Sergio Massa llegó el domingo pasado al primer debate presidencial en el Fórum de Santiago del Estero convencido de que pasaría una mala noche. El escándalo que envolvía a Martín Insaurralde, uno de los “barones” más influyentes del conurbano, era un hervidero en las redes sociales.
En la medianoche del domingo, el candidato oficialista se fue aliviado de la capital santiagueña. Pero, sus íntimos comentaron que aún le duraba la bronca por el “gol en contra” del ya en aquel momento exjefe de Gabinete bonaerense.
La escandalosa y costosísima escapada de Insaurralde a Marbella, España, con una modelo, sorprendió a Massa en plena preparación para el primer debate presidencial.
Según comentan desde su entorno, el candidato presidencial hizo varias gestiones para tomar “decisiones drásticas” sobre Insaurralde, antes del debate. Lo consiguió a medias.
El sábado por la noche, se conoció que Insaurralde presentó la renuncia como jefe de Gabinete bonaerense.
Fuentes massistas admitieron que el candidato habló varias veces con Máximo Kirchner, el dirigente que le impuso al gobernador Axel Kicillof a Insaurralde como jefe de Gabinete después de las Paso de 2021, cuando el entonces Frente de Todos recibió una dura paliza en las urnas.
Massa exigía más. Quería subirse al escenario del primer debate, a las 21, del domingo pasado, con Insaurralde fuera de la lista de candidatos en Lomas de Zamora. Era el primer candidato a concejal por Unión por la Patria.
El candidato presidencial habló con Máximo, también con el gobernador Kicillof, y al menos una vez con Cristina Kirchner, antes de la oficialización de la renuncia al cargo en la gestión bonaerense.
La duda de Máximo Kirchner, de su madre y del gobernador Kicillof era si no iba a ser peor el remedio que la enfermedad, es decir, bajarlo de la lista en Lomas de Zamora, el distrito más populoso del conurbano después de La Matanza.
Esa fue la discusión entre la noche del sábado y toda la jornada del domingo. Massa insistía en que no alcanzaba con la renuncia en el gabinete bonaerense. Mientras que Cristina, Máximo y Axel dudaban.
Massa no consiguió tener la confirmación de que Insaurralde bajaba su candidatura en su territorio. Aunque subió al estrado del debate con una definición: diría que el exintendente de Lomas de Zamora tenía que bajarse de la lista en ese distrito.
Sin embargo, llamativamente, durante el debate, ninguno de los candidatos opositores trató de incomodarlo por el escándalo Insaurralde.
Patricia Bullrich y Myriam Bregman hicieron una mención sobre el tema. Massa esperaba una embestida frontal de la candidata de Juntos por el Cambio.
Precisamente, lo que más temía Massa era que Bullrich, su principal rival para ingresar al balotaje, tratara de acorralarlo por el escándalo.
Los massistas, al igual que en Juntos por el Cambio, descuentan que Javier Milei, si no gana en primera vuelta, tiene un lugar asegurado para la segunda vuelta.
Declaraciones
Massa, quien había viajado a Santiago del Estero en una combi, precisamente para evitar a los periodistas en el aeropuerto, no esquivó la pregunta apenas salió del debate.
Con la ventanilla abierta de la combi en la que se trasladaba, Massa le respondió al enviado del canal La Nación+, que lo consultó sobre el affaire Insaurralde.
Fue evidente que el candidato oficialista quería dejar sentada su opinión. Para evitar la pregunta, sólo tenía irse con la ventanilla cerrada.
“Cometió un grave error. Renunció al cargo y ahora debe bajarse de la lista en Lomas de Zamora”, dijo cortante Massa. Era lo que le iba a responder a Bullrich, o a cualquier candidato, si le preguntaban sobre el tema durante el debate.
Ya se sabe, en la mañana del lunes pasado, Insaurralde se bajó de la lista oficialista en Lomas de Zamora. La opinión de Massa hizo insostenible su permanencia en el cuarto oscuro.
En propio equipo de Massa no se explican los motivos por los cuales Bullrich no trató de acorralar a Massa por esta cuestión, cuando tenía la oportunidad con las cinco preguntas que tenía permitidas cada candidato.
Los dirigentes massistas aseguran que esperaban la primera pregunta de Bullrich sobre el escándalo. No fue así.
Desde el comando de campaña massista, niegan que hubiera un acuerdo con los otros candidatos para evitar los temas de corrupción. Un acuerdo para no pegar debajo del cinturón, intuyen algunos.
“No hubo ningún acuerdo. Con Bullrich estamos disputando la posibilidad de ingresar al balotaje ¿Cuál sería el acuerdo cuando hay tanto en juego?”, admitió un dirigente del comando massista.
Más allá del debate sobre cómo le fue a cada candidato, la preparación para el debate de Massa habla mucho de la pobre actuación de Bullrich.
Massa se preparó con su equipo para responder a tres temas urticantes: el caso Insaurralde; su relación política con Cristina Kirchner y con Alberto Fernández, quienes bendijeron su candidatura, y la cuestión de la inflación.
Sus rivales, pero sobre todo Bullrich, no le preguntaron por las dos primeras cuestiones. La candidata opositora sólo lo fustigó por su gestión al frente del Palacio de Hacienda.
Massa zafó en el primer debate presidencial, aunque en su entorno hay preocupación por el impacto electoral del caso Insaurralde en los comicios del 22 de octubre.
El más preocupado es el gobernador Kicillof, que se juega su reelección. Pero también puede haber impacto en la candidatura presidencial de Massa en el principal distrito electoral, donde vota el 38% del padrón nacional.
