La llegada de 2025 despierta optimismo sobre la recuperación de la economía, aunque no logra despejar las inquietudes que subyacen sobre qué sucederá el año próximo.
El rally positivo de los mercados, alentado por rendimientos extraordinarios que no se consiguen en los mercados internacionales, colocó al dólar libre casi a la par del oficial.
Era el escenario que menos previeron un año atrás analistas y economistas en el relevamiento de expectativas de mercado (REM) del Banco Central. Por contrapartida, el peso fue la moneda que más se apreció este año frente al dólar.
La salida del cepo es una inquietud. Domingo Cavallo sostuvo que la eliminación es clave para consolidar la estabilidad. “Seguramente habrá un salto cambiario, pero no significa que se vaya a interrumpir el proceso de desinflación”, señaló.
Encuestas a favor
La estabilidad y la baja de la inflación fueron las columnas vertebrales del optimismo del primer año de gestión de Javier Milei.
“La opinión favorable ronda el 47%, nivel que es alto y se mantuvo a lo largo del año”, reconoce el consultor Gustavo Córdoba en su último informe.
El relevamiento detectó que las críticas más fuertes apuntan contra el tono agresivo de sus discursos y contra los recortes en las jubilaciones, en educación y en salud.
Los distintos sectores de la oposición están fragmentados. Si la estabilidad se mantiene, es posible que Milei gane las elecciones legislativas de medio término, agrega Córdoba.
Optimismo por naturaleza
El inicio de un nuevo año genera habitualmente un clima de optimismo en la sociedad.
Más aún cuando este dejó de ser el clásico “diciembre caliente” que soportaron los gobiernos anteriores.
Los argentinos valoran una estabilidad prácticamente desconocida desde la década de 1990.
Pasó una generación completa que atravesó sobresaltos permanentes en los precios y en el valor de los ahorros.
No obstante, el ajuste puso contra la pared a los más vulnerables: los jubilados.
Nada se hizo para corregir las distorsiones del sistema nacional, que, por caso, premia con beneficios millonarios a jueces, legisladores, diplomáticos y funcionarios, mientras que somete a la pobreza a la mayoría de las personas mayores.
La jubilación mínima –que cobran dos de cada tres pasivos– es de casi $ 330 mil, incluido el bono de $ 70 mil. Una miseria que apenas cubre un tercio de la canasta básica de alimentos y servicios que demanda una persona jubilada.
La reforma previsional no figura ni en las intenciones del equipo de Milei.
El recorte en los haberes y en las prestaciones del Pami llevó al cardenal Ángel Rossi –una voz que expresa las posiciones del papa Francisco– a decir: “Es una eutanasia encubierta”. Muy fuerte.
El ajuste también pegó sobre las provincias. La gestión de Martín Llaryora dejó de recibir obra pública, al tiempo que reclama por el pago de $ 270 mil millones por emprendimientos que ya ejecutó.
La deuda por el aporte a la Caja de Jubilaciones –unos $ 700 mil millones– asoma como incobrable. Las finanzas provinciales sienten el recorte.
Daniel Passerini, al frente de la Municipalidad capitalina, subraya el impacto del ajuste sobre “las personas”: la atención de jubilados en los dispensarios se duplicó, al igual que la concurrencia a los merenderos municipales.
La eliminación de los subsidios al transporte urbano obliga a replantear los servicios, que ahora incluirán al área metropolitana: el objetivo es sumar pasajeros para reducir las pérdidas.
¡Ay, la industria!
La encuesta del cuarto trimestre de la Unión Industrial de Córdoba (UIC) no tiene buenos números para el sector.
Sin embargo, el 70% de los industriales expresa su optimismo respecto de 2025.
La producción puede recuperarse con base en la industrialización de alimentos, en la producción de vehículos, camiones y ómnibus y con la fabricación de piezas para Vaca Muerta y la minería.
El acuerdo Mercosur-Unión Europea, cuya aplicación práctica puede demorar al menos un semestre, es una ventana de tiempo para el sector, que afrontará grandes desafíos por parte de la producción brasileña y del Viejo Continente. El trabajo en la reducción de costos internos es prioritario.
Los empleados aspiran a que sus ingresos recuperen poder de compra, aunque es una incertidumbre qué sucederá con la estabilidad y con la calidad del trabajo.
El optimismo sobre la economía en 2025 es la sensación dominante; sin embargo, aún quedan numerosas incógnitas por despejar.
