La tormenta política que rodea la fallida designación de Manuel García-Mansilla como juez de la Corte Suprema de la Nación sumó un nuevo capítulo con la presentación de un recurso de per saltum por parte del Gobierno nacional ante el máximo tribunal.
La acción legal busca revertir la medida cautelar impuesta por el juez federal Alejo Ramos Padilla, quien había ordenado a García-Mansilla abstenerse de ejercer sus funciones como miembro de la Corte durante un período de tres meses.
La presentación del per saltum, confirmada por el procurador del Tesoro de la Nación, Santiago Castro Videla, tiene como objetivo principal que la Corte Suprema ratifique la plena vigencia del decreto presidencial a través del cual se designó a García-Mansilla.
En esencia, el Gobierno busca que se suspendan los efectos de la resolución de Ramos Padilla, emitida luego de que el Senado de la Nación rechazara el pliego del magistrado nombrado en comisión.
Desde la Casa Rosada se argumenta que la presentación ante la Corte se realiza con el fin de “defender la constitucionalidad de la designación en comisión” de García-Mansilla.
El Gobierno defendió esta designación, realizada mediante el decreto 137/2025. Sin embargo, en un dato que revela la fragilidad del respaldo político hacia el jurista, fuentes vinculada a la Casa Rosada deslizaron este fin de semana que “si renuncia, es un tema personal de él”, marcando distancia y dejando entrever que no se insistirá fervientemente en su permanencia. Este cambio podría ser una manera elegante de soltarle la mano.
La decisión de Ramos Padilla, considerado como afín al kirchnerismo, se produjo tras el contundente rechazo del Senado al pliego de García-Mansilla, quien a pesar de no contar con el aval legislativo, había jurado a fines de febrero ante el presidente de la Corte Suprema, Horacio Rosatti, y los vocales Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti.
El pliego del otro candidato propuesto por el Gobierno, Ariel Lijo, también fue rechazado por el Senado.
En los pasillos del Palacio de Justicia ya se especula con la inminente renuncia de García-Mansilla, quien parece haber perdido el apoyo político tanto en el Congreso como dentro del propio Gobierno.
La discusión actual se centraría más en el “cómo” que en el “qué” de su salida. Si la Corte Suprema admite el per saltum, la decisión de Ramos Padilla quedaría sin efecto, y la eventual renuncia de García-Mansilla se presentaría como una “decisión personal”.
La candidatura y el polémico desembarco de García-Mansilla en la Corte estuvo marcada por controversias. Cuando se presentó ante la comisión de Asuntos Constitucionales del Senado, había prometido que no asumiría el cargo si era designado por decreto. Sin embargo, ante la falta de apoyo en el Congreso, terminó jurando a fines de febrero. Posteriormente, votó en contra de la jura de Lijo.
Tras el categórico rechazo de su pliego en el Senado –51 votos en contra y 20 a favor– trascendió la noticia de su posible renuncia. Luego se mencionó la posibilidad de que consultara a sus colegas de la Corte, algo que finalmente no ocurrió. La última versión, que cobró fuerza durante el fin de semana, apunta a que dejaría su puesto entre este lunes y este martes.