El conflicto con los estatales de Córdoba, especialmente con los docentes, tiene a mal dormir al gobernador Juan Schiaretti y al candidato de su espacio en las elecciones del 25 de junio, Martín Llaryora.
Es que con la campaña electoral a días de empezar, el contexto gremial conflictivo es un escenario que en el Centro Cívico pocos imaginaron y nadie quiere.
Más aún si el actual gobernador quiere convertirse en el referente que resuelva la grieta a nivel nacional.
Si bien la intención del Gobierno provincial es firmar un acuerdo lo antes posible, lo cierto es que con la UEPC no dan los tiempos para resolverlo esta semana. “Si hubiera una propuesta superadora en las reuniones que tendremos entre lunes y martes, primero tenemos que hacer toda nuestra orgánica”, dijo este domingo un alto referente del gremio de los maestros.
Esto incluye desde las asambleas en las escuelas hasta la votación en la asamblea departamental, “camino” que no podría resolverse antes del lunes que viene.
Todo indica que el Panal llevará una propuesta de mejora, pero no hay ninguna seguridad de que esta sea aceptada, primero por la cúpula de la UEPC y, después, por las bases.
El Centro Cívico espera que esta semana el SEP firme el acuerdo original más las mejoras que le podrían ofrecer a la UEPC. Esta podría ser una herramienta de presión en medio de la negociación con los docentes, que entró en conciliación obligatoria.
Sin embargo, las cosas tampoco están bien en el seno de un sindicato que elige secretario general el viernes 28 de abril.
El gobierno de Schiaretti querría explotar las grietas que por estos días hay en el frente gremial, tanto las rispideces entre el SEP y la UEPC, como las que hay dentro de cada uno de los sindicatos. Pero se lo impide el contexto de campaña electoral que se iniciará casi al mismo tiempo que el final del plazo inicial de la conciliación obligatoria.
Las banderas y los flyer que difusión del SEP en las redes sociales hacen foco en las diferencias con la UEPC: “Si hay plata para algunos, que haya plata para todos” y “Este gremio pelea por todos”. Dentro del sindicato que conduce Juan Monserrat, a su vez, hay cortocircuitos por los autoconvocados, un grupo que cada vez aparece como más numeroso, al menos por fuera de la estructura de la organización.
“El rechazo al acuerdo que ellos habían firmado fue de 18 a 8, no están tan tranquilos y saben que tienen que traer una propuesta en serio”, dijo este domingo una de las referentes de los autoconvocados.
