A 49 años del golpe cívico militar que instauró la última y más sangrienta dictadura en la Argentina, el gobierno de Javier Milei fue a fondo en su “batalla cultural”: bajo la idea de la “memoria completa”, anunció la desclasificación total de archivos de inteligencia sobre el accionar militar entre 1976 y 1983, y la declaración como crimen de lesa humanidad de un ataque del ERP, a la vez que difundió un video crítico de la guerrilla de los ’70 donde volvió a negar la cifra de los 30.000 desaparecidos.
En un nuevo avance de su cruzada ideológica, la Casa Rosada unificó en la vereda opuesta a organismos de Derechos Humanos, partidos políticos, organizaciones sindicales y sociales, que marcharon juntos después de casi dos décadas con un contundente discurso opositor a Milei. “Son 30.000”, “Fue un genocidio” y “Contra el fascismo y la miseria planificada”, fueron algunas de las consignas que enarbolaron las agrupaciones junto a miles de personas autoconvocadas que se movilizaron hacia Plaza de Mayo.
La conmemoración del Día de la Memoria adquirió otro color desde la asunción de Milei y esta vez no fue la excepción. Por distintas vías, el Gobierno volvió a poner en crisis consensos sociales sobre el golpe de 1976 y reforzó su posicionamiento sin referencias al plan sistemático de desaparición, secuestro y tortura de personas ejecutado desde el aparato estatal.
Por la mañana, la Casa Rosada difundió un polémico video de Agustín Laje, el intelectual de derecha oriundo de Córdoba que expresa las ideas del presidente. En su pieza audiovisual de 19,29 minutos, titulada “La libertad de conocer nuestra historia”, el escritor intenta refutar lo que llama “la teoría del demonio único” y la cifra de 30.000 desaparecidos.
Laje sostuvo que “la historia debe contarse completa o se convierte en un instrumento de manipulación política” y realizó un minucioso detalle de crímenes cometidos por Montoneros y el ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo) en busca de “perpetrar su propio golpe de Estado para instalar en la Argentina un sistema de corte socialista a la fuerza, asimilable a la Cuba castrista”.
“No está bien borrar de un plumazo a las organizaciones terroristas con el fin de instalar la teoría del demonio único. No está bien ocultar la situación de guerra revolucionaria que vivía la Argentina de los años ’70. No está bien disimular el hecho de que la represión ilegal y la técnica de la desaparición de personas comenzaron antes del 24 de marzo de 1976. No está bien negar a las víctimas cuando son de un lado e inflarlas cuando son del otro. No está bien inventar cifras con propósitos efectistas”, enfatizó Laje.
Paralelamente, el Gobierno ordenó desclasificar toda la documentación de la SIDE vinculada con el accionar de las Fuerzas Armadas durante la última dictadura. Según explicó el vocero presidencial, Manuel Adorni, la decisión responde a un decreto dictado hace 15 años (4/2010) que nunca se cumplió. De esta manera, los archivos pasarán de la Secretaría de Inteligencia al Archivo General de la Nación.
“Durante décadas los archivos en manos de la SIDE permanecieron en las sombras y solo los gobiernos de turno tuvieron acceso a esta información secreta, a pesar de eslóganes vacíos sobre su compromiso con la verdad, la memoria y la justicia, estos documentos fueron utilizados como un botín de guerra, vaya a saber uno con qué objetivo”, sostuvo Adorni.
En segundo lugar, el funcionario anunció que se reconocerá ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) el ataque del ERP a la familia del capitán Humberto Viola como un crimen de lesa humanidad. El hecho ocurrió el 1ro de diciembre de 1974 en Tucumán, cuando Viola fue asesinado junto a su hija María Cristina de 3 años, mientras que su otra hija, María Fernanda, resultó gravemente herida.
Por su parte, el diputado José Luis Espert, una de las principales figuras de La Libertad Avanza, consideró que el 24 de marzo debería dejar de ser feriado nacional. “Demos vuelta la página con esto. Basta. Seguimos hablando del golpe de Estado casi medio siglo después y todavía hay curros con los Derechos Humanos. Ya fue, miremos para adelante”, aseveró en declaraciones televisivas.
Acto central
Desde el escenario principal en Plaza de Mayo, Estela De Carlotto (Abuelas de Plaza de Mayo), “Taty” Almeida, Elia Espen (Madres Línea Fundadora) y el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel leyeron el documento conjunto de organismos de DDHH. “El Estado debe garantizar la restitución de la identidad de los nietos y nietas”, advirtieron en un texto reivindicativo del “Nunca más” pero también muy crítico contra el Gobierno.
“Tenemos la fuerza de la historia de nuestro pueblo, y por eso Milei y Villarruel pretenden negar el genocidio y desmantelar las conquistas en materia de Memoria, Verdad y Justicia. ¡Basta de negacionismo y apologismo del genocidio perpetrados por el gobierno nacional, armado y orquestado por Villarruel!”, reclamaron las agrupaciones.
Asimismo, advirtieron que quienes se “beneficiaron con la sangre de los y las 30.000 son los Blaquier, los Noble Herrera, los Pérez Companc, los Rocca, los Macri, la Ford, la Mercedes Benz, los Martínez de Hoz, entre tantos otros”, y “hoy son esos mismos grupos económicos los que se benefician del gobierno de Milei y Villarruel para implementar el mismo modelo económico de miseria y exclusión de la mayoría del pueblo”.
Además de contrarrestar el discurso oficial sobre el 24 de marzo, el documento incluyó rechazos a los despidos, las privatizaciones, el desmantelamiento de distintas áreas del Estado, el protocolo anti-piquetes, la Ley Bases, el DNU 70/23 y el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.
La Cámpora realizó su tradicional marcha desde la exESMA y reivindicó la figura de Cristina Kirchner. “La persecución a Cristina tiene que ver con la intención de suprimir. Lo que no han podido lograr con el poder económico, buscan hacerlo con el Poder Judicial”, advirtió el diputado Máximo Kirchner, y aventuró: “Vamos a volver a gobernar la Argentina”.
También se movilizaron a Plaza de Mayo el gobernador bonaerense, Axel Kicillof; el titular de la UCR, Martín Lousteau; el dirigente social Juan Grabois; y Malena Galmarini en nombre del Frente Renovador, entre otras figuras políticas. Estuvo presente además Fabián Grillo, padre de Pablo Grillo, el reportero gráfico reprimido por las fuerzas policiales en la manifestación de jubilados.