El economista Diego Dequino marca las diferencias entre este acuerdo alcanzado por el Estado argentino y el FMI y aquel malogrado durante la presidencia de Mauricio Macri. Sin embargo, es cauto por las consecuencias impredecibles de la guerra comercial desatada por Donald Trump.
“El desarme parcial del cepo –junto con el aporte de dólares del FMI y otros organismos multilaterales– tendrá como principal beneficio que durante 2025 se podrá sostener el proceso de ingreso de capitales productivos sin ser sometido de manera extrema al estrés del retraso cambiario en el cual estábamos, y en el que incide (como siempre) el proceso electoral de este año.
“Desde el punto de vista de las amenazas, éstas se concentran en lograr que el tipo de cambio se ubique en un valor de equilibrio que le permita funcionar y que la cadena de valor sea agredida por importaciones demasiado baratas fruto del retraso cambiario y, a su vez, no transmitir este sostenimiento del valor de tipo de cambio a la inflación en pesos.
“Un primer apunte adicional tiene que ver con el principal rasgo diferencial que va a tener este desarme del cepo y apoyo del FMI comparado con los procesos de 2018 y 2019. El rasgo diferencial es que en esta oportunidad el Estado no está demandando liquidez para sostener gastos corrientes que no pueda atender con impuestos corrientes.
“En ese sentido, el paquete de medidas que vamos a tener de cara al desarme del cepo tiene una fortaleza porque el partido de presión sobre el tipo de cambio se va a jugar en el campo privado, dejándolo al Banco Central con el grado de libertad para poder intervenir y hacer negocios entre la punta vendedora y la compradora.
“El segundo apunte es una amenaza cierta: el cisne negro ocasionado por la presidencia de Trump, que ha desarbitrado el precio de las monedas, las tasas de interés internacionales y el precio de los commodities.
“Digo que es una amenaza porque al desarmarse las operaciones restrictivas tal como estaban diseñadas, eso terminaba siendo una trinchera que nos blindaba los movimientos extraordinarios en los flujos internacionales. Al haber desarmado el cepo en estos momentos en que estamos en plena guerra de tarifas, hay una amenaza que en 2018 y 2019 no existía”.