En medio de la polémica por la decisión del flamante titular de la Dirección General Impositiva (DGI), Andrés Vázquez, quien ascendió a su pareja en el organismo, fuentes del Poder Ejecutivo respaldaron la medida.
Las repercusiones se producen luego de que el periodista Hugo Alconada Mon (La Nación) reveló la designación a una semana del nombramiento de Vázquez al frente del organismo.
Según la investigación periodística, Vázquez favoreció a su pareja María Eugenia Fanelli “salteando rangos intermedios” para ubicarla como jefa de la Dirección Regional Centro II de la ciudad de Buenos Aires. Con el cambio, el salario de FAnelli pasó de unos $ 4,2 millones a unos $ 8,4 millones.
En medio de las repercusiones, fuentes del Ejecutivo esgrimieron a La Nación una fuerte defensa de la decisión al sostener que la pareja de Vázquez, “es una mujer de carrera, con más de 30 años en el organismo (Fanelli tiene 44 años). De hecho se conocieron trabajando ahí”.
Cabe aclarar que el código de ética interno del organismo desaconseja específicamente beneficiar a familiares y allegados.
Sin embargo, una alta fuente del Gobierno enfatizó: “Para hacer la purga que estamos haciendo se necesita gente de confianza”.
“Es alguien que sabe lo que está haciendo”, fue otra de las frases con las que desde las distintas terminales del Gobierno.
“Tiene tres décadas ahí, está más que capacitada para lo que tiene que hacer”, agregaban.
“Es razonable que quiera armar un equipo con gente de confianza, como hizo Martín Menem (titular de la Cámara de Diputados) con Sharif (Menem, su sobrino y mano derecha en el Congreso)”, sumaron como ejemplo desde el primer piso de la sede de Gobierno.
Polémica en la DGI
La información, publicada por el diario La Nación, dice que Vázquez -ya como titular de la DGI- favoreció a su pareja “salteando rangos intermedios” para ubicarla como jefa de la Dirección Regional Centro II de la ciudad de Buenos Aires.
En ese lugar, el sueldo de bolsillo oscilaría entre los 3,8 y 4,2 millones de pesos (el neto rondaría entre los 7 y 8 millones de pesos), según sea su antigüedad y otras particularidades, según indicaron cuatro fuentes del organismo.
Vázquez firmó la designación de Fanelli (consta en la Disposición 182/2024) el 1 de noviembre y se publicó un día después en el Boletín Oficial junto al desplazamiento del hasta entonces titular de esa Dirección Regional, Luciano Botto Rostom.
A Botto, Vázquez lo envió 100 kilómetros al oeste de la ciudad de Buenos Aires, a la Regional de Mercedes, donde a su vez desplazó a quien estaba a cargo.
La nota periodística agrega que Vázquez llevaba una semana en su nuevo cargo cuando ascendió a su pareja. Lo hizo luego de la publicación de su propio nombramiento en el Boletín Oficial, el 25 de octubre.
La designación del nuevo titular de la DGI fue firmada por Milei junto a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich –con firma delegada por viaje del ministro de Economía, Luis Caputo-, pero sin la firma del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, ni de la entonces titular de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), Florencia Misrahi.
Consultados por el medio, en tanto, desde la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA) evitaron dar una respuesta.
“No haremos comentarios sobre el titular de la DGI, Andrés Vázquez, ni sobre su mujer, María Eugenia Fanelli”, indicaron.
Misterio
Vázquez es un personaje misterioso, y polémico. Se conocen pocas imágenes de su rostro y además, no ha dado entrevistas.
El mes pasado, fue denunciado en la Justicia a raíz de una investigación periodística y el Centro Latinoamericano de Investigación Periodística (CLIP), con el apoyo del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, en inglés), que reveló que en 2013 había comprado tres departamentos en Miami, por unos 2 millones de dólares, nunca registrados en las declaraciones juradas que está obligado a presentar en la Oficina Anticorrupción (OA).
Al momento de asumir al frente de la DGI, seguía siendo el dueño de dos de esos tres inmuebles por más de 1,6 millón de dólares.
Ahora, la designación de Fanelli generó ruido dentro del organismo tributario. Fue calificada como “inusual” y “anormal”, y como un nombramiento que podría colisionar con el código de ética interno o constituir una “incompatibilidad manifiesta”, según estimaron cuatro fuentes de la Afip que ocuparon puestos de máxima importancia dentro del organismo durante las presidencias de Milei, Alberto Fernández y Mauricio Macri.