Por primera vez desde 2006, en 2024 el Gobierno nacional y las provincias lograron gastar menos de lo que recaudaron. Así lo indica un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), que repasó los resultados fiscales de los últimos 20 años.
El “resultado fiscal” mide la diferencia entre lo que el Estado recauda (impuestos, tasas, etc.) y lo que gasta (salarios, jubilaciones, obra pública y programas). Cuando los gastos superan los ingresos, se habla de déficit fiscal; y cuando ocurre lo contrario, hay superávit fiscal.
Según el IARAF, entre 2005 y 2010 la mayoría de las provincias y el Estado nacional mantenían sus cuentas en orden. Pero a partir de 2011, “se registró un predominio del déficit”; es decir, se gastó sistemáticamente más de lo que ingresaba.
En el caso de la Nación, la situación fue peor ya que encadenó 15 años consecutivos de déficit fiscal.
Esto no es un dato menor. El déficit fiscal persistente es una de las principales razones de la inflación en Argentina porque, para tapar esos agujeros, los gobiernos suelen recurrir a la emisión (el kirchnerismo) o al endeudamiento (macrismo), dos caminos que a la larga han generado problemas mayores.
El informe destaca que en 2024 finalmente se dio vuelta la historia: “Por primera vez desde 2006, tanto el Gobierno Nacional como el consolidado de provincias y Caba registraron superávit fiscal”.
¿Cómo se logró? El informe no entra en detalles de políticas específicas, pero este cambio coincide con un fuerte ajuste del gasto público impulsado por la actual administración.
Lo que sí se conoce es que el ajuste incluyó recortes en obras públicas, subsidios y transferencias a provincias.
En números, el Gobierno nacional cerró 2024 con un superávit de 1,7 billones de pesos. Por su parte, las provincias y la Ciudad de Buenos Aires también terminaron en positivo, algo que no sucedía en simultáneo desde hace casi dos décadas.
Córdoba
En cuanto a Córdoba, la provincia mostró un desempeño fiscal sólido en comparación con otras.
Durante el período 2005-2024, Córdoba tuvo superávit fiscal en 12 de los 20 años analizados, y en 2024 cerró nuevamente en positivo. Según el IARAF, logró este equilibrio a partir de una política de control de gasto y de mejora en la recaudación propia, lo que le permitió incluso mantener años de superávit en contextos nacionales muy complicados.
Sin embargo, el informe aclara que el camino fue muy desigual entre las provincias. Mientras que San Juan, Formosa y Salta acumularon la mayor cantidad de años con superávit, Buenos Aires se destacó de manera negativa ya que “tuvo déficit fiscal los 20 años analizados”.
El informe también muestra que los peores años fiscales fueron entre 2011 y 2017, una etapa marcada por políticas de alto gasto público y baja disciplina presupuestaria.
En resumen: después de muchos años de gastar de más, en 2024 la Argentina logró, al menos en los papeles, ordenar sus cuentas.
El desafío, plantea el estudio, será sostener esta situación en el tiempo, porque la historia reciente demuestra que cuando los ingresos aumentan o la presión política crece, el gasto vuelve a dispararse.