La primera semana de noviembre cerró con ventas por 350 millones de dólares de parte del Banco Central. De ese monto, 125 millones de dólares correspondieron a las operaciones que la autoridad monetaria concentró el lunes pasado, el último día de octubre.
El viernes, las ventas para asistir a la demanda del Mercado Único y Libre de Cambios (Mulc) fueron de U$S 49 millones. Con estos registros, al Central se le fueron U$S 243 millones en los primeros cuatro días de noviembre, según publicó el diario Clarín.
El dato anticipa que este será un mes complejo para el equipo de Miguel Pesce: en menos de una semana tuvieron que vender casi la mitad de los U$S 498 millones que debió entregarle al MULC a lo largo de octubre.
La racha vendedora del Central viene potenciada por la escasez de la oferta. Una vez que se apagó la aspiradora del “dólar soja”, que volcó U$S 8.000 millones al mercado durante septiembre, la oferta desapareció.
Esto ocurrió porque para aprovechar la ventana que les permitía recibir $ 200 por dólar liquidado en lugar de $ 150, los exportadores adelantaron la liquidación de los meses siguientes. Esos dólares que abundaron en septiembre son los que faltan ahora.
“El BCRA sigue perdiendo divisas. La merma en la liquidación de dólares del agro luego de la oferta que se produjo por el dólar soja provoca fuertes ventas que acumulan casi U$S 800 millones en 21 días hábiles”, señaló Aurum Valores.
La situación de reservas del Central amenaza con complicarse aún más en diciembre, por el efecto de la sequía sobre la cosecha de trigo. Las estimaciones del mercado marcan que podrían perderse cerca de U$S 3.500 millones en exportaciones.
Desde el equipo económico buscan bajarle el tono al problema con la promesa de que la buena racha de los precios del maíz servirá para compensar lo que deje de aportar el trigo. Pero aun si esta previsión se cumple, el desafío de atravesar el verano con pocas divisas hasta llegar a la cosecha de soja será enorme.
El blue, en $ 289
En medio de la salida de divisas por las ventas del Central, la buena noticia para el equipo económico es que el “veranito” cambiario se sigue extendiendo.
El dólar blue en Capital Federal cerró este viernes en $ 289. Si bien aumentó dos pesos en esta rueda lleva tres meses por debajo de los $ 300. Así redujo la brecha al 83% con respecto al dólar mayorista y subió solo 42% en el año, lejos del 75% que acumula la inflación en diez meses.
También los dólares financieros, el contado con liqui y el MEP, se mantienen estables, en $ 304,5 y $ 291, respectivamente.
“Volvió el carry trade (bicicleta financiera)”, aseguran los operadores. Para explicar porque el dólar sigue calmado, los analistas apuntan a la suba de tasas en pesos, que tienta a los inversores a aprovechar los rendimientos de los plazos fijos.
En los últimos dos meses el stock de plazos fijos en pesos subió 19%, más del doble de la inflación del período. Con menos expectativas de devaluación en el corto plazo, los inversores apuestan al peso: con una tasa del 6,5% mensual, el rendimiento prácticamente empata a la inflación.
