La Cámara de Diputados se prepara para recibir la semana próxima el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). El ministro de Economía, Martín Guzmán, cerraría el fin de semana los últimos detalles antes de enviar el proyecto, mientras el Frente de Todos afina la estrategia parlamentaria para exponer lo menos posible sus diferencias internas.
Fuentes gubernamentales y parlamentarias señalaron a este medio que el acuerdo ingresaría la semana que viene por Diputados, tal como pidió el jefe del bloque de senadores oficialistas, José Mayans. Sin embargo, el debate comenzará recién en marzo, en la primera sesión ordinaria después de la Asamblea Legislativa a cargo del presidente Alberto Fernández.
El sucesor de Máximo Kirchner, Germán Martínez, ya se reunió con 105 de los 118 diputados del Frente de Todos. Los recibió uno a uno en las oficinas del tercer piso del Congreso, que ocupa desde principios de mes. Se mostró abierto a los planteos y demandas de los distintos sectores y provincias, y en el pacto con el FMI no da ningún voto por perdido.
Martínez también intercambió unas breves palabras el miércoles con el titular del bloque radical, Mario Negri, aunque los contactos con la oposición están a cargo de Sergio Massa. En el entorno del presidente de la Cámara afirman que para él es una “obsesión” sacar el acuerdo adelante, y bajo esa línea encolumnó a los diez representantes del Frente Renovador.
Massa estuvo la semana pasada con Negri, Cristian Ritondo (PRO) y Juan Manuel López (Coalición Cívica). También se reunió a solas con Alejandro “Topo” Rodríguez, titular del Interbloque Federal, que incluye al schiarettismo. Y hasta recibió a los diputados del Frente de Izquierda Nicolás Del Caño y Myriam Bregman.
En esas reuniones, donde también se abordaron otros temas de cara al año parlamentario, los opositores le pidieron más precisiones a Massa, pero no las consiguieron. De todos modos, hubo buena sintonía y los participantes coinciden en que el fuego cruzado de diciembre por la ley de Presupuesto va quedando atrás.
La “letra chica”
El proyecto consistiría en la mera autorización del Congreso al Poder Ejecutivo para tomar nueva deuda con el Fondo, más un anexo que contendrá la hoja de ruta de cómo el Gobierno piensa llevar adelante el plan, que tiene entre otras metas llegar a un déficit del 2,5% en 2022, del 1,9% en 2023 y del 0,9% en 2024.
En Juntos por el Cambio ya encendieron las alarmas: muchos diputados no están de acuerdo con ese esquema y quieren que todo el acuerdo se someta a votación. En el oficialismo le restan importancia al formato. “En las revisiones trimestrales del FMI, si quiere objetar algo, lo va a objetar”, dijo un diputado, que garantiza que “va a haber acceso a toda la información”.
El Frente de Todos también debe definir cómo serán los tiempos parlamentarios. Entre algunos diputados de la bancada llegó a circular la posibilidad de llevar el proyecto al recinto sin tratarlo antes en comisión, pero la idea fue inmediatamente descartada por Martínez. El tratamiento seguirá los carriles normales.
Otra de las posibilidades que está descartada es la de tratar el proyecto en la Bicameral de Seguimiento y Control de la Deuda. Su presidente, Mayans, informó que “se está trabajando” en la investigación para determinar la legitimidad del préstamo, pero lo cierto es que esa comisión no tiene potestad para definir sobre el acuerdo.
Todo indica que el debate contará con la presencia del ministro Martín Guzmán. Si bien todavía no hay fecha, la portavoz Gabriela Cerruti confirmó la asistencia del funcionario y deslizó que será “pronto”. La última vez que Guzmán estuvo en Diputados fue para defender el Presupuesto que finalmente fracasó.
Interna oficialista
Mientras tanto, en el Frente de Todos aseguran que harán todos los esfuerzos discursivos para que las diferencias internas no queden más expuestas de lo que ya quedaron, primero con la renuncia de Máximo y después con declaraciones de otro legislador, Itai Hagman, que anticipó prematuramente una ola de abstenciones.
“Hay un compromiso del bloque de no hacer un debate sobre las distintas posiciones dentro del frente en el recinto. Se están buscando todas las vías posibles para que sea lo menos traumático”, confió a este medio un diputado del interior que ya tiene decidido votar a favor.
La misma fuente amplió: “Estamos conversando las distintas posiciones. La posición de la amplísima mayoría es acompañar el acuerdo, con un compromiso del ministro de Economía de mandarlo con todos los detalles. Van a mandar todo, con los anexos y las planillas”.
De las conversaciones internas también surgió otro planteo: si el acuerdo es aprobado, algunos diputados a favor temen que se instale la idea de que la ley se logró gracias a los votos de Juntos por el Cambio y no al “compromiso” del bloque oficialista con la Nación. La batalla no es solo por los votos, sino también discursiva, y encuentra sentido en el silencio de Cristina Kirchner.
La preocupación que comparten unos y otros es quién pagará el costo de los compromisos asumidos ante FMI. En ese sentido, esta semana afloró el debate sobre el futuro de los planes sociales. El ministro de Desarrollo Social, Juan Zabaleta, negó que el acuerdo signifique un ajuste, pero informó que no habrá más altas en los programas.
