El diputado nacional por Córdoba y exministro de Turismo de la Nación Gustavo Santos puso a disposición su renuncia a la Cámara de Diputados tras una fuerte polémica que lo involucra, y el jefe del bloque PRO, Cristian Ritondo, evalúa aceptársela para reemplazarlo y contar con un voto más de cara a la votación que se viene por la nueva Ley de Alquileres.
Santos quedó en el ojo de la tormenta después de que una investigación periodística del diario Página/12 revelara que el legislador, que tiempo atrás tomó licencia para radicarse en Madrid por un cargo en la Organización Mundial de Turismo, mantiene parte de su estructura económica como diputado, aunque sí renunció al cobro de la dieta.
Este medio pudo constatar que, en efecto, el legislador cordobés resignó el cobro del haber mensual y también del plus de desarraigo (que es otorgado a los diputados que viven a más de 100 kilómetros de la Capital Federal), pero sí conserva una estructura de siete asesores que, además, gozan de pasajes aéreos que los diputados pueden transferir a terceros.
Más allá de esos beneficios, la ausencia de Santos genera inquietud desde hace tiempo en Juntos por el Cambio, porque significa un voto menos en momentos en los que los números son ajustados. El diputado fue uno de los ministros de mayor confianza de Mauricio Macri y muchos interpretan que esa relación tan estrecha fue el motivo por el cual el PRO lo sostuvo hasta ahora.
En el fondo, también juega la interna del PRO: de aprobarse la renuncia, quien debería asumir en su lugar para completar el mandato hasta 2025 es Oscar Agost Carreño, presidente del PRO en Córdoba y recientemente elegido diputado provincial, quien responde al precandidato presidencial Horacio Rodríguez Larreta.
“La renuncia de Santos siempre estuvo a disposición del bloque. No es una cuestión individual de un diputado. Si no se concretó, fue por una decisión política. La renuncia está en el cajón del jefe del bloque, con quien Santos tiene un vínculo de años, igual que con Mauricio”, afirmaron en el equipo del cordobés.
Consultado por este medio, Ritondo ratificó: “La renuncia la tengo yo, y si en una sesión es necesario presentarla, la vamos a presentar. Él no está cobrando y yo quiero que vuelva al Congreso. Él puso su renuncia a disposición y evaluaremos en la próxima sesión, que es por el tema alquileres: si él no puede estar presente y eso ocasiona algún problema por la cantidad de votos que se necesitan de la oposición, se la presentará”.
El caso
Santos fue elegido diputado por Juntos por el Cambio en 2021, y en mayo del año pasado fue nombrado director para las Américas de la Organización Mundial de Turismo, cargo que asumió formalmente en septiembre. Según la investigación citada, allí cobra un sueldo de 17 mil euros mensuales, unos 4.879.000 pesos a la cotización oficial, y nueve millones de pesos en el mercado libre. En el entorno de Santos, negaron tajantemente ese número.
Entre septiembre y diciembre de 2022, Santos pidió licencia cuatro veces “por razones particulares”. A su vez, renunció a la percepción de su dieta y gastos de representación desde el 1 de octubre. Y en abril de 2023 renunció también al plus por desarraigo, destinado a que los legisladores del interior puedan afrontar los gastos de un segundo domicilio en Buenos Aires. A valores de marzo, esa asignación era de 141.309 pesos mensuales.
Sin embargo, una de las polémicas tiene que ver con los pasajes. Según un sistema implementado en 2018, los diputados tienen tres opciones: cobrar una suma fija en concepto de “movilidad”; recibir pasajes aéreos y terrestres, o una combinación de ambos.
El cordobés eligió los pasajes: son 12 tramos aéreos nominados (de uso exclusivo del diputado), 12 tramos aéreos innominados (transferibles a terceros) y 20 tramos terrestres. Según supo este medio, Santos no utiliza los tramos que son para él, pero sí suele utilizar la totalidad de tramos innominados para asesores u otras personas, más los vales de nafta.
El legislador tiene en total siete asesores: cuatro que corresponden a cada legislador, y tres por ser presidente de una comisión, en este caso la de Turismo (estos últimos serían contratos de locación de servicios y se cuentan como personal del bloque). Por la ausencia de Santos, Turismo no se reúne desde agosto de 2022. Además, el diputado integra las comisiones de Ciencia y Tecnología, Cultura, Economía, Mercosur y Transportes, todas como vocal.
De licencia
Este año, Santos asistió a una sola sesión en febrero y luego pidió licencia desde el 25 de marzo hasta el 10 de diciembre, es decir, hasta que termine el período ordinario. La solicitud nunca fue tratada en el recinto porque debe ser aprobada en sesión ordinaria y hasta el momento no se hizo ninguna (las que se realizaron fueron especiales). Igualmente, la licencia está en curso.
El año pasado, Santos y Héctor Baldassi, también del PRO, fueron los diputados cordobeses que más faltaron a las sesiones, según un relevamiento de este medio. Se ausentaron cinco veces cada uno, y en el caso de Santos, cuatro de esas veces fue por estar de licencia, tras asumir el cargo en la Organización Mundial de Turismo. “Él creyó que podía cumplir con las dos funciones”, dicen en su entorno.
Una fuente de Juntos por el Cambio molesta con la actitud de Santos comparó su caso con el de otros dos diputados del interbloque que, a diferencia del cordobés, sí renunciaron al cargo, lo que permitió que asumiera quien les seguía en la lista, para no dejar la banca vacía. Son Rogelio Frigerio (dio un paso al costado para dedicarse a la campaña electoral en Entre Ríos) y el jujeño Gustavo Bouhid, designado como ministro de Salud del gobierno de Gerardo Morales.
“Falta ética”
Desde el Frente de Todos, el diputado Eduardo Fernández consideró que el accionar de Santos “es una seria falta ética, además de lo que pudiera corresponder en cuanto a malversación de recursos de los argentinos si así fuera, pero finalmente un mal ejemplo, especialmente hoy, cuando buena parte de la ciudadanía pone en duda el rol de la política”.
“Hay que pedirle a la Cámara que aplique estrictamente el reglamento y hacer constar esta actitud que desprestigia a todo el cuerpo”, dijo Fernández a este medio, y agregó: “El problema es el mensaje ético que da hacia afuera”.
