Tras un debut parlamentario con el que el presidente Javier Milei puede darse por satisfecho, el año que se inicia aparece como un “entretiempo” para La Libertad Avanza, que piensa en la elección de medio término como una oportunidad para acrecentar su tropa legislativa y empezar a jugar otro partido, en el que buscará avanzar con reformas de fondo sin tanta dependencia de aliados.
Con el armado de listas en el centro de las preocupaciones y el nivel de desdoblamiento electoral que habrá en las provincias, es posible imaginar que el Congreso –como sucede cada dos años– disminuirá el nivel de actividad, lo que podría favorecer al oficialismo, porque quitaría visibilidad a la oposición y concentraría la mirada en la gestión.
El Gobierno ya tiene las dos herramientas que necesitaba: la Ley Bases y el DNU 70/23. Desde esa tranquilidad, al oficialismo sólo le queda resistir posibles embates opositores hasta el 10 de diciembre e intentar destrabar las leyes que quedaron pendientes de 2024, aunque también se espera que el Poder Ejecutivo envíe algunos otros proyectos.
Para eso, La Libertad Avanza deberá recomponer y sostener el vínculo con bloques dialoguistas, en un clima que en diciembre se volvió muy hostil, por el fracaso del Presupuesto, el freno a la ficha limpia, la expulsión del senador Edgardo Kueider y la polémica por los aumentos de las dietas.
Senado y Diputados
El reto más difícil aparece en el Senado: el escándalo de las dietas, la remoción de Kueider y, como telón de fondo, la cruda interna entre Milei y Victoria Villarruel, embarraron la cancha. La vicepresidenta quedó relegada a un papel secundario y el bloque oficialista, con apenas seis miembros, tiene escaso margen de acción. Para colmo, Unión por la Patria sumará una senadora más por el reemplazo de Kueider y quedará más cerca del cuórum propio.
En Diputados, Martín Menem fue reelegido con poco entusiasmo y necesita ganar confianza frente a una oposición que sopesará costos y beneficios de acompañar al Gobierno o marcar límites en un año electoral. Tanto el PRO como la UCR atraviesan fuertes internas, por el posicionamiento a adoptar frente a Milei. Y el bloque Encuentro Federal, que lidera Miguel Pichetto e integra el PJ cordobés, vuelve a configurarse como una de las claves para el cuórum.
Agenda 2025
En el horizonte más cercano, Milei tiene el desafío de completar la Corte Suprema de Justicia, que ya funciona con tres miembros por la jubilación de Juan Carlos Maqueda. La idea de nombramientos por decreto perdió fuerza, pero la oposición permanece en alerta. Los candidatos Ariel Lijo y Manuel García Mansilla no consiguieron hasta ahora los dos tercios en el Senado y Unión por la Patria llama a abrir una negociación.
En materia electoral, el Gobierno insiste en eliminar las Paso en tiempo de descuento y, después de haber fracasado en su intento en diciembre, encontró una luz de esperanza con la propuesta del jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, de suspender las primarias en la Ciudad de Buenos Aires. La iniciativa ayudaría a destrabar votos del PRO para avanzar en igual sentido a nivel nacional. Será determinante además el acompañamiento peronista, vía gobernadores.
Por el Congreso también pasará, al menos en parte, la “reforma impositiva estructural” que, en palabras de Milei, “reducirá en un 90% la cantidad de impuestos nacionales” y “devolverá autonomía a las provincias” para poder competir entre ellas y atraer inversiones. La idea, en la que trabaja el ministro Federico Sturzenegger, es desarmar la maraña de impuestos nacionales, provinciales y municipales.
La desburocratización de Sturzenegger ya tiene otra “pata” pendiente en el Congreso, la “ley hojarasca”, que propone barrer con numerosas leyes que quedaron obsoletas o entorpecen la economía. El proyecto fue anunciado con estridencia, pero no se trató en 2024, por lo que el oficialismo buscará darle impulso en 2025.
En segundo plano quedaron en el candelero más de 10 iniciativas de seguridad y de justicia –lideradas por los ministros Patricia Bullrich y Mariano Cúneo Libarona– que no lograron ver la luz este año. Algunas quedaron a un paso de ser aprobadas y otras ni siquiera comenzaron a ser debatidas.
Las principales son la baja de imputabilidad de los menores de edad; una “modernización” de la Justicia; el juicio por jurados; modificaciones al Código Penal en materia de reincidencia y reiterancia, y de legítima defensa; la “ley antimafias” para el combate del crimen organizado; el juicio en ausencia; el divorcio exprés; el aumento de penas por cometer incendios; la tipificación del delito de compraventa de niños, y un proyecto de regularización de la tenencia de armas y prórroga del programa de entrega voluntaria.
En tanto, el debate sobre ficha limpia perdió fuerza para el año que comienza y desgastó la relación con el PRO. También se diluyó la discusión sobre la privatización de Aerolíneas Argentinas; aunque el Gobierno está convencido de querer deshacerse de la empresa, en Diputados nunca tuvo los votos para avanzar.
Más “leones” en el Congreso
Cuando Karina Milei se propuso armar La Libertad Avanza como partido nacional, supo que la misión era engordar los bloques legislativos para reducir la dependencia de aliados y consolidar la gestión de su hermano en la segunda mitad de su mandato. Pero, aunque los libertarios tuvieran una gran performance, aún quedarían muy lejos del cuórum propio.
De los 39 miembros de La Libertad Avanza en la Cámara de Diputados, ocho renuevan mandato en 2025, como José Luis Espert (Milei anticipó que será candidato en provincia de Buenos Aires) y Carolina Píparo. En el Senado, el oficialismo sólo puede crecer, ya que todos los senadores libertarios ingresaron en 2023 y, por lo tanto, tienen mandato hasta 2029.