El 24 de marzo de 1976 marcó el comienzo de una dictadura militar que se extendió hasta 1983, pero también rememora un período en el que la sociedad vivió intensos conflictos internos, como el accionar de organizaciones armadas que pusieron en peligro el orden constitucional. En este contexto, Victoria Villarruel, la vicepresidenta del país, realizó una reflexión en su red social de X (anteriormente Twitter) sobre los hechos de ese día y su impacto en la memoria colectiva del país.
En su mensaje, Villarruel señaló que este aniversario recuerda el quiebre del orden constitucional promovido por grupos como Montoneros y el ERP, quienes actuaron con violencia para desestabilizar al gobierno democrático elegido por el pueblo argentino.
Estos grupos, según Villarruel, llevaron a cabo ataques a unidades militares, asesinatos de civiles, secuestros y bombardeos, con el objetivo de destruir el orden democrático e imponer un modelo marxista, como el que existía en Cuba en ese entonces. “El terrorismo prometió la muerte de un millón de personas, y gracias a la decisión de una presidenta constitucional y las Fuerzas Armadas, no pudieron completar su macabro objetivo”, subrayó.

Villarruel también destacó que la interpretación de esos eventos fue distorsionada a lo largo de los años. Para ella, la historia fue manipulada para convertir a los terroristas en víctimas y a las Fuerzas Armadas y civiles que defendieron la democracia en los principales culpables. Este relato sesgado contribuyó al olvido de las verdaderas víctimas del terrorismo, quienes quedaron borradas de la memoria histórica oficial. “Las víctimas del terrorismo y la violencia revolucionaria fueron olvidadas, mientras los perpetradores fueron glorificados”, expresó.

En su reflexión, Villarruel también subrayó las dificultades de las víctimas del terrorismo para obtener justicia y reparación por los crímenes sufridos. “He sido testigo de cómo las víctimas, tanto civiles como militares, han quedado desamparadas, mientras los responsables han sido premiados o se han enriquecido”, lamentó. En ese sentido, manifestó su preocupación por la falta de una política estatal que reconozca a las víctimas del terrorismo y las repare adecuadamente, un tema que sigue generando controversia en la sociedad argentina.
A casi 50 años de los hechos de 1976, Villarruel hizo un llamado a la unidad y a la reflexión. Reconoció que la sociedad argentina sigue dividida y marcada por los antagonismos de la época, pero destacó la importancia de cerrar las heridas del pasado. “Mis pensamientos son para las víctimas del terrorismo que siguen esperando que el Estado las incluya y repare”, escribió. Además, recordó a aquellos que, con convicción, defendieron el orden constitucional en ese entonces, y que aún siguen siendo perseguidos, mientras que los líderes de las organizaciones armadas se encuentran en libertad.
Finalmente, Villarruel concluyó su mensaje con un llamado a aprender de la historia y a trabajar por un futuro de justicia y reparación para todos. “Cerremos las heridas que siguen abiertas. Empecemos a vivir el presente y construyamos un futuro para todos”, expresó, invitando a la sociedad argentina a dejar de lado las divisiones y a avanzar hacia un futuro más justo.