El cordobés Rodrigo De Loredo logró este martes una tregua en el bloque radical, que iba camino a la división. Sin un número consolidado para pegar el portazo, los diputados alineados al presidente del partido, Martín Lousteau, y el neurocientífico Facundo Manes desistieron, por el momento, de abandonar la bancada, y mantendrán una incómoda y frágil convivencia con los “mileístas”.
En una reunión donde se bajaron los decibeles de la pelea interna, los legisladores acordaron hacer un último esfuerzo para evitar la ruptura con la conformación de una “mesa de diálogo” que tendrá representación de todos los sectores internos: De Loredo, los legisladores de Lousteau y Manes, el grupo “mileísta” que ayudó a sostener los vetos presidenciales, y otros “del medio” como Julio Cobos.
“Primó la razonabilidad y la responsabilidad”, destacó un integrante del bloque. “Va a ser un esfuerzo día a día”, reconoció otro, con menos optimismo. La nueva “mesa” debutará en una reunión prevista para este miércoles, aunque aún no tiene cantidad de integrantes ni nombres definidos.
A la reunión, desarrollada en el quinto piso del Anexo de la Cámara baja, asistieron los diputados del grupo “mileísta”, entre los que se encuentra el cordobés Luis Picat, y también la bonaerense Danya Tavela en nombre de Evolución, el sector de Lousteau. Los representantes de Manes, en cambio, estuvieron ausentes y realizaron su propia cumbre en el Palacio, pero mantuvieron contactos telefónicos con sus pares.
Esta última facción se erige como la más intransigente y no solo había amenazado con irse del bloque, sino que también habría mantenido conversaciones con Encuentro Federal, la bancada que lidera Miguel Pichetto, para confluir en un interbloque. No obstante, no lograron la cohesión suficiente con Evolución y, por ende, tampoco un número atractivo para romper.
El sector de Manes (cuyo perfil más alto es el formoseño Fernando Carbajal) seguirá exigiendo la expulsión de los cinco diputados que ayudaron a dejar firmes los vetos a las leyes de movilidad jubilatoria y financiamiento universitario. Pero el reclamo, a esta altura, parece ser en vano: no hay mayoría para expulsar a los “mileístas”, que tampoco tienen intenciones de irse.
Manes y Evolución también reclaman cargos. Quieren rediscutir lugares en las comisiones y van por la Secretaría Parlamentaria del bloque, que hoy ocupa Soledad Carrizo. Esa idea llegó a oídos de la cordobesa, que no da el brazo a torcer. “Eso siempre se organizó a través del sistema D’Hont”, argumentan en su entorno.
Al menos por este martes, el bloque puso paños fríos y, en pos de preservar la frágil unidad, De Loredo desistió, en principio, de sumarse a la mesa de coordinación de agenda parlamentaria que funciona en Casa Rosada y que integran el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, otros funcionarios nacionales, y diputados de La Libertad Avanza, el PRO y el MID.
Ese conglomerado se reunirá este miércoles (habitualmente lo hacen los lunes) y se barajaba la posibilidad de que De Loredo, Picat y otros radicales asistieran, pero no lo harían si no existe una “convocatoria institucional”, para no tensar más la cuerda. Hasta ahora, el jefe del bloque forzó a que las reuniones de la UCR con funcionarios sean en el Congreso.
Por lo pronto, el radicalismo evitó llegar a la incómoda instancia de firmar un documento que estableciera que las decisiones se toman “por mayoría”. En ese sentido, los “mileístas” pedían preservar tres puntos: el equilibrio fiscal pregonado por el Gobierno; la institucionalidad (el próximo paso en ese sentido sería acompañar el Presupuesto); y, por último, la libertad en aquellos temas que toquen intereses provinciales.
Lo cierto es que, según aseguraron distintos participantes, la discusión interna apenas insumió unos pocos minutos de la reunión. El grueso, coinciden, estuvo dedicado al proyecto de Presupuesto. Los diputados pusieron en común los planteos y ven predisposición en el Gobierno para aceptar algunos cambios.
Uno de los puntos que, según los radicales, la Rosada concederá es dar marcha atrás con el artículo que deroga la inversión del 6% del PBI en educación. Una exigencia que existe desde 2006 y solo se cumplió un año, pero igualmente piden mantener. También reclaman no derogar el ajuste de las asignaciones familiares mediante la ley de movilidad.
Asimismo, la UCR no solo busca aumentar el presupuesto universitario (se prevé casi la mitad de lo que solicitan los rectores), sino también garantizar que las transferencias a las casas de altos estudios no se interrumpan por la falta o retraso en la rendición de cuentas.
Por último, reclaman que vuelvan a la masa coparticipable aquellos fondos con asignación específica de organismos que sean eliminados, como la AFIP. “En la actualidad, a Mendoza y a todas a las provincias, la AFIP les retiene el 1,9% de los impuestos coparticipables para gastos de funcionamiento. Será indispensable una eliminación o al menos reducción de esa retención para que el ahorro sea equitativo”, pidió por la red social X el gobernador Alfredo Cornejo.