El gobierno acordó con empresas y las grandes cadenas retrotraer precios al 10 de marzo y decidió investigar a fábricas que “atentan” contra el programa de Precios Cuidados, aunque fuentes del sector supermercadista relativizaron el impacto de estas acciones.
El secretario de Comercio de la Nación, Roberto Feletti, llegó a un acuerdo con la Asociación Supermercados Unidos (ASU) y las principales fábricas de alimentos y bebidas, pero su cartera no detallo todavía cuales son los productos alcanzados y los porcentajes de reducción de precios. Recién este miércoles se oficializaría esa lista.
Sin embargo, desde el supermercadismo dijeron que son muy pocos los artículos que realmente aumentaron de precio desde 16 de marzo, como sostiene el Gobierno, “y no hacen a lo esencial en el consumo masivo”, precisó un interlocutor a La Voz. En cambio sí hubo coincidencias en lo referente al abastecimiento.
Según la información que difundió el Gobierno, grandes cadenas de supermercados se comprometieron a retrotraer precios que la cartera de Feletti había detectado con incrementos excesivos. La Secretaría trabaja para armar esa lista que en realidad está a la vista a través del Sistema Electrónico de Publicidad de Precios Argentinos (Seppa).
“No es que Feletti haya descubierto nada, los precios de las principales cadenas del país están informados al día en el Seppa, un soporte informático terriblemente efectivo desarrollado durante el Gobierno anterior”, razonó la fuente del sector.
Precisamente, las alzas que Feletti planteó a los supermercados ocurrieron entre el miércoles 16 y el viernes 18 de marzo y las cadenas que presentaban mayores niveles de aumentos son Walmart, Changomas y Cencosud (Jumbo, Vea y Disco), dejó trascender el Gobierno.
En forma paralela, los funcionarios de la Secretaría indicaron que “algunas empresas como La Serenísima y Molinos Río de la Plata están priorizando el abastecimiento a los comercios de proximidad por sobre los supermercados, atentando así contra el programa Precios Cuidados”.
Esa decisión comercial, en realidad, es conocida desde el año pasado pero los colaboradores de Feletti habría tomado nota recién ahora de que algunas empresas prefieren derivar ventas en los negocios de proximidad donde no hay límites de precios.
Como ya publicara La Voz, en almacenes y autoservicios barriales no se producen faltantes como sí se ven en las góndolas de las grandes bocas, pero los precios pueden ser en ese circuito un 20 a 30 por ciento superiores a los fijados en Precios Cuidados.
“Yo veo que en el fondo no hay grandes novedades en la guerra contra la inflación, sino más bien una puesta en escena similar a la ocurrida en otras ocasiones”, mencionaron las fuentes supermercadistas. “La industria no incrementa la oferta porque hay un descontrol de costos”, agregan.
Vuelve la carne barata
En cambio, sí podría haber novedades en lo que respecta al abastecimiento de cortes de carnes a precios rebajados. El Gobierno, precisamente, reparó en la actitud del consorcio ABC que frenó la entrega de mercadería, lo que motivó una intimación de Comercio Interior y del ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca para garantizar su funcionamiento.
Según se indicó extraoficialmente “las empresas serán convocadas para que den explicaciones sobre su accionar y que se les aplicarán las sanciones que correspondan”. Por lo pronto, ya se habría frenado la exportación de carnes de esos frigoríficos lo cual apura una resolución al conflicto.
Como se sabe, en las reuniones realizadas esta semana, Comercio Interior advirtió a los supermercados y empresas productoras, que ante “cualquier incumplimiento, se implementarán las multas y sanciones que fuesen necesarias, ya sea en el marco de la ley 20.680 (Ley de Abastecimiento) o de otras normativas correspondientes, según indicaron las fuentes.
Rechazo de harineros
Por su parte, la Cámara de Industriales Molineros (CIM) rechazó la creación del fideicomiso para sostener el precio del trigo y enfatizó que este tipo de medidas “han dado nulos resultados” provocando “serias distorsiones” y una “sustancial merma en las intenciones de siembra”.
La entidad enfatizó “que el camino debe ser a través de un subsidio de la demanda y no mediante la creación de un fideicomiso para subsidiar la compra de trigo por parte de los molinos, ya que los supuestos beneficios se diluyen en los diferentes eslabones, dilapidando recursos que deben llegar a los sectores más vulnerables”.
Asimismo, señaló que “la industria molinera rechaza la pretensión de que el Estado subsidie sus ventas a un precio muy por debajo de los costos de producción”. Recalcó, además, que la nueva “carga administrativa que se sumará a los innumerables trámites” que actualmente soporta.
CIM reiteró que el consumo de harina como tal, pan, galletitas y fideos podría ser subsidiado por el Gobierno inyectando los fondos directamente en las tarjetas alimentarias.
