El extitular de la ex-Afip Rosario y Santa Fe, Carlos Vaudagna, se presentó como “arrepentido” en una causa y reconoció haberse enriquecido de manera irregular y haber cometido delitos en los que habrían participado él, el juez federal Marcelo Bailaque, el expresidente de Vicentin Omar Scarel y uno de los principales accionistas del diario El Litoral, Carlos Nahuel Caputto.
Escándalo de corrupción en Santa Fe
La información, difundida por La Nación, indica que Vaudagna se quebró emocionalmente después de que se diera cuenta que esta investigación tenía a casi 10 fiscales federales de Rosario, Santa Fe, Reconquista y Buenos Aires con la lupa puesta en las maniobras que él, Bailaque y toda una constelación de empresarios y gente de mucho poder realizaban para beneficiarse a nivel económico.
Vaudagna -en enero pidió una licencia por problemas psiquiátricos, después de que lo trasladaran a Córdoba- admitió que tuvo un crecimiento patrimonial de manera vertiginosa entre 2015 y 2024, cuando ocupó la dirección de las delegaciones de Arca en Rosario y Santa Fe, y el de sus supuestos testaferros, con propiedades, campos, plantas avícolas, una firma láctea, mutuales, entre otras cosas.
El extitular de la ex-Afip se presentó con su abogado Néstor Oroño en enero pasado para “colaborar” en la causa, a cambio de un acuerdo. Luego, uno de los abogados que formaban parte de su defensa, Paul Krupnik, renunció a la representación de Vaudagna. A partir de ese momento, el exfuncionario acordó brindar información a cambio de una condena máxima de seis años –excarcelable– por los delitos que admitió haber cometido y al pago de una multa y decomiso de varias propiedades.
Apuntó contra el juez Bailaque
En su declaración como “arrepentido”, Vaudagna admitió haber intervenido con el juez Bailaque en la “extorsión” a los financistas de Rosario Jorge Luis Oneto y a Claudio Iglesias. Vaudagna abrió una investigación interna en Arca contra estos dos empresarios y luego se presentó una denuncia anónima en el Juzgado Federal N° 4, a cargo de Bailaque. Todo era, aparentemente falso, y el único objetivo que tenía era “extorsionar” a los empresarios rosarinos.
Esto fue comprobado en la investigación que llevaron adelante los fiscales federales de Rosario. Se detectó que la causa se abrió con un único elemento, una denuncia anónima, y el juez ordenó allanamientos y secuestro de documentación a Iglesias. Luego, inesperadamente se cerró sin motivo. Vaudagna señaló que antes de que la causa se cerrara le pidieron a Oneto y a Iglesias una suma de dinero. El objetivo de perjudicar a los financistas tenía que ver con una interna en la compañía de seguros San Cristóbal, donde Iglesias aspiraba a un cargo en el directorio.
Bailaque está complicado en otras causas que están ligadas a complicidades con el narcotráfico. Está siendo investigado por tener el mismo contador (Gabriel Mizzau) que el capo narco Esteban Alvarado, a quien él investigaba por lavado de dinero. También en el Consejo de la Magistratura se investiga si el magistrado favoreció a este narcotraficante, preso en el penal de Ezeiza, al demorar tres años en autorizar la intervención de los teléfonos, como había pedido la Policías de Seguridad Aeroportuaria (PSA).
También está bajo la lupa por beneficiar a empresarios “amigos” como Fernando y Guillermo Whpei, al darles la administración de los fondos de la Cooperativa de Estibadores de Puerto San Martín, que eran más de $ 10 mil millones. Estos empresarios pretendían quedarse con la cooperativa que había sido intervenida en la época en que la conducía Herme Juárez, alias “Vino Caliente”.
Las fuentes judiciales advirtieron que la información que dio Vaudagna es clave para el avance de la causa y que por el detalle de los hechos que brindó su testimonio parece verosímil. En realidad, la mayoría de las afirmaciones que hizo el exfuncionario como arrepentido ya fueron investigadas por los fiscales de Rosario, Santa Fe y Reconquista, y por las Procuradurías de Narcocriminalidad (Procunar), de lavado de activos (Procelac) y de investigaciones administrativas (PIA).
Contra un ex Vicentin
Vaudagna complicó al expresidente de la agroexportadora Vicentin Omar Scarel, involucrado en un caso por estafa en el fuero provincial. Vaudagna admitió que era asesor personal de Scarel y que benefició a la empresa cerealera que entró en default en diciembre de 2018 al eludir la investigación del delito de apropiación indebida de reintegros de IVA por exportaciones, por un monto total de $143.254.723, cometido en los años 2016, 2017, 2018 y 2019.
El exjefe de la ex-Afip también reconoció que entre mayo de 2018 y julio de 2019 intercedió y ejerció su influencia ante funcionario de ARCA que estaban a cargo en la fiscalización e inspección de créditos fiscales indebidamente percibidos por Vicentin Saic. La maniobra de Vaudagna, según admitió, fue evitar que sean impugnados y reducir el monto del ajuste fiscal determinado por la ex-Afip, con la finalidad de evitar la denuncia penal contra la empresa.
Por su parte, Vaudagna afirmó que brindó, siendo jefe del organismo recaudador, asesoramiento técnico y contable a Carlos Felice, secretario general del sindicato de Turf; al principal accionista del diario El Litoral, Carlos Caputto, y a la contadora María Virginia Copello, para que mediante un complejo entramado de sociedades comerciales en las que intervino la empresa Deusto SA –cuyo director es Caputto– pudieran obtener fracciones de terrenos de las islas “Los Mellados” y “Sirgadero”, ubicadas en Santa Fe. En esas islas estaba previsto que se realizara el traslado del puerto, algo que después se cayó, pero que el propietario de esas tierras iba a ser favorecido con las expropiaciones de parte del Estado provincial.
El extitular de la ex-Afip también contó que facilitó a Caputto información reservada sobre distintos contribuyentes y que intercedió para que los agentes de Arca omitieran fiscalizar las empresas vinculadas al empresario, como por ejemplo, ordenar que se archive una investigación contra la empresa Consultora Arcadia SA, ligada a Caputto.