió un reintegro de $ 1,64 millones sin que se especificara en concepto de qué fue el gasto. La oficialista Delia Romero tuvo un reintegro de $ 1,2 millones por un “menú con autoridades”.
Hay dos casos que sobresalen por la reiteración de reintegros de una misma suma de dinero en pocos días y sin que se especifique en el portal de transparencia el motivo del gasto. El legislador radical José Bría tuvo tres reintegros consecutivos de $ 600 mil. El peronista Raúl Alberto Figueroa tuvo cuatro reintegros de $ 550 mil cada uno.
Cortesías multipartidarias
Entre los reintegros de más de $ 500 mil del mes de diciembre, hay dos que fueron para legisladores juecistas. Nancy Almada tuvo un reintegro de $ 685.850 (inespecífico) y Juan Pablo Peirone recibió $ 958.440 de reintegro en concepto de “banderas”.
Entre los oficialistas, Siciliano sobresale por su gasto en catering con numerosas facturas, dos de ellas de más de $ 500 mil. Una de $ 850 mil el 26 de diciembre y un almuerzo en el que gastó $ 508 mil. Abraham Galo solicitó en diciembre cuatro reintegros por la compra de elementos deportivos que suman más de $ 2 millones. El legislador peronista Ernesto Flores recibió tres reintegros inespecificados el mes pasado: $ 800 mil, $ 702 mil y $ 718.800.
En Hacemos Unidos por Córdoba, también solicitaron reintegros de más de $ 500 mil en diciembre María del Rosario Acevedo ($ 570 mil para cajas navideñas), Verónica Navarro Alegre ($ 550 mil para catering), Carmen Suárez ($ 530 mil, festejo Día del Ama de Casa), Facundo Torres ($ 500 mil, almuerzo), Enrique Rébora ($ 900 mil), Carlos Lorenzo ($ 799.200), Karen Acuña ($ 546 mil), Cristina Pereyra ($ 500 mil), Rodrigo Rufeil ($ 800 mil, velada en barrio Industrial), María Victoria Busso ($ 505 mil) y Silvina Jurich gastó $ 509 mil en cajas navideñas, que también le fueron reintegrados.
Generosidad radical
La UCR no se quedó atrás con la generosidad rentada por la Legislatura. El presidente de la bancada, Matías Gvozdenovich, recibió en diciembre un reintegro de $ 961.460 de un gasto de cortesía no especificado, y en noviembre había recibido otros $ 717.200. La legisladora Daniela Gudiño también solicitó reintegros de $ 780 mil y de $ 718.740 en diciembre, pero en los últimos días de noviembre había tenido ya otro reintegro de $ 1 millón. El portal de transparencia no indica el destino de ninguno de esos gastos.
La radical Ariela Szpanin recibió $ 599 mil de reintegro por un evento deportivo. El legislador Ariel Grich recibió dos reintegros en diciembre: $ 650 mil de un “catering con autoridades” y $ 500 mil de destino inespecífico. La legisladora Inés Contrera recibió $ 684 mil por la compra de elementos deportivos y $ 610.983 cuyo destino no se especifica. Carlos Carignano recibió $ 600 mil y Mauricio Jaimez, $ 500 mil, sin que se especificaran los gastos. La radical aliada al oficialismo Graciela Bisotto también recibió $ 500 mil por un gasto en artículos de librería.
Banderas millonarias
La denuncia de García Díaz señala también un rubro saliente del gasto en “cortesía y homenaje”: la compra de banderas, ya sea para mástiles o de ceremonia. Según el dirigente del PRO, en 2024, la Legislatura de Córdoba gastó $ 83 millones en banderas y la mayor parte de esa cifra fue a una misma proveedora.
“Todas las banderas, según aparece consignado, fueron compradas –en ocho compras distintas– a una proveedora de nombre Valentina Prieto, que aparece con domicilio en Villa General Belgrano y con un Cuit que la señala como persona física, pero no se encuentra la empresa”, dice la denuncia. En ese caso, el gasto en cortesía no es de un legislador en particular, sino de la Legislatura.
Desde la Unicameral sólo se conoció un comunicado de prensa que sostiene que en el portal de transparencia “figuran todas y cada una de las erogaciones que se realizan, que han cumplido con todos los pasos legales establecidos”. También se sostiene que la Legislatura de Córdoba “es un ejemplo de austeridad a nivel nacional, toda vez que su presupuesto total es prácticamente un cuarto del que tienen distritos similares”, pero no se brindaron explicaciones sobre los $ 253,4 millones en “cortesías”.