El Fondo Monetario Internacional /FMI) aseguró que las discusiones con el gobierno de Alberto Fernández son “muy frecuentes, activas y fuertes”, pero aclaró que aún no se estableció una fecha límite para cerrar el acuerdo con el que la Argentina busca reestructurar alrededor de 44.200 millones de dólares.
El portavoz del FMI, Gerry Rice, se ocupó de remarcar que no hay un “tiempo” determinado sobre “cuándo pueden concluir” las deliberaciones que llevan adelante los equipos técnicos del organismo multilateral de crédito y los que encabeza el ministro de Economía Martín Guzmán.
“Son discusiones muy frecuentes, activas y fuertes, que están teniendo lugar de forma continuada”, resaltó Rice en conferencia de prensa desde Washington.
El vocero del Fondo tomó distancia de las recientes expectativas que instalaron en la Casa Rosada: el ministro Guzmán confía en que cerrará antes de marzo el acuerdo con el organismo que dirige Kristalina Georgieva.
Rice también reiteró que lo “importante es que el plan” que presente la administración de Fernández para acceder a un programa de refinanciación “cuente con un amplio apoyo político y social”.
Al respecto, remarcó que esa propuesta debe reunir las condiciones para encarar de manera “duradera” los desafíos sociales y económicos que afronta la Argentina, entre ellos, “la elevada inflación que afecta de forma desproporcionada a los más vulnerables”.
Los plazos que se fijó Guzmán se explican, sobre todo, porque el año que viene la Argentina deberá iniciar el calendario de pagos que se definió en el acuerdo “stand by” que solicitó el ex presidente Mauricio Macri, apenas se desató la crisis cambiaria en 2018, para acceder a 56.300 millones de dólares.
Ese calendario indica que, si no se logra un acuerdo de facilidades extendidas, el gobierno de Fernández debería pagar 19.020 millones de dólares en 2022, entre capital e intereses.
Una semana antes de las elecciones legislativas, el ministro Guzmán aseguró que la intención era definir un entendimiento con el FMI antes de marzo del año próximo. Y el domingo, antes de trasladarse al búnker del Frente de Todos, el presidente Alberto Fernández aseguró que su gobierno inició una nueva etapa en la que el objetivo central era “llegar a un acuerdo sustentable” con el organismo multilateral de crédito.
Subrayó que esa misión contaba con el respaldo de todos los sectores que integran la coalición de gobierno y que en la primera semana de diciembre enviará un proyecto al Congreso de la Nación con “Programa económico plurianual para el desarrollo sustentable”, en el que se plasmarán “los mejores entendimientos” del plan que se diseñe entre Guzmán y el FMI.
“Es una decisión política que cuenta con el pleno aval del Frente de Todos. Ha sido el fruto del trabajo conjunto con la Vicepresidenta de la Nación, el Presidente de la Cámara de Diputados de la Nación y mi gabinete de ministros y ministras”, resaltó en el mensaje grabado que difundió apenas se conocieron los primeros resultados de la elección, en la que el oficialismo quedó en segundo lugar a nivel nacional frente a la coalición opositora Juntos por el Cambio.
Fernández enfatizó que resolver la discusión con el FMI es el “escollo más grande que enfrentamos para continuar en la senda de la recuperación económica de la construcción de un país con más equidad”. “Debemos enfrentar este desafío para reparar, en la medida de lo posible, el enorme daño que este endeudamiento ha provocado, y cuyas consecuencias pesarán sobre varias generaciones”, agregó para desestimar el llamado de algunos sectores a no pagar la deuda.
El Gobierno nacional comenzó a dar pasos concretos para terminar de enviarle un gesto de buena voluntad al FMI. En los últimos días, el Banco Central dejó de intervenir en el mercado de los dólares paralelos.
En el mercado siguen las definiciones con total atención porque aún quedan muchas incógnitas, tal como lo mencionó esta semana el analista de Moody’s Investors Service Gabriel Torres. “Si Argentina llegara a un nuevo acuerdo con el FMI, el riesgo de que no se cumplan las metas fijadas seguirá siendo elevado. En particular, las divisiones políticas dentro de la coalición gobernante probablemente debilitarán la capacidad del gobierno para adoptar medidas que resulten eficaces para reducir los grandes desequilibrios macroeconómicos del país”, dijo Torres.
