Pese a que desde el Gobierno nacional se procuró no entrar en una polémica con la figura del Papa Francisco, las críticas salidas del Vaticano golpearon en Casa Rosada, en la víspera del viaje del presidente Javier Milei a los Estados Unidos. El Papa Francisco, en una actividad con referentes de Movimientos Populares de todo el mundo, entre ellos, Juan Grabois, criticó la política represiva del gobierno de Milei y también aludió a un episodio de coimas.
“Es la opinión del Papa la que respetamos, escuchamos y hasta reflexionamos, pero no tenemos porqué compartir la visión que tiene sobre algunas cuestiones. Pero el respeto es total sobre lo que pueda decir el papa sobre cualquier cosa”, dijo el vocero presidencial, Manuel Adorni.
La respuesta elusiva del Ejecutivo, evitó confrontar las palabras del Papa Francisco, por ejemplo, contra los operativos policiales en manifestaciones callejeras que instruye la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
“Me hicieron ver un filmado de una represión de hace una semana o un poco menos. Obreros, gente que pedía por sus derechos en la calle y la policía la rechazaba con una cosa que es lo más caro que hay, ese gas pimienta de primera calidad. No tenían derecho a reclamar lo suyo, porque eran revoltosos, comunistas. El gobierno se puso firme: en vez de pagar la justicia social pagó el gas pimienta, le convenía. Ténganlo en cuenta eso”, dijo el jueves el Papa Francisco, en el encuentro convocado bajo el lema “Plantando bandera frente a la deshumanización”.
El Papa dejó una advertencia sobre las consecuencias de no atender los reclamos sociales: “Mirar desde lejos, mirar desde arriba, con indiferencia, con desprecio, con odio. Así se gesta la violencia: el silencio de la indiferencia habilita el rugido del odio. El silencio frente a la injusticia abre paso a la división social, la división social a la violencia verbal, la violencia verbal a la violencia física, la violencia física a la guerra de todos contra todos. Ahí está la cola del diablo”.
También hubo un pedido de rezar para “realizar la verdadera justicia social”, un concepto que el presidente Milei alguna vez definió como “aberrante”.
A las críticas de los operativos de Bullrich, el Papa Francisco agregó la cita de un episodio de corrupción, sin dar nombres: “Me contaba un emprendedor internacional que estaba haciendo en Argentina unas inversiones de extensión de eso que ellos estaban llevando adelante, trabajan muy bien, y fue a presentar al ministro un nuevo plan de nuevas extensiones. El ministro lo atendió muy bien y dijo ‘dejemeló, ya lo van a llamar...’. Al día siguiente, el secretario del ministro lo llamó, le dijo si podría pasar ‘en dos días, así le entregamos el permiso’. Pasó, le entregó los papeles y la firma y cuando él (el emprendedor) se estaba por levantar, le dijo: ¿y para nosotros, cuánto? ¿Y para nosotros, cuánto? La coima. El diablo entra por el bolsillo, no se olviden”.
“No sé a qué hecho se refiere, pero si hay un hecho para investigar, se lo hará”, se limitó a responder el vocero Adorni. La ministra Bullrich no hizo comentarios, igual que el resto del gabinete nacional.
Sin embargo hubo reacciones de la diputada nacional Lilia Lemoine, y del legislador bonaerense, Agustín Romo, dos figuras marginales en Casa Rosada, pero emblemáticas en el universo libertario.
“Done el oro del Vaticano, Padre. Sería bueno que el Papa visite Argentina y vea la realidad completa en vez de escuchar operadores políticos que negocian con el hambre de la gente”, lo instó Lemoine.
El diputado Romo fue aún más agresivo con el Papa. “Criticar la conquista del desierto es ser un cipayo traidor a la patria”, dijo en replica al Papa, quien había cuestionado a Julio Argentino Roca (“acordémonos de Roca que les cortó la cabeza a todos los aborígenes, una cosa vergonzosa”).
Un exfuncionario de la Secretaría de Culto, en charla con este medio, interpretó los dichos del Papa Francisco como “un quiebre” en la relación con el gobierno de Milei. “No recuerdo una mención a la corrupción con este tenor”, reconoció. “Los dichos del Papa marcan que no va a venir al país por un tiempo. Es sintomático que el lunes haya recibido a la ministra Pettovello y el Vaticano no difundió ninguna foto. Ese mismo día recibió a la CGT y hubo foto ‘de familia’.
El Papa Francisco recibió (y se fotografió) una delegación de la CGT, integrada por Héctor Daer, Pablo Moyano, Gerardo Martínez, Juan Carlos Schmid, y Andrés Rodríguez.
“Tampoco hubo foto en la segunda visita que le hizo Alberto Fernández cuando era presidente”, recordó el especialista en temas del Vaticano.
Acaso por ser co-responsable de los operativos de seguridad en las manifestaciones porteñas, Jorge Macri rechazó las críticas del Papa. “Soy alguien de fe, pero para opinar de estas cosas uno tiene que estar acá, entender lo que está pasando, tener en cuenta todas las variables en juego. No hacer un reduccionismo de un hecho en particular ni escuchar solo una campana”, dijo a Radio Rivadavia.
El diputado y jefe del bloque Encuentro Federal, Miguel Angel Pichetto, tampoco compartió los dichos del Papa Francisco. “El Papa se sigue equivocando. Hoy, al lado de Grabois, como antes de Alberto Fernández, influyendo en la política interna”, dijo Pichetto. Y reiteró críticas al Papa: dijo que habla de “una absurda agenda indigenista, pobrista y antiminera” y “sigue sin tender puentes para la unidad de los argentinos”.
