En su primer año de gobierno, Javier Milei alcanzó un superávit de 0,3% del PBI en las cuentas públicas, a partir de fuertes recortes en jubilaciones, transferencias a provincias, gastos operativos del Estado, obra pública, y reducción de subsidios energéticos y al transporte.
Si bien la poda del gasto fue transversal y también abarcó al empleo público y a los salarios, los datos oficiales muestran que, además de la “casta”, la población puso “mucho de su bolsillo” para el saldo final.
La motosierra pasó por el bolsillo de la clase pasiva con pérdida del poder real de las jubilaciones y quita de medicamentos, y de las clases trabajadoras con aumentos de tarifas para reducir los subsidios a la energía y al transporte.
Con el superávit de 0,3%, Milei revirtió el déficit de 4,4% que había heredado de Alberto Fernández en 2023 y consiguió un balance positivo luego de 14 años.
“Las promesas se cumplen. Déficit cero es una realidad. Viva la libertad carajo”, fue el posteo en redes sociales con el que Milei celebró el informe del Ministerio de Economía.
Milei asumió con la consigna de equilibrar las cuentas del Estado y cortar la emisión monetaria para el financiamiento del déficit y así atacar la inflación. La diferencia entre 2023 y 2024 es el equivalente a 4,7 puntos del PBI, lo cual es reconocido como el principal logro de su primer año de mandato, incluso con fuertes elogios por parte del FMI.
La reducción de gastos fue de $ 39,8 billones de pesos, equivalente a un 27,5% (ajustado por inflación) y se distribuyó en todo el esquema público, aunque con diferentes impactos económicos y sociales.
Con un 37% de incidencia en el total, las erogaciones en jubilaciones resultan las de mayor peso en las obligaciones del Estado. Según estimó el Instituto Argentina de Análisis Fiscal (IARAF) las partidas para atender este gasto se redujeron 16,4% (sin contar los bonos adicionales). En forma complementaria, las pensiones no contributivas, que representaban 3,5% puntos, se redujeron 13,9%. Esto redundó en un menor poder de compra de la clase pasiva.
Si bien hubo idas y vueltas durante el año, la eliminación de subsidios energéticos siempre fue una prioridad. La reducción fue de 34,1%, que se compensó con subas en las tarifas de energía eléctrica y gas. Otro punto que golpe directo al poder adquisitivo del conjunto de la población. En lo que respecta al transporte, la ayuda estatal se redujo casi 29%.
Como ya se venía advirtiendo mes a mes las provincias fueron otro blanco predilecto de la motosierra.
Las transferencias de capital prácticamente desaparecieron, dado que según el cálculo de IARAF se redujeron 96% real. En el mismo sentido, las transferencias corrientes se achicaron 65,7%.
Otro de los factores que fueron determinantes para alcanzar el resultado fiscal positivo fue la total supresión de la obra pública: la inversión real directa del Estado se desplomó 70%. Pero esta decisión política comenzó a tener impacto negativo en la actividad económica del país dado que, principalmente el abandono del mantenimiento en rutas, está generando serios problemas para movilizar la producción. Atento a esta situación, el gobierno inició el proceso de privatización del Corredor Vial N° 18 y también analiza los pedidos para poner en valor las rutas 12 y 14.
El único componente del gasto en alza fue la Asignación Universal por hijo y prestaciones sociales que tuvieron un avance de 39%.
Las cifras que difundió el Gobierno de Milei
El Ministerio de Economía precisó que en diciembre el Sector Público Nacional (SPN) tuvo un déficit financiero $ 1.557.305 millones, producto de un desequilibrio primario de $ 1.301.046 millones y de un pago de intereses de deuda pública neto de los intra-sector público por $ 256.260 millones.
Con este resultado, a lo largo de 2024 el resultado primario fue superavitario en $ 10.405.810 millones (1,8% del PBI), que se reduce a $ 1.764.786 millones (0,3% del PBI) tras el pago de deuda al equivalente a 1,5% del PBI.
Economía subrayó además que este resultado se alcanzó con una deuda flotante (computada y que aún no se pagó) que se redujo 52% frente a la existente en 2023.
El Palacio de Hacienda también resaltó que el superávit alcanzado se logró avanzando en el saneamiento de las empresas públicas, que según el documento que dio a conocer el ministro Caputo tuvieron el primer resultado positivo desde 2009. Al mismo tiempo, subrayó la eliminación de 19 fondos fiduciarios.
Exultante por el resultado, Caputo enfatizó que el superávit financiero “se alcanzó honrando la totalidad de las obligaciones contraídas por el Sector Público Nacional”.
Para el ministro debe entenderse como “un hito en nuestra historia” y afirmó que “es el resultado de un programa de estabilización que ha sorprendido al mundo”.
Inmediatamente, enumeró una serie de factores macroeconómicos que consideró trascendentes: “No hay más déficit en Argentina.
No hay más emisión en Argentina. Los salarios ya superan los niveles de noviembre del 2023. La inflación seguirá bajando y con ella, el nivel de pobreza”.
El ministro afirmó que “la economía crecerá fuertemente en 2025″ y que “las inversiones generarán mayor empleo y mejores salarios”.
A su vez, remarcó que “la competencia proveerá a los argentinos de mejores productos a mejores precios”, al tiempo que señaló que “el dólar y el peso circularán libremente en una sana competencia de monedas”.