“Lo bueno del radicalismo es que hay jurisprudencia para todos”. La frase la lanzó en estas horas de alta tensión en la Unión Cívica Radical de Córdoba un experto conocedor de la vida interna del partido. Y alude a los tironeos y a las contorsiones que unos y otros espacios han realizado en estos largos años de vida política partidaria, en función de los intereses que defiende cada tribu interna.
El mestrismo y el resto de las facciones que rechazan de plano cualquier cosa que tenga olor a Milei apelan ahora a los mismos cuestionamientos que en un pasado no tan lejano enarbolaron quienes hoy conducen el partido y antes eran oposición a esa conducción.
Por ejemplo, en 2015 y con la interna a 48 horas de su realización, Ramón Javier Mestre —líder partidario indiscutido en aquel momento— utilizó al Congreso Provincial para facultar al Comité Central a explorar alianzas en lo que terminó siendo Juntos por el Cambio y le bajó la interna en la cara a un joven Rodrigo de Loredo, que terminó sucumbiendo ante la mayoría mestrista en el Congreso Provincial, máximo órgano de decisión del partido.
Algo parecido sucede ahora, pero con los protagonistas en roles intercambiados.

Es el jefe de la bancada de la UCR en Diputados quien dice tener el control del Congreso y buscará cristalizar una jugada similar a su favor para resolver, en las próximas semanas, con qué otras fuerzas participará de los comicios del 26 de octubre, en los que necesita renovar sí o sí su banca en la Cámara Baja si pretende tener chances de pujar por el poder provincial en 2027, como lo ha expresado públicamente.
La puja interna se produce entre dos grupos: Generación X, donde confluyen De Loredo, Marcos Ferrer y la mayoría del resto de los núcleos internos. Mientras que el otro bloque es el de Más Radicalismo, del mestrismo, el sector de Carlos Becerra y el de Fernando Montoya. Los dirigentes Dante Rossi y Juan Jure están descalzados formalmente, aunque orbitan cerca de este segundo frente.
Por Zoom, como sucedió decenas de veces desde la pandemia, los congresales de toda la provincia podrán conectarse desde las 19 del lunes para resolver cómo sigue el proceso interno en la UCR. Lo harán bajo la presidencia del mestrista Facundo Cortés, que conduce ese cuerpo.

“Rodrigo tiene los votos asegurados para imponer su estrategia, que no es otra que evitar competir en soledad con la lista 3”, dice en la previa un aliado del excandidato a intendente capitalino. “El Congreso siempre es una aventura en la que todo puede pasar”, aporta otro con una mirada más cauta.
Concretamente, el Congreso Provincial deberá decidir si habilita al Comité Provincia, presidido por Ferrer, a conformar un frente electoral con otras fuerzas. Los deloredistas subrayan que hay un condicionamiento determinante en la posición que pondrán a consideración de los congresales. Afirman que, en cualquier esquema de alianzas —y es lo que buscarán aprobar el lunes porque así está planteado en la convocatoria—, debe ser un radical (De Loredo) quien encabece ese frente.
“¿Vos creés que La Libertad Avanza nos va a dejar encabezar a nosotros?”, pregunta, induciendo la respuesta negativa, un veterano correligionario que busca la manera de tejer algún tipo de acuerdo interno para evitar una nueva fractura en el partido. Y remata, para completar el planteo: “No, eso es imposible. Y para nosotros es una forma de decir que ‘no’ —a una eventual alianza con los libertarios— diciendo que ‘sí’”.
Señalamientos y posibilidades
El deloredismo rechaza de plano las versiones que le asignan al mestrismo haber hecho correr acerca de que el diputado tenía cerrado el lugar número 3 en la lista de La Libertad Avanza. En cambio, se asegura que la opción más factible es terminar asociado con parte del PRO macrista, Primero la Gente y el vecinalismo que lidera Aurelio García Elorrio. Todo está por verse.
Al margen de lo que decida el Congreso este lunes, en paralelo, el proceso de la interna para elegir los candidatos seguirá con vida al menos hasta que no haya una definición concreta al respecto. La eventual habilitación del Congreso para cerrar una alianza electoral no sepulta, per se, la interna.
En principio, y luego de idas y vueltas en la Justicia, la Junta Electoral partidaria fijó para el 3 de agosto esos comicios para la elección de candidatos. Ahora se trabaja en la posibilidad de hilvanar un mínimo consenso para postergar una semana esa fecha. Sería una manera de ganar tiempo y hacer algo menos desprolijo el muy posible levantamiento de la interna.
Más allá de las tensiones y los fuertes posicionamientos que exhiben unos y otros en esta etapa, es bastante factible que, si hay alianza electoral y termina forjándose sin La Libertad Avanza, los ánimos se calmen. La figura del presidente Javier Milei es el máximo factor de discordia entre los correligionarios.
El radicalismo está en una posición de debilidad respecto del último proceso electoral legislativo. El partido, ya sea en alianza o en soledad, se encamina a realizar una cosecha magra. En este turno electoral, la UCR de Córdoba pone en juego tres bancas: la de De Loredo, la de Soledad Carrizo y la de Gabriela Brower de Koning.
“En cualquiera de los esquemas posibles, ya sea en alianza, incluso con La Libertad Avanza, o con un frente con otros socios, será muy difícil que haya otro radical, además de Rodrigo, con chances de entrar a la Cámara Baja”, pronostica un observador de las posibilidades reales del radicalismo para el próximo turno electoral.
Para colmo, el peor escenario para el radicalismo parece estar cerca de conformarse: una candidatura de Juan Schiaretti podría polarizar directo con el candidato o candidata de La Libertad Avanza, dejando una pequeña porción del electorado para el resto, incluido, posiblemente, el propio De Loredo.