En medio de elogios hacia los resultados del plan económico, el Fondo Monetario Internacional (FMI) puso sobre la mesa las diferencias que mantiene con el Gobierno argentino para avanzar en la renegociación de un nuevo programa y fijó las condiciones para liberar fondos.
El organismo sugirió una devaluación, y reclamó la salida del cepo, y la libre flotación de la moneda, pasos que por el momento el gobierno de Javier Milei no está dispuesto a dar, a menos que sea con respaldo financiero.
De esta forma, la discusión es muy parecida “a la del perro que se muerde la cola”: “¿Vos querés plata? Levantá el cepo y dejá flotar la moneda”; dice el Fondo.
“Vos dame la plata y yo salgo del cepo y dejó flotar la moneda (aunque no tanto)”, es lo que dice el Gobierno.
“Para facilitar el camino hacia la recuperación del acceso a los mercados será necesario adoptar una estrategia creíble para desmantelar los controles cambiarios, una mayor flexibilidad cambiaria y un papel más significativo de la política monetaria”, escribió el Directorio del organismo en un documento oficial. Más claro imposible.
El FMI dio a conocer este sábado el informe “Ex Post” que realizó sobre el “Extended Fund Facility de 2022” (Acuerdo de Facilidades Extendidas) que finalizó en 2024. Es una práctica habitual del organismo para dar a conocer su punto de vista sobre el resultado del programa.
Pero en ese documento deslizó algunas de sus exigencias para avanzar en un nuevo acuerdo con la Argentina. Cabe recordar que el FMI no cerró dos auditorías pendientes del plan ya finalizado y por eso no envío los U$S 1.000 millones que correspondían.
De allí que la forma en que se expresó el FMI en medio de nuevas negociaciones marcan que si bien hay confianza en los resultados al momento, creen que el gobierno debe tomar otras medidas en la etapa que se inicia.
De hecho, esta no es la primera vez que el organismo publicó advertencias sobre la necesidad de salir del cepo y liberar el tipo de cambio, sino que lo hizo en todas las revisiones previas.
Es sabido que bajo la actual conducción política el FMI no está dispuesto a enviarle dinero a la Argentina para sostener el actual tipo de cambio, ni mucho menos para intervenir en el mercado cambiario a través de los dólares financieros.
El organismo quiere lisa y llanamente que el gobierno vaya directamente a una unificación cambiaria al valor que el mercado lo fije.
En uno de los pasajes del texto, el FMI indicó que “la acumulación de reservas cambiarias durante 2024 reflejó la devaluación gradual del 120% en diciembre de 2023, la flexibilización de las condiciones de sequía y la amnistía (blanqueo) fiscal”. Y advirtió hacia adelante: “Al mismo tiempo, la presencia de amplios controles cambiarios y la apreciación del tipo de cambio real como resultado de la preservación de un tipo de cambio de paridad lenta podrían dificultar la acumulación continua de reservas cambiarias”,
En otro tramo relevante de la evaluación el FMI señaló “con una política fiscal anclada en una meta fija (equilibrio presupuestario), mantener la competitividad externa y suavizar las fluctuaciones ante posibles shocks requeriría tanto un mecanismo más eficaz de ajuste externo, en particular una mayor flexibilidad cambiaria”. Otra vez apuntó al tipo de cambio. Traducido: para el FMI Argentina debe devaluar para ganar más competitividad y que ingresen más dólares por el comercio exterior.
El Gobierno argentino manifestó en varias oportunidades que no está dispuesto a tocar el tipo de cambio para ganar competitividad. Incluso en los últimos días el presidente, Javier Milei dio una entrevista en la que explicó el por qué desde su punto de vista “el dólar no está atrasado”. Uno de los motivos es la acumulación de reservas. En lo que va de 2025 el BCRA compró más de U$S 870 millones. Pero el FMI le señala que lo logró a favor del cepo y con un tipo de cambio administrado.
En esta disidencia están empantanadas las conversaciones desde ya hace varios meses.
El Gobierno nacional apuesta todo a que cuando Donald Trump se siente en el Salón Oval de la Casa Blanca ejerza la presión suficiente para torcer la voluntad del Directorio del FMI.
Milei estimó que se necesitarían cerca de U$S 11.000 millones para poder levantar todas las restricciones cambiaras sin que la economía argentina corra riesgos de desmadrarse.
Para mantener las formas de la diplomacia y el buen clima en las negociaciones, Kristalina Georgieva salió a matizar los reclamos.
“El caso más impresionante en la historia reciente es Argentina, donde los efectos han sido profundos, con la implantación de un sólido programa de estabilización y crecimiento”, dijo la Directora Gerente del FMI a la prensa.
El Gobierno defendió su política
Desde el Ministerio de Economía defendieron el rumbo del gobierno. “No compartimos la evaluación del informe de que ‘la política fiscal asumió la mayor parte del esfuerzo de desinflación’. Sin los correspondientes cambios en la política monetaria y cambiaria, Argentina habría caído de todas maneras en una hiperinflación a pesar del ajuste fiscal”, señalaron cerca del ministro Luis Caputo
A su vez consideraron que “un nuevo marco de política monetaria, que introdujo agregados monetarios cuantitativos a partir de junio de 2024, fue esencial para romper las expectativas de inflación y acelerar el proceso de desinflación. Al mismo tiempo, el “crawling peg” del 2% fue fundamental para anclar las expectativas de inflación y de tipo de cambio”.
En esa línea añadieron que esta decisión “permitió que el BCRA adquiriera más de U$S 21 mil millones” y afirmó que “neto de pagos imprevistos de deuda externa, el BCRA cumplirá con el objetivo de la Reserva Internacional Neta para el año”.
Y en esa línea fueron contundentes: “el firme programa de desinflación tuvo éxito principalmente porque Argentina siguió las políticas y puntos de vista de sus autoridades en relación a las políticas de tasas de interés y tipos de cambio, incluso cuando estas no estaban totalmente en línea con las del FMI”,
Recordaron que “si Argentina hubiera aumentado las tasas de interés reales o se hubiera desviado del 2% de ‘crawling peg’, el resultado habría sido una mayor emisión monetaria y una continuidad de la espiral inflacionaria”.
“El esfuerzo fiscal inquebrantable - aunque único, pero, lo que es más importante, no solicitado y, sin embargo, uno de los compromisos más creíbles de la administración Milei - habría demostrado ser insuficiente”, remarcaron desde el Palacio de Hacienda.