El fiscal de Delitos Complejos Enrique Gavier ordenó la detención del exjefe del Servicio Penitenciario de Córdoba (SPC) Juan María Bouvier en el marco de las irregularidades que se investigan en la “Causa Bouwer”.
Aunque la detención se hizo efectiva luego de que el flamante gobernador Martín Llaryora anunciara el desplazamiento de Bouvier y la intervención de la fuerza de seguridad, el fiscal Gavier había librado la orden de apresarlo por la mañana. Todo indica que, en conocimiento de esa situación, el Ejecutivo resolvió la intervención del SPC.
Junto a Bouvier, fueron detenidos otros dos encumbrados jefes del SPC, también desplazados horas antes por la nueva administración provincial.
La novedad se conoció en ámbitos tribunalicios durante la siesta de este martes, luego de que durante la mañana se informara que Bouvier había sido pasado a retiro después de estar 15 años al frente del SPC. Esa fuerza, por disposición del nuevo Gobierno provincial, quedó intervenida, a las órdenes del exfiscal Gustavo Vidal Lascano.
Desde el Ministerio de Justicia y Trabajo informaron que quien en su momento fue fiscal federal y fiscal General de la Provincia quedó designado como secretario de Organización y Gestión Penitenciaria, con la responsabilidad de intervenir el servicio.
En lo que respecta a la novedad fuerte de la tarde, Bouvier fue aprehendido como supuesto responsable de las maniobras de negociados que investiga Gavier en el interior de las cárceles de la provincia, como la de Bouwer, Cruz del Eje, Unidad de Contención del Aprehendido (UCA) y Villa María.
Junto a Bouvier, también fueron detenidos otros dos elevados funcionarios del área penitenciaria, cuyos nombres no trascendieron en primera instancia. Luego, las fuentes oficiales de la Justicia confirmaron que se trata de la “mano derecha” del exjefe, Silvia Guadalupe Barbero, y nada menos que del segundo jefe del SPC Víctor Hugo Vivas.
Al caer la tarde, desde Tribunales 2 se informó que se había producido una detención más en lo más encumbrado de la cúpula del SPC: el actual jefe de Seguridad del servicio, Diego Ayala. Su captura se demoró unas horas porque se encontraba de licencia, con carpeta medica.
Su cargo es el mismo que el del detenido en noviembre Tello Pajón, quién estuvo al frente de esa cartera hasta setiembre, cuando fue detenido Guzmán.
La imputación que les cabe a los exmiembros de la cúpula del SPC es la misma: “asociaciación ilícita”. No obstante, no se formularon aclaraciones si Bouvier o alguno de los otros dos podrían recibir el adicional de ser considerados “jefes” u “organizadores” de esa agrupación.
Hasta ahora, ese rol le cabe solamente a quien era jefe de Bouwer, el subprefecto Sergio Alejandro “Chavo” Guzmán.
A la par de estas detenciones, los sabuesos a las órdenes del fiscal volvieron a allanar este martes las oficinas de la Dirección del SPC, en barrio Nueva Córdoba. Recientemente lo habían hecho, el mes pasado, cuando quedó detenido el exjefe de Seguridad del servicio, Darío José Tello Pajón.
Mientras se estaban realizando estos allanamientos, desde la Justicia no descartaron ni confirmaron la posibilidad de nuevas detenciones en las próximas horas.
Megacausa
La investigación llevada adelante por el fiscal de Delitos Complejos del 1° Turno de Córdoba involucra al saliente Bouvier y sus dos funcionarios en el tramo de la cárcel de Bouwer. En este expediente, el principal detenido, desde el primer allanamiento a comienzos de setiembre pasado, es Sergio Alejandro Guzmán, subjefe de ese presidio que también transitó, con acusaciones de corrupción, en la cárcel de Cruz del Eje y la UCA.
Junto a él están detenidos tres abogados penalistas y dos “particulares” que serían enlaces entre los presos, Guzmán y los familiares de los detenidos. Recientemente, se agregó en este capítulo de la investigación a Tello Pajón, desplazado en setiembre como titular de Seguridad del SPC.
En el tramo de Villa María, Gavier detuvo a los tres máximos jefes de esa cárcel, dispuso la prisión de siete detenidos, dos policías y más de una decena de “ciudadanos” que colaboraban desde fuera del presidio para consumar las estafas que se realizaban desde el call center “tumbero”.
