Con 132 votos a favor, 116 en contra y tres abstenciones, la oposición unida logró destrabar el debate sobre la boleta única en la Cámara de Diputados y se abre una pelea voto a voto que incomoda al Frente de Todos, reacio a implementar la reforma electoral.
Juntos por el Cambio y otros bloques consiguieron forzar al oficialismo a debatir ocho proyectos en comisiones, con el objetivo de firmar un dictamen conjunto e imponerlo el mes que viene en el recinto, para lo cual se necesitan 129 votos.
Los diputados no lograron tratar los proyectos sobre tablas, porque la moción no consiguió los dos tercios necesarios. Pero pudieron aprobar por mayoría simple un emplazamiento a las comisiones para abrir el debate el próximo miércoles 11 de mayo.
Además, pusieron un ultimátum: el 31 del mismo mes debe haber dictamen. Para eso, establecieron que el martes próximo deberán constituirse las dos comisiones que faltan (Asuntos Constitucionales y Justicia, a las que se suma Presupuesto y Hacienda).
El Frente de Todos rechazó unánimemente la moción, que fue propuesta por Silvia Lospennato (PRO). Entre los votos en contra figuró el de Máximo Kirchner, quien estuvo ausente a la hora del quórum pero bajó al recinto para participar de la votación.
Juntos por el Cambio construyó la mayoría junto a los ocho diputados del Interbloque Federal, tres de los cinco integrantes de Provincias Unidas, los cuatro liberales, un riojano (Felipe Álvarez) y, sorpresivamente, una diputada del Frente de Izquierda, Romina Del Plá.
“Voté a favor del emplazamiento porque en el Partido Obrero somos partidarios de superar el actual régimen de votación que premia a los aparatos y a los punteros que pueden repartir las boletas puerta a puerta y evitar que se expongan las de las fuerzas minoritarias”, argumentó.
Los otros tres miembros de la izquierda (Nicolás Del Caño, Myriam Bregman y Alejandro Vilca) se abstuvieron. Denunciaron que Juntos por el Cambio “reclama transparencia” cuando fue financiado por “aportantes truchos” y exigieron que las empresas privadas dejen de financiar las campañas.
En comisiones
Al proponer la moción, Lospennato consignó cómo quedarán integradas las dos comisiones que faltan. Si sus proyecciones se cumplen, habría un empate entre oficialismo y oposición a la hora de los dictámenes.
El bloque oficialista y un aliado misionero que este jueves estuvo ausente (Diego Sartori) tendrían en total 57 firmas, y Juntos por el Cambio y el Interbloque Federal, la misma cantidad. Aunque el Frente de Todos podría desempatar a su favor a través del voto de los presidentes de las comisiones.
El principal desafío para la oposición es juntar un mínimo de 129 votos en el recinto para ganarle al oficialismo e imponer su dictamen. Además, esa es la mayoría que establece la Constitución Nacional para sancionar reformas electorales.
El jefe del bloque oficialista, Germán Martínez, justificó el rechazo al emplazamiento de las comisiones, pero además dio señales de rechazo a la boleta única, que se aplica en su provincia, Santa Fe, desde hace 10 años.
“¿Qué nivel de denuncias reales tenemos alrededor de la boleta que tenemos? ¿Cuáles son las consecuencias de la boleta única en el sistema de partidos? ¿Realmente facilita la decisión ciudadana? ¿Cuáles son los costos reales de su implementación? ¿Qué efectos tiene en la farandulización de la política’”, se preguntó Martínez.
La oposición, unida
“Boleta única de papel significa hablar de transparencia electoral; terminar con la idea de la sospecha y la trampa; igualdad para los que no tienen estructura ni fiscales. Significa que la Argentina se incorpore a muchos países del mundo donde este tema es central”, sostuvo el jefe del bloque radical, Mario Negri.
Negri subió la apuesta y adelantó que la oposición podría volver a unirse para presionar con otras dos leyes de carácter institucional: la denominada “ficha limpia” para que “los que están procesados no sean candidatos”; y la extinción de dominio de los bienes provenientes de la corrupción, “para que devuelvan lo robado”.
Su coterráneo Rodrigo De Loredo (Evolución Radical) consideró que “Argentina no va a salir si no es con una mejor calidad democrática”, pero hizo una advertencia de cara al debate en comisiones y pidió que el diseño de la boleta quede plasmado en la letra de la ley.
“Hecha la ley, hecha la trampa. Paradójicamente, en mi provincia, el casillero de boleta completa tiene la foto del gobernador, y el casillero del candidato a gobernador carece de la misma. Eso generó muchos problemas en la nulidad de los votos”, advirtió el cordobés.
Desde la misma provincia, el schiarettista Carlos Gutiérrez apuntó que “para los cordobeses, las bondades de la boleta única no están en discusión”. “No le tengan miedo a la boleta única”, dijo, antes de repartir entre las bancas copias de las boletas utilizadas en Córdoba desde 2011.
Por el PRO, Graciela Ocaña destacó que “este es el año para que la boleta única sea ley en Argentina” y así “terminar con viejos vicios de nuestro sistema político”. Calculó que, si se hubiera aplicado este modelo en la elección del año pasado, “se hubieran ahorrado 3.000 millones de pesos”.
Asimismo, Juan Manuel López recordó la experiencia de la Coalición Cívica con el sistema vigente: “En el año 2007 sufrimos el robo sistemático de boletas. No sabemos cuántos puntos nos costó en esa elección. Al año siguiente presentemos el primer proyecto de boleta única”.
