El gobierno de Estados Unidos está dispuesto a ofrecer una línea de crédito específica a la Argentina si una crisis externa amenaza la recuperación económica impulsada por el presidente Javier Milei. Así lo aseguró Scott Bessent, secretario del Tesoro de la administración de Donald Trump, durante un evento privado de JPMorgan Chase & Co. en Washington, según tres fuentes con acceso directo a sus declaraciones.
Bessent - quien vistó Argentina el día de la salida del cepo- explicó que, en caso de un shock global ajeno a las decisiones argentinas, Estados Unidos podría usar el Exchange Stabilization Fund (ESF) para asistir al país, siempre y cuando Milei mantenga el rumbo de su programa económico.
La información fue publicada por Bloomberg, aunque el Tesoro norteamericano evitó hacer comentarios públicos al respecto.
Tras la noticia, los bonos argentinos tuvieron una jornada positiva y se destacaron entre los mejores rendimientos de los mercados emergentes.
Los títulos que vencen en 2035 subieron hasta un centavo, cotizando en torno a los 66 centavos por dólar.
Analistas locales interpretaron las declaraciones de Bessent como un fuerte respaldo a Milei.
“Los bonos subieron porque crece la expectativa de que Estados Unidos apoyará a Milei si surge una crisis”, señaló Carolina Gialdi, directora de ventas internacionales de Max Capital en Buenos Aires.
Según la especialista, evitar un colapso financiero reduciría el riesgo político de un eventual regreso del peronismo.
El Exchange Stabilization Fund, creado en los años 30, ha sido utilizado en más de un centenar de oportunidades para otorgar créditos o préstamos a gobiernos y bancos centrales extranjeros, con el objetivo de estabilizar monedas, según información oficial del Tesoro estadounidense.
Los dichos de Bessent van más allá de lo que había expresado en su reciente visita a Buenos Aires, donde elogió personalmente el programa de reformas de Milei, al que calificó como un modelo para otros gobiernos de la región.
Cabe recordar que la administración de Donald Trump fue clave para que la Argentina consiguiera a principios de abril un programa de financiamiento por 20 mil millones de dólares con el Fondo Monetario Internacional.