Con el foco puesto en desburocratizar la economía, el Gobierno decidió eliminar una medida que estuvo vigente por más de 30 años: el Certificado de Importación de Bienes Usados (Cibu). La norma obligaba a tramitar autorizaciones para poder ingresar maquinaria y equipamiento usado al país. Desde ahora, ese paso deja de ser necesario.
El cambio, que se formalizará vía decreto, apunta a facilitar el acceso a bienes de capital usados, especialmente en sectores que no pueden costear equipamiento nuevo, pero que necesitan modernizarse para seguir en carrera. La importación será automática, sin intervención del Estado ni trámites adicionales.
En 2024, más de 1.500 solicitudes de CIBU habían sido presentadas. Cada expediente debía ser evaluado para comprobar si existía producción nacional equivalente. Eso implicaba demoras, trabas y, muchas veces, inversiones frustradas.
Con esta decisión, sectores como la industria, el agro, la minería, el petróleo y el gas ganarán agilidad para incorporar tecnología, reducir costos y acelerar proyectos, consideran en el Ministerio de Economía. La norma también elimina prohibiciones específicas que afectaban a rubros como el gráfico, la metalmecánica o la industria automotriz.
La eliminación del Cibu también se alinea con el Decreto 70/2023, que prohíbe las restricciones a las importaciones basadas en criterios económicos. Hasta ahora, si había un productor local –aunque no ofreciera la misma tecnología ni escala– se bloqueaba el ingreso de maquinaria usada. Una lógica que, en muchos casos, protegía ineficiencias en detrimento de la competitividad, sostienen las autoridades.
Para el Gobierno, esta medida forma parte de un nuevo marco proinversión, donde el Estado deja de ser un obstáculo y se convierte en “facilitador”. La apuesta pasa por alentar la incorporación de tecnología, agilizar procesos y empujar la productividad sin distorsiones regulatorias.
En un contexto de restricciones presupuestarias, permitir la entrada de maquinaria usada no solo dinamiza la producción, sino que puede ser un motor concreto para la recuperación de sectores estratégicos.