El presidente Javier Milei echó al segundo titular de Anses de su gestión, Mariano de los Heros. El primero se tuvo que ir porque su pareja, Alejandra Torres, votó en contra de algunos artículos de la Ley Bases. “Duerme con el enemigo”, dijo Milei cuando se refirió a Osvaldo Giordano. ¿Y De los Heros?
Hay cuatro posibilidades.
Una. Es tan pero tan urticante hablar del sistema previsional que ni los más osados de La Libertad Avanza pueden hacerlo sin pagar costos ante la opinión pública. De los Heros dijo que hay que subir la edad jubilatoria, que se debe revisar el pago de pensiones por viudez, que la Puam (pensión universal para el adulto mayor) es injusta y que los regímenes especiales deben ser revisados. Todos. La cuestión causa tal tembladeral, es tan pero tan sensible, que Milei lo desautorizó primero –”No hay una reforma en carpeta”, dijo– y lo ejecutó después, sin titubear.
Dos. Son peleas internas de poder. De los Heros llegó a la Anses apadrinado por Maximiliano Keczeli, quien se desempeñaba como secretario de Coordinación Legal y Administrativa del Ministerio de Capital Humano. Era, en teoría, “la mano derecha” de la ministra Sandra Pettovello, pero en abril pasado este renunció. El sucesor de De los Heros, Fernando Bearzi, era subdirector ejecutivo del Fondo de Garantía de Sustentabilidad y es un hombre cercano a Luis Caputo. Así leído, es un avance más del superministro en las áreas en las que realmente se cocina el gasto público.
![Fernando Bearzi, nuevo titular de la Anses, junto a Luis Caputo, en una imagen de abril de 2024. (X / @Fer_Bearzi)](https://www.lavoz.com.ar/resizer/v2/QKVK2ITNNFCTRADY2DCOMN5EVU.png?auth=294012e79a49a875c74546b64bbb10883c05af8e23eb06338659fc3b80748eeb&width=1300&height=867)
Tres. Se cortó solo. En un gabinete donde las voces públicas que hablan son apenas dos o tres, las declaraciones de los últimos días del funcionario lo llevaron a que su cabeza quedara en la “guillotina” de Karina Milei. No habría importado acá que hablara en contra de la causa, como se dijo de Ramiro Marra, sino el hecho de que simplemente hablara. Es un verticalismo extremo y, queriendo o sin querer, De los Heros habría hecho oídos sordos a esa forma del oficialismo de concebir la comunicación. “La agenda política la determino yo, no un funcionario de segundo orden”, dijo Milei al explicar su salida.
Cuatro. La hipótesis es la menos glamorosa y, curiosamente, la que más cierra en el altar del superávit fiscal: no está claro si todo lo que dijo De los Heros es lo que se está pensando hacer cuando se plantee la reforma de fondo del sistema previsional y si en realidad se anticipó a contar los chanchos antes de que estos nazcan, porque son cuestiones que se piensan para cuando el Congreso tenga una tropa propia mayor.
Fin a la moratoria
Sólo está clara una cosa dentro de todas las que dijo el funcionario echado: la moratoria que vence el 23 de marzo no se va a prorrogar. Es la que permite que llegada la edad de retiro (60 la mujer, 65 el varón) las personas que no tengan los aportes completos pueda comprar los meses que le falten hasta completar los 30 años que exige la ley.
Milei habló de que la manera genuina de resolver el agujero previsional es incorporando al 40% de personas que trabaja y no hace aportes. Son unos cinco millones de argentinos, pero todos los especialistas aseguran que eso es como apostar a que le llueva al campo para que cierren los números.
![El oficialismo planteó en campaña la necesidad de realizar reformas en el sistema previsional. (Archivo)](https://www.lavoz.com.ar/resizer/v2/5O7H6UCT6FA4VCECFII2BYPCUY.jpg?auth=bf2ccc6c7d6881c63979dfded9da4d18b8522669bdb6568c160644f78508b79d&width=1200&height=675)
Hay que intervenir en serio para que sea sustentable. Y lo que afecta en serio esa sustentabilidad es que en las últimas dos décadas el kirchnerismo vendió la idea de que jubilarse en un derecho, sin que importe tu historia laboral. La verdad es que nuestro sistema de retiro fue pensado para que quienes aportan en su vida activa sostengan a quienes se retiran del mercado de trabajo. Hoy hay 3,3 millones de jubilados contributivos y cuatro millones que se pudieron jubilar sin aportes.
Cortar la moratoria de cuajo “alcanza” para equilibrar de una manera muy relevante los números fiscales sin licuar el gasto previsional, atado desde mitad de año a la marcha de los precios.
En 2024, tres de cada cuatro jubilaciones otorgadas por la Anses se hicieron bajo el paraguas de la moratoria. Pasaron a retiro 313.950 personas tras comprar aportes, sobre un total de 427.505; es decir, el 73%. Años anteriores fue peor: hasta el 85% necesitó del auxilio de la compra de aportes para retirarse.
Si la mujer que llega a los 60 y el varón a los 65 no reúne los 30 años requeridos por la ley y no los puede comprar, tendrá una sola alternativa: jubilarse con una Puam, que paga hoy el 80% de una mínima. Son $ 273.086, más el bono de 70 mil pesos. Con dos agregados: con la Puam, ambos sexos se jubilan a los 65 años y en caso de fallecimiento el beneficio no se deriva al cónyuge. Es posible que ahora, de urgencia, se permita mejorar la Puam si se tienen algunos años aportados pero no se llega a los 30.
Sólo con dar por terminada la moratoria, el gasto previsional derivado de los nuevos jubilados caerá 75% y eso tendrá incidencia directa en los próximos cinco años, ya que las mujeres se jubilarán cinco años más tarde y no hay derecho a pensión. Es motosierra a cara de perro, ya que significa pedalearle el retiro a más de 300 mil personas por año. Pero no hay nada más emblemático del relato K que una moratoria previsional. Y los libertarios primero van por el relato.