Con el ascenso de Guillermo Francos como nuevo jefe de Gabinete de la Nación, quien además seguirá a cargo de la relación con los gobernadores al retener bajo su área la Secretaría de Interior, el dirigente que inició su larga trayectoria política militando en el Partido Federal de Francisco “Paco” Manrique se convirtió en otro de los “superministros” de la gestión libertaria.
El otro ministro con mucho poder es el de Economía, Luis Caputo, quien en febrero pasado absorbió Infraestructura tras la salida del primer miembro del gabinete, al que nadie recuerda: Guillermo Ferraro.
Francos deberá esmerarse para ganar el rótulo que el Presidente le concedió a “Toto” Caputo. En la confirmación como jefe de Gabinete, Milei calificó de “exitosa” su gestión en la cartera de Interior, mientras que al ministro de Economía, el sábado pasado en Córdoba, le dijo que era un “crack” y un “rockstar”.
El encumbramiento del dialoguista Francos fue celebrado en el Centro Cívico. El exministro del Interior es el único que tiene diálogo fluido con Martín Llaryora. Más allá de sus diferencias con Milei, el gobernador necesita un interlocutor con la Casa Rosada. Francos lo es.
El viernes 17 de mayo sonó el celular de Llaryora. El entonces ministro del Interior le confirmó que el “pacto de mayo” estaba caído. También le informó que Milei vendría a Córdoba para un “Cabildo abierto” el 25 de mayo.
Por ser el anfitrión del pacto que no fue, el mandatario cordobés fue el primero que se enteró de su fracaso. El sábado escuchó de cerca otra iniciativa del Presidente que al parecer tiene tantas chances políticas de prosperar como una nevada en enero en Córdoba: el “consejo de mayo”.
El encumbramiento de Francos es el triunfo de “la casta” en el gabinete de Milei. Junto con Patricia Bullrich, el nuevo jefe de Gabinete tiene extensa trayectoria como dirigente político.
Lo dijo él mismo en sus primeras declaraciones como coordinador de los ministros. “Por mi trayectoria, soy el que entiende la política tradicional, sobre la cual el Presidente tiene una mirada distinta”, argumentó.
En otra palabras, Francos quiso decir: soy casta y negociaré con la casta.
Extensa trayectoria
Dialoguista nato, el flamante jefe de Gabinete (74 años) fue concejal porteño antes de la reforma constitucional de 1994. Luego se sumó al partido Acción por la República, de Domingo Cavallo, con el cual llegó a ser diputado nacional hasta el año 2000, cuando renunció para volver a la actividad privada en la Corporación América, de Eduardo Eurnekian.
Luego retornó a la política para presidir el Banco de la Provincia de Buenos Aires durante la gestión de Daniel Scioli como gobernador. En 2012, volvió a trabajar al emporio de Eurnekian, donde conoció a Milei. Allí también trabajó con Nicolás Posse, a quien ahora reemplazó.
Francos encabezó una fundación. Allí nombró a Milei como economista jefe. Eso le abrió la puerta al gabinete del libertario, cuando este fue elegido presidente.
Ahora deberá lidiar como negociador con gobernadores y opositores en el Congreso, en representación de un Presidente que desprecia a los políticos. Será un nuevo desafío para un negociador puro. “Para los quilombos, está Francos”, repiten los libertarios, incluso aquellos que no lo quieren tanto.
